Composición fotográfica: José Salcedo / DeChalaca.comTodo indica que los clubes profesionales deberán afrontar desde este 2015 un costo que no contemplaban en su prespuesto: el de seguridad privada para los estadios, a partir de un compromiso que debe suscribirse este miércoles 4 con las autoridades policiales. ¿Están preparados para ello?

La difícil relación entre el fútbol y la seguridad, que ya en diciembre escribió capítulos complicados con las idas y vueltas para la programación de los partidos de la final nacional 2014 entre Sporting Cristal y Juan Aurich, pasará desde este 2015 a una nueva etapa. Este miércoles 4, en principio, debe suscribirse un acta de compromiso entre los principales entes rectores de este deporte en el país (IPD, FPF, ADFP y ADFP-SD) y las autoridades policiales (Ministerio del Interior, Policía Nacional del Perú y Onagi) para establecer un nuevo protocolo de seguridad para espectáculos deportivos. Y los cambios que incluirá -muchos de ellos positivos- implicarán una necesaria reestructuración del balompié como actividad económica.

Las innovaciones

DeChalaca tuvo acceso al borrador del documento que debe suscribirse y entre los cambios más saltantes respecto del régimen que actualmente predomina se proponen los siguientes:

- Los organizadores deberán de manera obligatoria contratar seguridad privada para el interior de los estadios, a razón de un efectivo por cada 50 espectadores (o entradas impresas), para cualquier partido de fútbol profesional. Dicha proporción podría variar a solicitud de la autoridad policial según el nivel de riesgo del partido.

- La seguridad privada contratable puede incluir a efectivos de la Policía Nacional del Perú (PNP) que estén de franco, siempre de acuerdo con las exigencias del partido en términos de personal de seguridad.

- La PNP podrá disponer efectivos fuera del estadio para garantizar el orden público e incluso dentro de él si lo considerare necesario, según su decisión.

La seguridad para el encuentro será lo primordial. Deberá ser privada y contratable (Foto: Andina)
- Las entradas para cualquier partido de fútbol serán solo adquiridas con DNI de por medio, y en el boleto impreso figurará el número del adquirente. Se impedirá el acceso al estadio de toda persona cuyo DNI no coincida con el impreso en el boleto. Una misma persona solo podrá comprar un máximo de tres entradas, y deberá necesariamente consignar los números de DNI de sus acompañantes para que sean también impresos en las entradas respectivas.

- Se creará el Registro Único de Empadronamiento de Barristas (Ruebar), cuyo llenado de datos estará obligatoriamente a cargo de cada club profesional y supervisado por la Oficina Nacional de Gobierno Electrónico, independientemente del tamaño de su barra.

- Los barristas ingresarán a los estadios en horarios preferentes siempre que cuenten con una entrada convencional que incluya sus nombres y números de DNI, así como con el carné de barrista correspondiente a su empadronamiento en el Ruebar.

- Se prohibirán de manera terminante las preconcentraciones y marchas de barras hacia los estadios. La PNP tendrá facultad para disolver dichas aglomeraciones y en ningún caso acompañará a las barras hacia los escenarios deportivos. Tampoco facilitará vehículos para traslados de barristas: cualquier disposición al respecto debe ser asumida por el club que quiera movilizar a sus hinchas. Además, la responsabilidad de cualquier desmán en la zona de influencia de los estadios establecida por la PNP será atribuible a los clubes organizadores.

Los beneficios

Sin duda, las medidas a primera impresión son saludables. Para empezar, se hace una distinción que hace tiempo era necesaria entre la seguridad al interior del espectáculo deportivo (dentro de los estadios) y fuera de él, tal como existe en los conciertos: personal privado adentro del recinto y efectivos policiales fuera de él.

El empadronamiento de hinchas será necesario e inevitable (Foto: Andina)

Por otro lado, se logra ordenar el régimen de compra de entradas: tener seguridad privada en las puertas de los estadios ayudará a garantizar la coincidencia entre los DNI consignados en las entradas y los de las personas ingresantes, sumado el hecho de que hoy los menores de edad también cuentan con dicho documento. Asimismo, se da un paso adelante con la exigencia del Ruebar a fin de monitorear más de cerca la identidad de barristas auténticos, de modo de dejar de lado los empadronamientos -por lo general inservibles- que cada club hacía por separado.

