Una magna costumbre argentina
Una encuesta realizada por el diario inglés The Observer sitúa al enfrentamiento entre Boca Juniors y River Plate como el primero de “los 50 acontecimientos deportivos que uno debería ver antes de morir". Más de un peruano ha formado parte del historial del gran clásico de Buenos Aires, el partido más afamado del fútbol argentino.
El último fin de semana se jugó el partido número 181 entre River Plate y Boca Juniors por la era profesional del fútbol argentino. Con goles del colombiano Radamel Falcao García y Ariel Arnaldo Ortega (este último de penal), el cuadro millonario derrotó 2-0 al equipo xeneize y se volvió a meter en la pelea por el título del Torneo Apertura 2007 de la AFA.
Para la estadística, además, se logró estrechar a cuatro la
diferencia de partidos ganados en clásicos disputados por la era profesional
del balompié argentino, que comienza en 1931: en 181 encuentros, se contaron 61
triunfos de River (242 goles), 65 victorias de Boca (251 goles) y 55 empates.
Sin embargo, si se suman los 13 cotejos disputados durante la era amateur, desde el jugado el 24 de agosto
de 1913 en el viejo estadio de Racing Club con un 2-1 favorable al cuadro millonario,
la diferencia se reduce a apenas un encuentro. En esa etapa, River había ganado
seis partidos, Boca tres y se registraron cuatro empates. Incluso en 1928 se registró la mayor
goleada entre ambos: 6-0 a
favor de Boca el 23 de diciembre de aquel año.
La historia de la rivalidad entre ambos cuadros conserva mucho más que números. River Plate fue fundado en 1903, y Boca Juniors nació dos años más tarde. Durante sus primeros años ambos clubes compartían barrio, el de La Boca, en la Capital Federal. Hasta que, años después, River Plate se trasladó al barrio de Núñez. Allí empezó la enemistad.
Los uniformes también hacen su parte. La camiseta titular de
River proviene del año de su fundación: los jugadores (fundadores) del equipo
formaban parte de una comparsa de carnaval, como muchas de las que abundan hasta el día de hoy
en Argentina, llamada "Los habitantes del infierno". Ella constaba de
un diablo rojo, y por ello poseía mucha tela de ese color. Cuando llegó el
momento de jugar, los fundadores cortaron tiras de la tela roja que había
sobrado y la adjuntaron a una camiseta blanca en forma oblicua con alfileres de
gancho. Es importante anotar que, históricamente, ‘La Banda’ -como también se
conoce al equipo riverplatense- ha usado short de color negro, pero a partir
del encuentro ante Estudiantes de la
Plata por la fecha 5 de este Apertura 2007 los dirigidos por
Daniel Passarella han pasado a usar pantalones blancos, con lo que su uniforme -y
de acuerdo con comentarios de los propios hinchas millonarios- queda muy
parecido al de la selección peruana.
El uniforme de Boca, en tanto, fue originalmente a rayas
verticales blancas y negras. Pero al tenerse solo un juego de uniformes para
toda la temporada, las camisetas se destiñeron. Los jugadores de la época
vieron en un barco de bandera sueca los colores perfectos para su nuevo
uniforme. Este fue inicialmente azul con una franja oblicua de color amarillo, y
en 1912 la franja amarilla tomó su forma horizontal definitiva.
El primer clásico profesional se jugó en 1931. El partido
terminó con un final escandaloso: River iba ganando por 1-0 y empató el
goleador histórico de Boca Juniors, Francisco Varallo, tras un controvertido
penal. El arquero de River, Jorge Iribarren, tapó el disparo, y también el
primer rebote, pero no el segundo. El delantero xeneize reconocería más
adelante que con sus brazos le trabó una pierna al arquero para poder anotar.
El árbitro convalidó el gol y, por protestar, expulsó a tres jugadores de River
quienes se negaron a abandonar la cancha, por lo que el partido tuvo que ser
suspendido. Esta situación exacerbó los ánimos de los simpatizantes de ambos
equipos, quienes generaron una trifulca posteriormente. Clásicos.
