Composición fotográfica: Aldo Ramírez / DeChalaca.comEl Supeclásico argentino permitió escapar, por 90 minutos, del domingo electoral. River y Boca eligieron jugar pese a la lluvia, y al margen de los errores arbitrales un cambio de Gallardo acabó siendo la mejor elección para nivelar el resultado.


Marcelo Gallardo demostró que el plan B es tan o más importante que la estrategia original. El clima, con su caprichosa y torrencial lluvia bonaerense, nos privó de ver si River era capaz de hacer su ya famoso tiki tiki ante el clásico rival. Pero el ‘Muñeco’ supo replantear: si no se podía jugar por abajo y elaborar los ataques, entonces tenía que tirar centros. Una y otra vez. Ganarle por arriba a una defensa notoriamente más alta. Más aún al tener ventaja numérica de jugadores. Y metió al zaguero Germán Pezzella como ‘9’: había que aprovechar sus 187 centímetros de altura.

Al frente, el ‘Vasco’ Arruabarrena demoró en replantear. River arrancó el segundo tiempo con cuatro delanteros: Teo Gutiérrez, Rodrigo Mora (por las bandas), Lucas Boyé y el mencionado Pezzella (al centro), y Boca se mantuvo con 4 al fondo. Encima, ya no tenía a Fernando Gago al medio, expulsado inexplicablemente por el debutante Mauro Vigliano -de muy mal arbitraje-. En esa circunstancia llegó el empate millonario: centro y gol de Pezzella, tras un bloqueo a medias de Orión. Luego del tanto en contra, el DT metió al ‘Chiqui’ Pérez y Boca mejoró teniendo a 5 defensas. Aunque el rival ya había aprovechado esa demora.

La intensa y un juego dinámico fueron el marco perfecto de un gran partido (Foto: diario Veloz)

Antes, en la primera etapa, Boca se había mostrado superior. Sacó a relucir su garra y carácter. La lluvia, también hay que resaltarlo, le acomodó: era un partido que se tenía que pelear, guerrear, y sacar petróleo de las pelotas paradas. El cuadro xeneize es experto en eso. Así llegó el tanto de Lisandro Magallán, en la primera opción real de gol. Y no hubo muchas más.

Al final, River se fue con la bronca de no haber hecho el fútbol que tan buenos resultados le ha dado, pero con la tranquilidad de prolongar su invicto, seguir en la punta, y no perder en su cancha ante el rival de toda la vida. En Boca, en tanto, se quedaron con la sensación de que con otro árbitro la historia pudo ser distinta. No solo le cobraron un penal inexistente -que falló Mora- y le expulsaron injustamente a Gago -nunca tocó el balón con la mano–, sino que Vigliano le perdonó la vida a Gabriel Mercado cuando ganaba la visita -y luego a Funes Mori, por la misma falta, sí le sacó la roja, cuando el duelo ya estaba 1-1–.

Quedará la polémica de si se debió jugar el partido en esas condiciones: con la cancha inundada parecía más waterpolo que fútbol. Pero en lo que sí hay certeza es que en el fútbol es vital tener un plan B a la mano. Siempre.

Composición fotográfica: Aldo Ramírez / DeChalaca.com
Foto: diario Veloz

 


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