Composición fotográfica: Aldo Ramírez / DeChalaca.comLa Premier League acaba de cumplir 25 años y es el ejemplo de cómo lograr el éxito gerencial y comercial de una liga y llevarlo al plano futbolístico. ¿Es posible aplicar lo aprendido en el alicaído fútbol peruano?
    Alonso Salazar | @alonsosz91
    Editor

Puede que el fútbol inglés no esté en su mejor momento futbolístico; que, a comparación del resto de ligas de primer nivel en Europa, no se encuentre a la misma altura competitiva -o, al menos, casi ninguno de sus equipos-. Pero lo que nadie puede negar es que el país inventor de este deporte es un ejemplo en lo que a manejo y gerenciamiento se refiere. Y a quien no lo crea así, le conviene revisar un poco la historia de cómo se creó la Premier League y de dónde a dónde se trasladó con esa decisión.

Rebelión en la cancha

Allá por el final de la década de 1980, el fútbol inglés pasaba por uno de sus peores momentos. En lo que a fútbol propiamente se refiere, los equipos ingleses se encontraban lejos de ser rivales competitivos en torneos continentales. Y fuera de las canchas la cuestión se encontraba incluso peor. La Football League, como entonces era conocida, estaba conformada por cuatro categorías (escalonadas). Problemas que iban desde lo financiero hasta la violencia -el hooliganismo- estaban cerca de quebrar el sistema. En ese entonces los ingresos por derechos televisivos, que ni siquiera constituían los ingresos más importantes, eran repartidos entre las cuatro divisiones.

La situación se volvió tan crítica que los equipos más importantes de la época -los big five, como eran conocidos Liverpool, Manchester United, Tottenham, Everton y Arsenal- lanzaron la propuesta de independizarse de la Football League y conformar una propia liga independiente de las otras tres, que pasaría a ser la principal. El resultado fue la desvinculación de los veinte clubes más importantes del sistema de la First Division y su transformación en la FA Premier League, creada el 20 de febrero de 1992.

La representación de los equipos que participaron en la Premier League 1992/93 (Foto: Sky Sports) 

El paso más importante se dio al celebrar un mejor contrato de exclusividad por los derechos televisivos, por un monto de poco más de 300 millones de libras esterlinas; el contrato de la Football League no llegaba ni a los 50 millones. La distribución entre los equipos también varió, y es muy distinta de cómo se reparten los ingresos en otras ligas en las que cada equipo negocia sus propios derechos: la mitad se distribuye equitativamente, un cuarto según las posiciones finales y otro cuarto de acuerdo con la cantidad de partidos televisados. El resultado: mayores recursos económicos para que los clubes se refuercen, desde el cuerpo técnico hasta las instalaciones. Por supuesto que no todos los equipos supieron utilizar adecuadamente sus recursos, pero sobre las leyes del mercado no le compete a este artículo -ni al fútbol mismo- pronunciarse.

Por hacer corta la historia, la Premier League se convirtió en la liga más rentable del planeta. Las ganancias han superado los 3,000 millones de libras esterlinas y seguirán creciendo. Hoy la Premier se está construyendo como marca propia, como sucede con la NBA o la NFL, por ejemplo, algo que en ninguna otra liga futbolística de nivel mundial está sucediendo. Existen críticas al modelo de negocio y se espeta que este grado de desarrollo no se ha trasladado al plano de la selección nacional -ha transcurrido más de medio siglo desde que Inglaterra ganó su primer y único Mundial-, pero en lo que a todo lo demás respecta (manejo interno, organización, reparto de derechos televisivos y otros recursos) no existe competición capaz de alcanzar a la Premier League.

¿Premier… División?

Sí, leyó bien. Y no, nadie está inventando algo nuevo. La idea de crear una División Premier en el Perú no es una propuesta de DeChalaca -muy a pesar de que somos fieles creyentes y promotores de algunos cambios como los que se dieron en Inglaterra-, sino de Manuel Burga Seoane. Así como lo lee.

