Un club de principios
La salida de Josep Guardiola del Barcelona luego de cuatro temporadas llenas de títulos deja al cuadro catalán en la obligación de confirmar, de mano de Tito Vilanova, que en su juego existe un ideal colectivo y no solo la influencia de una persona.
El mundo de fútbol se tomó muy apecho la confirmación de que Guardiola no renovará con el Barcelona y tendrá un año sabático lejos del deporte rey. En los últimos días, varios especiales y recuerdos de ‘su’ Barca se ha podido ver en TV y otros medios. Pero la gran incógnita hoy por hoy es si Tito Vilanova, asistente del ‘Pep’ durante estos años, tendrá el nivel para mantener el juego superlativo del equipo en la próxima temporada.
Manteniendo la base
Los cambios siempre generan traumas, a veces son pequeños y manejables, a veces grandes y prolongados. Ya hemos comentado sobre el Inter post-Mourinho, que todavía no recupera el nivel que dejó el portugués, pues algo así se teme con el cuadro culé. Para quienes desconocen a Vilanova, hay que decir que en esta situación lo mejor era dejar a alguien que ha vivido estos años, que los jugadores lo conocen, que maneja un conocimiento del club y que ha sido parte de los logros recientes.
Algunos jugadores mostraron su alegría con la confirmación de Vilanova. Dos capitanes, Carles Puyol y Xavi Hernández, señalaron que lamentan la salida de Guardiola, pero que están contentos porque el asistente asuma su lugar. Los jugadores lo conocen, saben sus ideas y si bien extrañarán a Guardiola, están tranquilos de que no van a haber mayores cambios en el equipo.
Listón alto, presión máxima
Pero más allá de esa ventaja, es obvio que ser DT del Barca es sumamente complicado. El juego puede que no cambie, se priorizará la posesión, se seguirá con las rotaciones de posición y todo lo demás que caracteriza al estilo catalán, pero el puesto que está obteniendo Vilanova significa también aguantar mucha presión mediática, al siempre exigente aficionado catalán y el aguantar las críticas o ironías de Mourinho. El flamante nuevo DT tuvo que superar hace no mucho tiempo una dura enfermedad, de la cual se recuperó para retomar su puesto al lado de Guardiola. Algo que también habla de que tiene tesón y que ya ha superado retos mayúsculos en su vida privada.
Es evidente que su primera prueba será durísima. Le espera el Real Madrid en la final de la Súpercopa de España. Un Madrid que ya está más rodado con un Mourinho que comenzará su tercera temporada y que quiere volver a ganarle al Barca y vengarse de la final del año pasado. De perder ese título, los cuestionamientos caerán inmediatamente y le aumentará la presión para los siguientes partidos de Liga y Copa. Por ello, será clave el apoyo de los jugadores y directivos. Pese a que por ahí se rumoreó que si bien Sandro Rosell, presidente del Barca, y Andoni Zubizarreta, gerente deportivo, estuvieron de acuerdo con darle el puesto a Vilanova (es más, el exportero señaló que él tuvo la idea), no ha faltado el cizañero que afirmó que se esperaba que el ex Celta no tomara el puesto. En pocas palabras, por ahí se dijo que se le ofreció el puesto más por obligación que por convicción.
En la cancha se hablará
Pero si algo se puede concluir es que todo es una especulación de aquí hasta que comience la próxima temporada. El Barca necesita fichar al menos tres jugadores para volver a ser un club competitivo que puede apostar a ganar todos los títulos, algo que le faltó el año pasado y por ahí Vilanova no es tanto como Guardiola y si bien le dará un espacio a la cantera, buscará reforzar con gente de afuera posiciones como la zaga central y la delantera. Ese puede ser su mayor diferencial.
Además, Vilanova conoce todo acerca del trabajo de ‘Pep’ y por ello debe saber en qué falló en esta temporada. Si logra el compromiso de los jugadores, maneja los egos de Messi, Villa y Piqué; podrá mantener al equipo con hambre de triunfos y con un juego “preciosista” pero efectivo, algo que en varios momentos de la última temporada de Guardiola no tuvo.
Para quienes le tienen poca fe a Vilanova, habrá que hacerles recordar que Guardiola llegó al primer equipo luego de haber dirigido una temporada al Barcelona B y nada más. No tenía mayor experiencia y necesitaba reflotar a un equipo que andaba muerto internamente. Ese mismo hombre confió en Vilanova para que se mantenga como su mano derecha y ahora que le toca volar solo, lo apoya al 100%. En todo caso, hay que tener en cuenta que todos los 14 títulos que ganó el Barca en estos cuatro años también se debieron a él.
Composición fotográfica: Roberto Gando / DeChalaca.com
Fotos: AFP, Reuters, AP
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