Valió un penique
Empecemos con algo tan drástico, duro, cruel y realista como que los dos primeros goles de la selección uruguaya fueron en gran parte responsabilidad del golero peruano. Quizás tenga que ver con el nerviosismo previo, la presión del estadio, o simplemente la inexperiencia en estos partidos, pero lo cierto es que luego Penny fue fundamental para el resultado en el Centenario.
Hay dos etapas del partido del largo portero peruano, y es que durante la primera mitad tuvo dos fallos garrafales que terminaron en goles en contra. Primero, una falla infantil, una reacción aún más distraída y el cobro polémico posterior. Luego el centro rasante de Suárez y otra escapada. Igual, no hay mejor arquero que Penny en el momento, pues Fernández que es el único que lo podría reemplazar, no tiene continuidad y ya demostró que eso le pesa jugando a nivel eliminatorio.
La otra etapa de la actuación de Diego Penny fue el segundo tiempo, cuando en realidad tuvo jugadas de apremio y que son dignas de valorar como el penal, ya que esta jugada particularmente se trató de un atajadón y a un jugador como a Forlán. Otro ejemplo de su buena actuación en la parte final del partido fue la volada previa al tercer gol, cuando nos salvó de una posibilidad inminente.
Otra realidad es que Penny se disponía a ir a cabecear en la penúltima jugada del partido, pero Ramírez se apuró y terminó desperdiciando una buena oportunidad que degeneró en el cuarto gol y final goleada.
Foto: AFP
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