Tampoco han
faltado peruanos en estos choques. Jorge
‘Campolo’ Alcalde disputó un solo clásico en su fugaz paso por River Plate,
en el año 1940. José Soriano, ‘El
Caballero del Deporte’, también jugando por el ‘Millo’, atajó en seis clásicos
entre 1944 y 1946.
En 1948, jugando por Boca, Carlos Gómez Sánchez anotó el primer gol de un peruano en estos partidos. Igual ese gol no sirvió de mucho pues ganó River por 1-2. El interior izquierdo disputaría en total dos clásicos con camiseta auriazul aquella temporada. Poco más de una década después, su hermano menor, Óscar ‘Huaki’ Gómez Sánchez, jugó tres clásicos pero con la divisa de River en las temporadas 1959 y 1960. Este último año, otro peruano hizo su única aparición en un clásico con la ‘Banda’: Juan Joya, quien luego haría historia con la camiseta de otro grande sudamericano, Peñarol de Montevideo.
Víctor ‘Conejo’ Benítez también tuvo una participación preferencial
en la historia de los clásicos argentinos. Jugó cuatro de estos partidos por
Boca entre 1960 y 1961. En agosto de este último año, anotó en un cotejo que
terminaría igualado 2-2. Por esa época, otro peruano inscribiría de modo muy
particular su nombre en la historia de esta confrontación: Miguel Loayza, excelso volante creativo, jugó un clásico por
Boca en 1961 y otro por River en 1966. El mediocampista surquillano -quien
también llegó a jugar por el Barcelona de España- es uno de los cinco jugadores
extranjeros que han logrado vestir las dos camisetas en clásicos argentinos a
lo largo de la historia; los otros han sido los uruguayos Iseo Fausto Roselló,
Rubén ‘Polillita’ Da Silva y Néstor Gabriel Cedrés y el boliviano Milton
Melgar.
Posteriormente
aparece en el repaso histórico el peruano que más clásicos argentinos ha
jugado: el gran Julio Meléndez. Entre
1968 y 1972, apareció 12 veces en la zaga de Boca frente a River. Curiosamente, Meléndez, famoso por su correcto comportamiento dentro de la cancha, fue
expulsado en una sola oportunidad a lo largo de su campaña en el fútbol gaucho:
fue en un clásico ante River. Meléndez tomó a un contrario que se iba al arco y
el juez le mostró la roja, tras lo cual le dio la mano y lo invitó a salir del
campo. Salió aplaudido por toda La Bombonera.
Otros
peruanos de esa generación que llegaron a Boca causaron menos revuelo. Luis ‘El Príncipe’ La Fuente disputó tres
clásicos en 1975, mientras que Héctor ‘El
Atómico’ Bailetti solo jugó uno ese mismo año. Luego de eso, tuvieron que
pasar 22 años para volver a tener peruanos jugando el clásico más resonante de
esta parte del planeta: Nolberto Solano
jugó -junto a Maradona- en octubre de 1997 el primero de dos clásicos que
disputó con el conjunto xeneize antes de marcharse al fútbol inglés. José
Antonio Pereda, habitual suplente en Boca durante la época dorada de Carlos
Bianchi y hoy en Cienciano, disputó también dos clásicos entre 1998 y 1999. El ‘Chino’
es el último peruano en haber participado del cotejo.
Para terminar con los repasos, valdría la pena mencionar que el clásico con más goles fue un 5-4 a favor de River el 15 de octubre de 1972 en la cancha de Vélez Sarsfield, durante el torneo Nacional. Además, Reinaldo ‘Mostaza’ Merlo es el jugador con más presencias en estos partidos, al haber jugado 42 partidos con la ‘Banda’. Por su parte, Ángel Labruna, emblema de la ‘Máquina’ riverplatense de los años cuarenta, es el goleador histórico de estos encuentros con 35 tantos en su haber. Tanto recuento tiene su porqué: estos partidos, los que revaloran la magia y la pasión del fútbol, lo ameritan pues son los que terminan dejando el resto de sucesos deportivos en un segundo plano.
