Wilmar en otra marea
La segunda etapa de Wilmar Valencia como entrenador de Alianza lo enfrenta a un escenario más precario que el de 2005. Otras variables, sin embargo, resultan una oportunidad para reivindicarlo de aquella ingrata experiencia.
Ocho años después, la oportunidad de revancha llegó para Wilmar Valencia: será el entrenador de Alianza Lima en 2013.
Hace ocho años, Valencia dio un salto parecido al de José Soto: ‘Bam Bam’ tenía a su cargo la jefatura de menores, aunque, a diferencia de ‘Pepe’, ya contaba, en su palmarés, con un título de torneo corto (Apertura 2003) y una clasificación a octavos de final de Copa Libertadores (2004), ambos logrados con Sporting Cristal.
Tras la salida del argentino Rubén Darío Insua, en mayo de 2005, Valencia fue convocado de emergencia para dirigir, de forma interina, el último choque de la primera rueda, que concluyó con triunfo aliancista por 2-1 sobre Sport Boys. Los memoriosos, sin embargo, recordarán que persuadir a ‘Bam Bam’ de quedarse en el cargo fue muy difícil. Valencia insistía en no dejar el trabajo con los menores; tanto así, que el Apertura entró en un receso de casi un mes por las Eliminatorias y, en ese lapso, Alianza afrontó un cuadrangular (junto a Sport Boys, Cienciano y Unión Huaral) en el que fue dirigido por Jaime Duarte.
Valencia, finalmente, aceptó poco antes de empezar la segunda rueda, que tuvo un arranque espectacular, con tres triunfos consecutivos (2-6 sobre Melgar, 2-0 sobre Cristal y 0-2 sobre Alianza Atlético). Luego, vino un clásico en Matute que culminó 0-0 y Alianza, con opciones reducidas de lograr el título, se dejó llevar por la irregularidad. Sin embargo, alcanzó un tercer puesto meritorio, considerando que, cuando Valencia tomó el equipo, Alianza marchaba undécimo.
El Clausura sí fue de pesadilla: los blanquiazules perdieron cuatro de sus seis primeros encuentros y, paralelamente, se desató un escándalo: Juan Jayo y Miguel Rebosio fueron filmados por un programa de farándula bebiendo licor al lado de Alexander Sánchez, aún una joven promesa del club. Valencia, sin piso por los malos resultados, exigió la separación de Jayo y Rebosio. No tuvo eco, salvo honrosas excepciones, como la de Constantino Carvallo, quien renunció a la Comisión de Disciplina y meses después dejó definitivamente el club, cerrando la exitosa sociedad de Alianza con el Colegio Los Reyes Rojos. “El entorno tiene que dejar un buen ejemplo y en Alianza se mantiene a pésimos ejemplos. El señor Jayo conoce a ‘Wally’ Sánchez, sabe su historia y que puede terminar muy mal. Por eso es una canallada lo que ha hecho”, declaró Carvallo. Valencia prefirió irse en silencio, sin reproches. La respuesta de la directiva de ‘Cuchi’ Souza Ferreyra, sin embargo, fue elocuente: su reemplazante fue Roberto Chale.
En aquel 2005, Valencia ganó apenas el 47.37% de los puntos disputados, aunque las cifras que dejó fueron algo superiores al promedio aliancista de la temporada (44.44%).
Hoy, con Jayo en el retiro, Valencia tendrá que guiar a un grupo muy joven, donde, de momento, solo sobresale la experiencia de Walter Ibáñez. La economía del club tampoco tiene la ficticia prosperidad del año 2005, cuando Alianza podía darse el lujo de repatriar a un jugador desde el fútbol español (Miguel Rebosio).
Valencia parece encajar mejor en el perfil que necesita Alianza que Comizzo en el que necesita la ‘U’; pero también encaja mejor que en el perfil que requería aquel Alianza de 2005. Hoy el club victoriano requiere un liderazgo más intenso que hace ocho años, cuando el universo de experimentados era mayor (Jayo, Sáenz, José Soto, Ciurlizza, Butrón, entre otros) y él, en cambio, recién comenzaba su carrera como técnico. Respalda a Valencia su trayectoria en menores (tanto en Alianza como en Esther Grande de Bentín), que lo ayudará a adaptarse con facilidad a un plantel bisoño e inexperto; sus experiencias más recientes como técnico también fueron satisfactorias y cumplieron con los objetivos planteados (salvó la baja con Melgar en 2011; clasificó a Huancayo a la Sudamericana en 2012).
Su primera tarea será trazar los objetivos de Alianza para 2013, algo que, hasta ahora, la incertidumbre del club no ha permitido.
Foto: diario Correo
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vamos pueblo..
