Rigor sin maña
Tal como ocurrió en Quito, León tuvo otra presentación bastante planificada y con harta incidencia en el trabajo defensivo, obviamente con la intención de conservar su valla invicta. La apuesta, a diferencia del último miércoles en el que nunca dio visos de generar un contraataque eficiente y penetrar el pórtico cotrario, encontró en los tiros libres o en los disparos lejanos a la verdadera fórmula para sorprender los tres palos defendidos por Éder Hermoza. Para cumplir con tal estrategia, Aníbal Ruiz prácticamente repitió a la misma oncena que se estrenó en la Sudamericana, con el agregado del reestreno del argentino Sergio Almirón, un referente de ataque que muchas veces suele ser letal.
Cuando el partido estaba 0-0, los diversos pasajes del compromiso contaron con una tendencia casi monótona cada vez que la Vallejo se apoderó del balón: siempre se topó con un adversario huanqueño, incluso hasta de manera fortuita. Y es que la presión de los cremas del centro fue bastante sacrificada y, de hecho, la loable labor conjunta de las dos primeras líneas bastaron para sacar de cuadro a jugadores talentosos como Johan Sotil y Alexander Sánchez, a quienes les costó asociarse con sus delanteros e incluso hacer de las suyas en el estadio Mansiche.
Para León, pues, todo marchaba con tranquilidad. El equipo no bajó las revoluciones y, en una de sus únicas acciones de riesgo, perforó las redes trujillanas con un cabezazo de Almirón. La táctica estaba dando sus frutos y parecía convertirse en un nuevo estandarte en el juego huanuqueño, pero el equipo se la creyó y perdió esa concentración tan necesaria en partidos en el que es evidente que el rival es superior. Por eso es que, en la réplica, Lojas fue incapaz de interceptar un balón recuperable y Quina no saber que hacer ante la fulgurante aparición de Sotil, quien aprovechó una pésima salida de 'Chiquito' Flores y emparejó la cuenta.
A partir de ese instante, León fue otro y, obviamente, fue presa fácil de la Vallejo que, a decir verdad, bajó las revoluciones y solo se dedicó a establecer la diferencia, la misma que llegó en los pies de Claudio Velázquez. Los de Huánuco, en cambio, ni por asomo pudieron plasmar un plan estratégico en el terreno y se resignaron con el regreso a casa sin unidades. Todo por una desconcentración fatal a los dos minutos de haber encontrado el tesoro; ergo, el gol.
Foto: diario La Industria de Trujillo
