Oulmers, el padre del cordero
De cómo la lesión de un jugador marroquí llevó al G-14 a plantear en 2006 el cambio de sus estatutos para lograr mayor peso ante los tribunales, la UEFA y la FIFA, lo que lo indispuso ante este último organismo.
El desaparecido G-14 planteó en el mes de febrero de 2006 cambiar su estatuto jurídico para que sea reconocido como federación oficial por los tribunales, la UEFA y la FIFA, debido a que al Tribunal de Comercio de Charleroi (ciudad ubicada al sur de Bélgica) le costó mucho considerarlo como interlocutor en el llamado "caso Oulmert".
La situación fue la siguiente. El Charleroi de Bélgica le exigió a la FIFA una indemnización de dos millones de euros por la lesión que su jugador marroquí Majid Oulmers sufrió en un encuentro de selecciones contra Burkina Faso en noviembre del 2004 y que lo mantuvo ocho meses sin jugar. A esa demanda se sumó posteriormente el G-14, que reclamó una indemnización de 860 millones de euros por los daños sufridos por sus 18 clubes durante los diez últimos años.
Los clubes miembros celebraron en Bruselas su asamblea general, durante la que discutieron un posible cambio de estatuto jurídico. También hablaron de un proyecto para ampliar el G-14, para lo que invitaron a representantes de otros clubes europeos, africanos y sudamericanos, como Celtic de Escocia, Galatasaray de Turquía y Corinthians de Brasil. Todo ello puso en alerta a la FIFA sobre el poder que iba alcanzando la entidad paralela, la que ha terminado disolviendo casi dos años luego.
