Ramos de miércoles
En el 2010, Christian Ramos Garagay (Lima, 4 de noviembre de 1988) se había consolidado en la defensa de la San Martín. Jugador serio, seguro en el fondo del equipo santo y bastante joven, se proyectaba como fijo para emigrar e integrante incuestionado de las selecciones nacionales. Un arrebato de la dirigencia de Alianza Lima lo llevó al club victoriano al siguiente verano luego de que le ofreciera un exageradamente ventajoso contrato al zaguero. Se le ofreció un salario que, es público, bien podría corresponder a la figura del Descentralizado. ¿Habrá afectado eso a Ramos?
No podemos saberlo, pero lo cierto es que en la primera línea blanquiazul, si Ramos no fue un fiasco, al menos su trabajo sí fue malo. Muy lejos de su mejor nivel, se mostró flojo en la marca, rápido pero sin timing y soltando a los delanteros rivales que anotaban una y otra vez sin mayores dificultades en el arco aliancista. Así pasó su temporada de “figura” aliancista a la par que jugaba en el mismo nivel en la selección.
De ninguna manera se está diciendo que es un mal jugador; por el contrario, ha demostrado en muchas oportunidades que puede alcanzar un nivel que da para torneos internacionales. Está en él recuperar, ahora que está de vuelta allí, al Ramos que apareció en la San Martín (más allá de su formación y debut profesional en Sporting Cristal). Para ello debe empezar por dejar de meter autogoles como que cometió esta tarde contra Sport Huancayo; van tres en los últimos cuatro meses, pues los otros fueron con Alianza ante Melgar por el Descentralizado del año pasado y ante Vasco en la actual Libertadores. Vamos, Christian, ya que sabes cómo es, hazlos en el otro arco.
Foto: José Salcedo / DeChalaca.com
