Vacaciones (in)útiles

Salvo contadas excepciones, es habitual que los equipos peruanos, en esta parte del año, empiecen a cosechar resultados negativos en el contexto internacional. Más allá de las diferencias futbolísticas con clubes de esta parte del continente que llegan al país para sellar una prematura eliminación local, resulta palpable que el cronograma de inicio del campeonato se convierte en uno de los grandes obstáculos para que nuestros representantes se encuentren en otra sintonía al momento de encarar un partido oficial en el mes de enero. Si se hace un análisis del calendario peruano, uno empieza a denotar los huecos que se forman, y por ello es necesario proponer alternativas para darle más rodaje y publicidad a los equipos, una presión a la formalización y dejar las improvisaciones de lado.
¿Demasiadas vacaciones?
El torneo doméstico, por lo general, siempre arranca en la segunda semana de febrero; detalle que, con otra planificación, bien podría trastocarse. Para muestra, un claro ejemplo de lo que viene sucediendo -y sucederá- a lo largo de esta temporada: para el actual Descentralizado, con 16 equipos, se necesitan exactamente 30 semanas de las 52 y poco más que cuenta el año, y eso sin incluir los miércoles que se podrían utilizar eventualmente. Este año se dispondrá de tan solo uno, el 18 de mayo exactamente. Las fechas obligatorias y más difíciles de cambiar son la ida de la primera ronda de la Libertadores a fines de enero, los partidos que juegue la selección nacional (fechas Fifa y Copa América), los feriados de rigor en 28 de julio, Navidad, y Año Nuevo y, por supuesto, los dos fines de semana que tendrá confinado a la elecciones presidenciales.
En este 2011, además, la Copa América se jugará del 1 de julio al 24 de julio, y la primera ronda del Descentralizado terminará el 29 de mayo, un mes exacto antes de la cita continental, tiempo necesario para que la selección pueda concentrarse adecuadamente. Asimismo, la segunda rueda va del 30 de julio al 27 de noviembre, y desde ahí todos los equipos, a excepción de los finalistas, no volverán a tener actividad hasta las primeras semanas de febrero de 2012; detalle que, inexorablemente, otorga unas vacaciones de más de dos meses. Toda esta explicación, días más, días menos, ha solido suceder en los últimos tiempos. Ante ello, surge una interrogante necesaria: ¿Acaso no se puede preparar un equipo en menos de 75 días o se debe esperar a las últimas semanas para armarlo? En ese sentido, otros países ya adelantaron su calendario futbolístico hace varias temporadas.
Por ejemplo, en Brasil, la Liga Paulista actualmente ya lleva cinco jornadas; en México van cuatro fechas del Torneo Clausura, en Venezuela ya se han disputado tres jornadas, en Bolivia van dos, mientras que en Chile, Paraguay y Ecuador empezaron sus actividades este fin de semana. Hasta el momento, Argentina, Uruguay y Perú son los únicos países que todavía no arrancan; y si habría que estar a la par con el resto de nuestros adversarios, urge modificar algunos temas para los años posteriores. El Descentralizado bien podría iniciarse desde la quincena de enero, y así el equipo que deba jugar la primera ronda de Libertadores puede tener mayor conocimiento de causa de cómo se comporta en un torneo de mayor nivel, con un aproximado de dos partidos oficiales encima.
En el caso de Torneos de Verano, que tan de moda se han puesto en los últimos años por estos lares, la situación parece más complicada pues, si no se harían concretamente en diciembre, en este mes debería efectuarse la conformación de los planteles; acaso podría innovarse con una especie de Torneos de Invierno (como sucede en el verano europeo), donde la mayoría de equipos cuentan con cerca del 70% de su plantel. Y en casos de los Mundiales o Eurocopas, el porcentaje es bastante superior.
