En rojo, más que nunca en rojo

En Avellaneda ya no habrá clásico. Como ya no hay reglas claras en los torneos ni clubes grandes que no se dejen pisar por sus ídolos. Como ya no hay Fútbol de Primera, porque ahora, a las 9.30 de la noche del domingo, recién empieza el partido estelar y la mayoría está más pendiente de sintonizar a Lanata. En los kioscos, El Gráfico es un fantasma mensual. Y el fútbol, una ausencia cada vez más dolorosa en las canchas argentinas.
La crisis empantana a la que, por décadas, fue la liga de vanguardia de Sudamérica. El campeonato argentino hoy es un concierto de cero a ceros y de bravuconadas del estilo de Caruso Lombardi, hoy milagrero de Argentinos Juniors como antes de otros que escaparon de la ‘B’.
EL ROJO EN ROJO. Independiente encarna la debacle de los clubes grandes en todo el continente, tal vez porque sus desordenes económicos ya no pueden competir de igual a igual con proyectos emergentes, aunque estos tengan menor tradición. Independiente fue depredado por gestiones anteriores y su presidente Javier Cantero (que, en favor suyo, lidera la lucha contra la lacra de los barrabravas) fue despedido entre sillas voladoras en una reciente asamblea de socios. A diferencia de River (al que la promoción agarró casi de sorpresa, cuando ya sus hinchas se pretendían salvados), el drama de Independiente fue más intenso y prolongado: desde hace tres años, se sabía que llegaría a esta situación y ni apelar a uno de sus héroes contemporáneos (Américo Rubén Gallego) le valió: el ‘Tolo’ renunció con rostro de Larco Herrera y la bonhomía de Miguel Ángel Brindisi apenas alcanzó para dar pelea hasta el final y asumir una actitud más resignada tras la ida a la ‘B’. Le pasó a Independiente, como le pasó a River; y ya en La Boca tiemblan ante lo que puede ocurrir dentro de dos o tres años. Las credenciales ya no sirven.
PASADAS LAS NUEVE. Fútbol para Todos, el proyecto del gobierno argentino por masificar la televisación del fútbol desde 2009, hasta ahora se había circunscrito a las insoportables propagandas del oficialismo (la tanda publicitaria de los partidos no admite comerciales de empresas privadas; solo se difunden spots con las obras del gobierno, siempre con la voz de fondo de CFK). Pero en el Final 2013 (ya no se llama Clausura), se convirtió ya en un arma: para bajarle el rating a un programa opositor, se programaron partidos los domingos a las 9 y 30 de la noche; generalmente fue, además, el partido estelar (y de más alto riesgo), con las dificultades que implica un horario en que los ‘colectivos’ escasean y los ‘subtes’ dejan de funcionar. Esperemos que este ejemplo no se imite en el Perú (sobre todo ahora, que el Canal del Estado ha empezado a televisar un partido por semana), tan proclive a remedar los despropósitos rioplatenses (los Apertura y Clausura, que tanto daño hicieron, por ejemplo).
LA COPA SE DESBORDA. Desde que Argentina adoptó los torneos cortos, la tradición impuso un campeón del Apertura y un campeón del Clausura, sin finales ni campeones anuales. El año pasado se bosquejó un desempate entre Boca Juniors y Arsenal, y este 2013 se formalizó con una Superfinal, disputada en Mendoza, que a casi nadie le importó: Vélez (campeón del Inicial) derrotó a Newell’s (campeón del Final). Lo terrible es que nadie sabe cómo se colocarán las ‘chapas’ en la Copa principal: no se ha definido si Vélez recibirá dos ‘chapas’ (como campeón del Inicial y del año) y Newell’s una. Nadie especifica si hubo uno, dos o tres campeones: en 1936 ocurrió algo parecido con San Lorenzo (campeón de Copa de Honor)
y River (campeón de Copa Campeonato y ganador de la final Copa de Oro),
y River fue declarado, finalmente, como campeón único. Otro detalle terrible: desde el Clausura 2007 (cuando San Lorenzo fue campeón), no se han vuelto a colocar las ‘chapas’ de los campeones siguientes en la copa: suman diez, desde entonces.
PERSONAS SOBRE INSTITUCIONES. El caudillismo sigue haciendo merma y en Boca Juniors no ha sido la excepción. Volvió Carlos Bianchi y volvió Juan Román Riquelme: este último, peleado con su anterior DT (Julio César Falcioni) llegó a tomarse medio año sabático, pero regresó como pedía la demagogia, como amo y señor del club. El resultado: novelerías, cortocircuitos y desencuentros que han terminado en la partida de otras piezas claves de Boca (Clemente Rodríguez y Walter Erviti) y en un histórico y deshonroso penúltimo lugar.
EL PRESENTE Y EL FUTURO. 29 partidos del Final terminaron 0-0; 29 partidos en 19 fechas, que hacen casi un partido y medio sin goles por semana. Las presiones exageradas por títulos, clasificaciones y promedios (sobre todo, promedios) convierten a los técnicos en miembros del Tea Party, temerosos de que su cabeza ruede. No hace falta ser menottista para caerse del aburrimiento; ni el “Gatorei” de Bilardo serviría para no dormirse con tan pobre espectáculo. Material tampoco abunda y parece que escaseará cada vez más: con un dólar oficial ficticio y la obligatoriedad de cobrar en pesos, Argentina es un destino futbolístico cada vez menos atractivo para los jugadores, que priorizan ofertas de partes vecinos, donde sus ganancias resultan mayores. Más que Boca o River, hoy los clubes más ‘serios’ (Vélez, Newell’s, Racing, Lanús, Arsenal) son los que sostienen el sistema a futuro, ya que su promoción de nuevas figuras no ha menguado.
En medio de este tedio y de un horizonte poco promisorio, Newell’s fue un justo campeón, un lunar rojinegro. Pero, entre los caprichos de Fútbol para Todos y un partido (Estudiantes-Lanús) que debió postergarse porque un hincha fue asesinado en el estadio, la ‘Lepra’ se enteró de que era el campeón por la TV, un miércoles por la tarde.
Composición fotográfica: Roberto Gando / DeChalaca.com
Fotos: Télam, velezsarsfield.com.ar

"barras bravas argentina", long
Me soprendió, me entristeció, ver la visceralidad de esos criminales que campean libremente en las barras de los equipos grandes y chicos de Argentina, codeandose con (y muchas veces controlando a) los dirigentes de los clubes y acabando lentamente con la tradición futbolÃstica de ese paÃs.
Pero... ¿Que tipo de solución tendrá ese problema?