Fantasmas que hacen llorar
Otra vez se lo vio salir de la cancha lagrimeando. Su rodilla ‘buena’ se había roto. Ronaldo Luiz Nazario de Lima no podrá ser visto metiendo un gol en canchas europeas por buen tiempo. ¿Huele a retiro? Tal vez, pero solo cabe pensar cuán 'Fenómeno' habría sido el atacante sin las lesiones que lo alejaron de ser el número uno por siempre.
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Fotos: mediotiempo.com, EFE, futbolreal.com, el-mundo.net
Incertidumbre dejó el astro brasileño al abandonar el partido en el que el Milan enfrentaba al Livorno por un partido aplazado de la jornada 16 del Calcio. Ronaldo entró en el complemento, y en el minuto 61 el brasileño saltó tras un centro y cayó, como si se hubiera desplomado, al suelo. Al caer, su cara de dolor era una parecida a la que lucía cuando hacía ocho años se lesionaba su rodilla derecha con la camiseta del Inter. Se esperaba lo peor.
Los temores se confirmaron. A la edad de 31 años, Ronaldo se había roto el tendón rotuliano de la rodilla izquierda, su rodilla 'buena', como le decían los medios. A esa edad y con la duración de la recuperación, el menos esperanzador lanzaba una conclusión: colgar los botines era la mejor opción. Y analizando cómo fue el infierno vivido en el Inter por la culpa de las lesiones, quizá no dé para otra alternativa.
RODILLAS DE PARA
Ronaldo ha tenido que superar numerosos baches relacionados con sus problemas físicos y emocionales durante su trayectoria en el fútbol europeo para lograr continuidad en los equipos en los que militó y ser goleador en ellos. En 1995, cuando fue fichado por el PSV Eindhoven, se inició un camino con numerosas lesiones que lo dejaron dos meses de baja, a pesar de salir goleador indiscutible de la Eredivisie. El tendón rotuliano por ese entonces se preparaba para recibir toda la carga de partidos seguidos hasta la fecha.
En algún momento, circuló inclso una noticia que sus constantes lesiones se deben a que el PSV utilizaba esteroides anabólicos para aumentar la masa muscular del delantero en su juventud, lo que le habría hecho desarrollar una musculatura tal que atentaba contra la estructura ósea de su rodilla. Pero fue simple especulación.
Luego de su exitoso pase por Holanda, brilló en la Liga española. Después de ser un "salvaje" del gol al anotar 47 veces en 49 partidos con el Barcelona, llegó al fútbol italiano, donde sus rodillas se prepararían para lo peor.
En noviembre de 1999, Ronaldo, ya con la camiseta del Inter, tuvo que volver a pasar por el quirófano por una lesión contra el Lecce, rival contra en que se sintió de su rodilla izquierda. Era un preludio de lo que se le venía. En abril de 2000, el brasileñoreapareció en un partido por la Coppa Italia contra la Lazio, que se convirtió en su peor día como futbolista, por lo menos hasta hoy. Su tendón de la rodilla derecha se hizo trizas por completo.
LESIONES SIN PARAR
Al cabo de su recuperación de la lesión que lo mantuvo alejado de las canchas casi tres años, vendría luego su excelente performance en el Mundial Corea-Japón 2002, como campeón del mundo y goleador del certamen. Parecía establecido que la vuelta del 'Fenómeno' era en su máximo esplendor. Atrás había quedado todo el sufrimiento, se creía.
'Ronnie' fichó por el Madrid tras su regreso al más alto nivel y, después de años de éxitos, nuevas lesiones le trastocaron su plena continuidad. Si se considera su elevado peso por ese entonces, no le fue del todo bien en las temporadas vestido de blanco, al punto de enfadarse con la hinchada -que le exigía adelgazar- y tener conflictos con los técnicos.
En el cuadro merengue no se salvó de los achaques de la veteranía. En 2006 Sufrió una rotura parcial de los ligamentos del tobillo derecho, que lo tuvo fuera un mes fuera de las canchas. Se esforzó para regresar en el clásico ante el Barcelona y recayó con artritis en el mismo tobillo, que lo mantuvo dos semanas más sin jugar. Posteriormente volvió a lesionarse en la vuelta al trabajo y sufrió una pequeña rotura de fibras en el gemelo de la pierna derecha.
Lo pasado hace unas semanas con el 'Fenómeno' parece haberlo entrar en reflexión para ver hasta cuando puede vivir de sus dos instrumentos: sus piernas. Ahora, ha sido la otra rodilla, la izquierda, la 'buena', la que le ha hecho llorar como si fuera un niño recién nacido.
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