Trobbiani en claroscuro
La abrupta salida de Marcelo Trobbiani de Sport Huancayo trajo consigo un cargamontón de críticas hacia el técnico argentino. Acá, un análisis que demuestra que muchas de ellas no refieren lo que es verdaderamente cuestionable del polémico estratega.
Cuarto adiós de Marcelo Trobbiani en el balompié peruano. Cuarta salida que se da en medio de reproches hacia los dirigentes de su ex club (primero fue Universitario en 2004, luego Cienciano en 2009 y 2011, y ahora Huancayo) y hacia otros actores del fútbol local (en esta oportunidad le tocó a los árbitros y a las mismas autoridades de la FPF). Muchas críticas y alaridos pero ninguna autocritica. Pero a diferencia de otras oportunidades, en esta ocasión el técnico argentino fue duramente cuestionado por los medios, los cuales lanzaron serias acusaciones hacia su persona, las mismas que DeChalaca.com analiza en el siguiente informe que tiene por objeto mostrar que la mayoría de críticas no refieren lo que verdaderamente se le debe cuestionar a Trobbiani.
Lo que sí es criticable
La malcriadez de Trobbiani. El comportamiento violento y poco educado, digno de un matón, es la característica más criticable de Marcelo Trobbiani. Durante su estadía en el Perú, el técnico argentino nunca corrigió su poco control de la ira, esa misma que lo llevó a protagonizar tristes episodios de violencia como la pelea que tuvo con Guillermo Rivarola en un Cristal-Cienciano en el Alberto Gallardo o los airados reclamos que solo azuzaron los ánimos en el Cienciano-Universitario disputado en Urcos en 2004. Trobbiani es un entrenador que causa problemas en un número considerable de partidos y sus actitudes solo generan más violencia. Lejos de asumir su responsabilidad como cabeza de un equipo y transmitirle tranquilidad a sus dirigidos, él se sigue comportando como un jugador más. Y es justamente este aspecto el que debió primar a la hora de cuestionar al ex técnico del cuadro huancaíno.
Que no asuma sus errores ni tenga autocrítica. En sus últimas declaraciones como técnico de Sport Huancayo, Trobbiani lanzó duras críticas contra los árbitros y hasta del propio presidente de su club, a quien acusó de no luchar por los intereses de su equipo y quedarse callado por no chocar con la FPF. Sin embargo, el técnico solo enumeró todas las “injusticias” que se cometieron en su contra o de su equipo, pero olvidó todas las sanciones que se le impusieron de manera justificada y que lo obligaron a dirigir más en la tribuna que en la zona técnica. En ningún momento Trobbiani hizo un mea culpa de sus exabruptos. El argentino enmarca u mal hábito de un grueso de la sociedad peruana: echarle la culpa al resto cuando los resultados son adversos. Tras su mala conducta, su falta de autocrítica es el otro elemento a criticarle a Trobbiani.
Lo que no es criticable
Que no marcara la diferencia como técnico extranjero. ¿Por qué se tiene que pensar que lo extranjero debe sumar más que lo nacional? Resulta retrógrado exigirle al extranjero ser mejor que el peruano solo por el hecho de venir de afuera. La nacionalidad no debe importar a la hora de juzgar el trabajo de un profesional. Lamentablemente dentro de las críticas a Trobbiani hubo mucha xenofobia debido a que al técnico argentino le machacaron mucho más sus malcriadeces por ser justamente argentino. Personas malcriadas hay en todas partes del mundo y la nacionalidad argentina del ex técnico de Huancayo no debió utilizarse para engrandecer su patanería y malcriadez.
Su trabajo como estratega. Decir que Trobbiani no tuvo una idea de juego propia o que no aportó nada al medio en la parte técnica es completamente falso. El argentino fue el primero que impuso el 4-1-4-1 en el medio local y, justamente, DeChalaca le dedicó un análisis a la táctica que empleó en aquel Cienciano de 2011, donde increíblemente no llegó a clasificar a ningún torneo internacional pese a conseguir el 55% de los puntos que disputó durante las 20 fechas que entrenó al equipo cusqueño. Resulta injusto que algunos medios señalen, sin sustento, a Trobbiani como un técnico incapaz cuando sus campañas hablan por sí solas: cuando dirigió a Universitario en 2004 lo tuvo peleando la punta con Cristal; en sus periplos por Cienciano, el equipo cusqueño se mantuvo en la parte alta de la tabla en 2009 y 2011. Finamente, con Huancayo, el ‘Matador’ peleaba un cupo a la Sudamericana. Trobbiani es un técnico malcriado pero que sabe jugar el Descentralizado y prueba de ello es que con planteles cortos pudo competir al utilizar tácticas de juego que denotaron agresividad en el juego y una velocidad por encima del promedio.
Que es un técnico que fomentaba la discriminación. ¿Se comprobó que lo hiciera? Varios medios no dudaron en dar cabida a las informaciones que señalaron que Marcelo Trobbiani cometió un acto de discriminación al relegar a los brasileños de su equipo (Rafael, Andrey Almeida y Kleyr). Sin embargo, nunca hubo una sola prueba que comprobara este hecho. Además, Kleyr terminó jugando en medio del escándalo. Y vamos, ¿un jugador discriminado habría vuelto a jugar tal como pasó con Kleyr? En esta acusación hubo un pésimo trato de ciertos sectores de la prensa porque acusaron al argentino de un hecho que no se probó.
El presente artículo no tiene la finalidad de señalar si estuvo bien o mal que botaran a Marcelo Trobbiani por irse de boca con el presidente de club. Lo que se busca es mostrar cómo hay personas y medios que aprovechan un hecho noticioso para criticar sin el menor análisis. En más de una oportunidad DeChalaca ha manifestado que Trobbiani es un técnico malcriado, pero negar sus virtudes y su trabajo sería impensado. De igual modo, y con relación a una gran verdad que dijo el técnico argentino antes de irse, hay que acentuar el hecho que los periodistas no son nadie para pedirle a los dirigentes de los clubes que despidan a un entrenador, tal como ocurrió con el DT argentino. Por más defectos que pueda tener, como trabajador merece respeto. A nadie le gustaría que terceros pidan constantemente su cabeza en su centro de labores ni que se critique por aspectos que no son ciertos.
Composición fotográfica: Roberto Gando / DeChalaca.com
Fotos: Luis Chacón / DeChalaca.com, Diario del Cusco, Vanessa Álvarez Sancho
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