¿Se imaginan a San Martín y León definiendo la temporada 2010 como División Premier? (Foto: archivo DeChalaca.com) 

Allá por 2009 el ya entonces poco querido y hoy procesado expresidente de la Federación Peruana de Fútbol aprobó la Resolución 008-FPF-2009, una iniciativa promovida por futbolistas y el propio Safap. Esta resolución planteó una reforma del sistema del campeonato que lo asemejaba bastante a lo que se vio en su momento y se ve hoy en la Premier.

Para empezar, se pretendió elevar el estatus de la Primera División y se propuso crear, con ese nombre, la División Premier. Pero el resultado no era solo elevar a la Primera, sino también a la siguiente categoría, puesto que la Segunda División pasaría a denominarse Primera División, tal como sucede en Inglaterra. Marketeramente, era una idea positiva que buscaba repotenciar el producto.

También se planteó reformar el ascenso para que solo la Primera División diera acceso a la División Premier -con el descenso operando bajo la misma lógica-. Así, de la Copa Perú solo se podría pasar a la Primera División, y no a la División Premier. Los nombres podrán enredar, pero la receta era inmejorable: el "fútbol macho", en la práctica, no perdía el ascenso "a Primera" que tanto reclama. Además, se buscó también que los clubes tuvieran una cancha asegurada en la que jugar por las siguientes temporadas, de modo de combatir la informalidad que ha tenido tantas veces a tantos clubes buscando casa en pleno campeonato.

¿Y qué pasó?

Manuel Burga y otra propuesta que no cumplió. (Foto: Andina) 

Pasó el Perú. Pasó lo que se acostumbra ver por acá: el incumplimiento. Si bien la resolución reflejaba una buena e inteligente iniciativa, la realidad daba una pequeña palmada condescendiente en el hombro. No sería esta, por cierto, la primera vez que Burga firmaba una resolución que planteaba reformas que nunca se ejecutaron: ocurrió antes en 2002.

Hoy, ocho años después, se sigue teniendo una Primera División en discretas condiciones organizativas -que ha ido encontrando algunas mejores prácticas con el correr del tiempo, amén de algunos retrocesos en los últimos meses-. La Segunda División sigue siendo un producto de muy bajo valor. La Copa Perú sigue, contra viento y marea, dando un cupo a Primera División. Y solo desde este 2017 se empieza a aplicar el sistema de licencias promovido por la FIFA y ahora requerido por la FPF para competir en Primera. Licencias que, entre otras cosas, requieren que los clubes tengan cancha fija -sea propia o alquilada, pero con un contrato con plazos determinados-. Puede parecer poco pero, comparado con la ineficiencia e ineficacia de las gestiones de Burga, un paso lento pero firme es más que lo que antes se podía pedir.

Son estos pasitos los que permiten pensar -¿soñar?-- con que el fútbol peruano pueda seguir los pasos de la Premier League. Porque no se trata de hacer comparaciones irreales ni de pedir regalos a personajes ficticios. Es cuestión de plantear objetivos razonables y dirigir adecuadamente un negocio, cosa que el fútbol es al final del día. No se trata, en este punto, de volver de la noche a la mañana al fútbol peruano uno de los mejores a nivel sudamericano; se trata puramente de revalorizar la marca, sobre todo en el nivel interno. Algo que el Descentralizado necesita con urgencia.

Revalorizar la marca del fútbol peruano es una necesidad. (Foto: cortesía Ovación digital) 

¿Será posible alguna vez importar a esta tierra lo bueno que se hace afuera? En DeChalaca somos fieles creyentes de que esto y más es posible. Pero por encima de voluntades, en el fútbol hace falta gente que sepa de negocios y que quiera hacer de este uno rentable con maximización de beneficios. Un principio que, en un escenario atomizado y con incentivos perversos para la búsqueda del éxito individual, lamentablemente no impera.

Composición fotográfica: Aldo Ramírez / DeChalaca.com
Fotos: Andina, Sky Sports, archivo DeChalaca, cortesía Ovación digital


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