Fechas límite
A todo ello, adaptándose a los parámetros para correr el calendario, tendría que haber un cierre de mercado de pases en la primera semana de enero, para así apurar a los equipos a conformar sus plantillas con anticipación, quizá con clausulas de salida al extranjero para no perder las chances de emigrar.
Entonces, de concluir el campeonato en la quincena de diciembre o antes de esa fecha -empleando los miércoles de la segunda rueda-, se podría disponer de un periodo de vacaciones adecuado, con lo cual un equipo puede ir calentando motores desde la última semana del año para estar en capacidad de empezar el torneo doméstico durante la quincena de enero.
Desde diciembre mismo, inclusive, pueden empezar los Torneos de
Verano, continuando la senda de los que se van jugando actualmente, como
la Copa Ciudad de Trujillo -con dos ediciones- y el bisoño Cuadrangular
crema. También sería bastante interesante que se vuelva a disputar ‘El
Clásico del Verano’, así como crear torneos en otras ciudades, con una
figura similar a lo que se llevó a cabo entre 1999 y 2006.
¿Copa durante el año?
La Copa Intermedia que se disputará a mitad de año, y que probablemente se mantenga en las temporadas posteriores, hasta podría encajar perfectamente con la propuesta establecida líneas arriba si todo mantuviera un formato paralelo; ergo, iría a modo de comparsa del Descentralizado. Así, la Segunda División debería empezar aproximadamente en febrero, y los equipos de la Copa Perú que participen de este torneo tendrían que conocer su presencia con antelación para poder prepararse; igual, sus respectivas ligas distritales empiezan en ese mes y pueden gozar de mayor rodaje.
Entonces, de suponer tal premisa, la mejor opción para el desarrollo de esta Copa debería incluir la participación de 32 equipos (como ocurrirá en este temporada) y nueve fechas tentativas de disputa: una primera ronda (dieciseisavos de final) a un solo partido, y el resto de llaves eliminatorias, hasta la gran final, a partido doble.
Sin embargo, el único inconveniente que podría acarrear este formato es que, debido a las continuas fechas de la Copa Libertadores, los dos o tres participantes en el torneo continental no tendrían fechas libres hasta mediados de abril, siempre y cuando queden excluidos del certamen, lo cual desordenaría los sorteos y el desarrollo de la misma. Por ende, no se podría dar un premio deportivo si no participan -en teoría- los tres equipos más importantes del año anterior.
En todo caso, de adelantar el almanaque futbolístico en el Perú, el aficionado local, además de estar a la par con la mayoría de países sudamericanos, tendría menos probabilidades de destilar bilis a raudales con la participación de nuestros equipos en las competencias internacionales que rompen fuegos a principios de año.
Composición fotográfica: Paul Arrese / DeChalaca.com

Esta propuesta darÃa la oportunidad a los equipos de copa perú y segunda división a mostrarse al menos en tres cotejos; lo cual generarÃa más taquilla.
Bueno a ver que les parece y que otras ideas podrian sugerirse.
El descentralizado,la Segunda y las ligas superiores departamentales(Sólo amateurs) deberÃan arrancar a mdeiados en Marzo y extenderse hasta octubre o noviembre,a mitad de enero hasta fines de febrero deberÃan jugarse la Copas departamentales incluyendo los representantes profesionales en cada departamento(esto incluso sirve para preparación para todas las ligas y se revivirÃan los antiguos clásicos regionales), a partir de noviembre y diciembre podrÃa jugarse la fase nacional de la Copa Perú incluyendo a los equipos profesionales en el formato que siempre estoy proponiendo.
En casos de los Mundiales o Eurocopas el porcentaje no seria INFERIOR ya que sus jugadores estan convocado y por ende tienen menos jugadores en su plantel (porcentage menor)
Los jugadores no tienen mucho tiempo de vacaciones porque las pretemporadas arrancan despues de año nuevo. Están entrenando todo enero para llegar a febrero a jugar fútbol. Empezar el campeonato desde enero serÃa prematuro.