Finalmente, la prohibición de las preconcentraciones y las caminatas también constituyen una necesidad inherente al crecimiento de la urbe y la seguridad necesaria. Que la PNP tenga capacidad de represión en este aspecto es clave para garantizar el orden.

La gran duda

El principal cuestionamiento que ya ha podido escucharse desde los clubes profesionales es económico. Al respecto, vale tener claro que estas medidas no distinguen entre instituciones: serán aplicables tanto para Alianza Lima o Universitario en Primera División como para Los Caimanes o Deportivo Coopsol en Segunda División.

Según pudo conocer DeChalaca, el costo de un efectivo de seguridad privada (que como se señaló, en su mayor parte corresponde a efectivos de la PNP en días de franco) es de S/.98. Bajo el supuesto antojadizo de que el costo promedio de una entrada sea de S/.10, un club requeriría diez entradas vendidas para pagar un solo efectivo. Si se toma como referencia partidos de -por proseguir el ejemplo- Los Caimanes en los que se ha llevado al estadio un promedio de 100 espectadores, si se pusieran 500 entradas a la venta (que suele ser lo mínimo imprimible), el costo de la seguridad privada (diez efectivos en el caso planteado) se comería por completo la taquilla.

De esta manera, el nuevo régimen podría terminar haciendo inviable el fútbol como negocio para diversos clubes del medio. Y si bien eso puede constituir un importante filtro para determinar qué instituciones son realmente profesionales y cuáles no, posiblemente la aplicación brusca del sistema podría generar un desequilibrio de corto plazo para clubes que han planteado sus presupuestos 2015 sin considerar este aspecto.

Reflexiones y sugerencias

El número de entradas vendidas será algo vital para el costeo de seguridad para cada equipo (Foto: Andina)

En DeChalaca consideramos, por supuesto, que un club auténticamente profesional debe estar en capacidad de llevar muchísima más gente al estadio que la descrita en el ejemplo planteado. Y de algún modo, este nuevo sistema de control de asistencias generará un filtro necesario para eliminar de la elite profesional a aquellos equipos que no están en capacidad de responder a las exigencias del fútbol moderno, partiendo de la premisa de que en cualquier economía de mercado es absolutamente legítimo que los gastos de la seguridad privada de un espectáculo corran por cuenta de los organizadores, sin subsidio alguno del Estado (en este caso representado por la PNP).

Sin embargo, también creemos que para salvaguardar la integridad del fútbol, es necesario que la FPF, la ADFP y la ADFP-SD adecuen, por este 2015, alguna especie de fondo especial para costeo de seguridad privada. Este podría derivarse de los ingresos televisivos, por ejemplo, pero mediante un congelamiento de fondos que garantice cierto equilibrio en el tema y que impida el riesgo de que los clubes dilapiden el dinero en otros gastos. Lo más importante, por supuesto, será que sea un régimen temporal, para lo cual será clave seguir caminando hacia un fútbol en el cual los clubes tengan menor derecho de voto y actúen más como licenciatarios, como ya ha explicado hasta el hartazgo DeChalaca.

Por lo demás, acá consideramos que el nuevo sistema es un buen paso que demuestra que cuando se actúa con coordinación y sin prepotencia, las autoridades policiales y el fútbol pueden ir de la mano. Será clave que la parte que atañe al consumidor final (la venta de entradas con DNI) funcione de manera eficiente para que el sistema gane credibilidad, por lo cual la supervisión del acceso es clave y quizá no deba corresponder solo a los clubes, dentro de los cuales -es harto conocido- suelen existir personas que buscan beneficiarse de modo individual mediante mercados secundarios. Que en aspectos como este se asuman responsabilidades y no se rehúyan será, sin duda, un elemento catalizador para que el nuevo régimen llegue a buen puerto.

Composición fotográfica: José Salcedo / DeChalaca.com

Fotos: Andina


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