Composición fotográfica: Roberto Gando / DeChalaca.comSan Martín ha mostrado una incuestionable recuperación en las últimas cuatro fechas. En ellas, sumó diez puntos y no perdió ni una sola vez. El cambio de técnico y su decisión de concentrar indefinidamente han logrado esta diferencia.

 

No sigo la serie pero me imagino que es más o menos así como se sienten los jugadores de San Martín: en una prisión sin opción a descanso. Los santos practican una rigurosa e ininterrumpida concentración desde hace casi 25 días. La decisión fue tomada por el nuevo comando técnico que encabeza Julio César Uribe luego del primer diagnóstico que pudo obtener de su plantel tras empezar a dirigirlo hace aproximadamente seis semanas. Es decir, la mitad del tiempo que lleva Uribe en Santa Anita lo ha pasado concentrando con sus dirigidos.

La San Martín comenzó a despegar en el torneo desde su triunfo ante Unión Comercio, aunque en la tabla aún no se note la diferencia con un cambio de ubicación (Foto: Luis Chacón / DeChalaca.com)No se recuerda cuando fue la última vez que un club peruano optó por una concentración así de extensa. Es más, hay equipos, pocos, que ya no concentran. Lo habitual es que sea uno o máximo dos días antes de los partidos pero lo que ocurre con San Martín es un viaje alucinante al pasado. El último caso similar que recuerda este servidor es el de la selección argentina olímpica… ¡de Atlanta 1996! Aquella vez el equipo de Daniel Pasarella tuvo una concentración de más de dos meses, los inmediatamente anteriores a los Juegos Olímpicos en los que obtuvieron una “decepcionante” medalla de plata. En el Perú, un caso recordado es el de la selección que iba a disputar el Mundial de España en 1982 que estuvo junta prácticamente los tres meses previos al torneo ibérico. El resultado permanece dolorosamente en la memoria de los hinchas peruanos y seguro en el mismo ‘Diamante’ ya que era figura indiscutible de aquel equipo, más allá de que su lugar fuera ocupado por Teófilo Cubillas en los partidos mundialistas.

Así de arcaicos resultan los ejemplos de las largas concentraciones, de veinte o treinta años atrás. Ningún recuerdo aparece fresco, no se halla ni siquiera uno de “estos tiempos”. Es un método que se creía caduco, si es que alguien lo tenía aún como alternativa posible. Sin embargo estamos observando que en el fútbol cualquier opción puede ser reutilizada con éxito si se escoge con acierto. A Uribe lo pueden estar “odiando” sus jugadores pero no pueden negar que los está guiando por el sendero correcto y eso le hace ganar respeto entre los suyos. Hace unas semanas el equipo andaba entregado, resignado a dejar correr las fechas para sentenciar su destino de descenso. No se podía vislumbrar la manera en que pudiera no volver a la lucha, sino tan solo volver a jugar. El técnico la encontró; puede que haya otra, pero esta alcanza porque funciona.

 

 

San Martín ha vuelto a la competencia. Ha empezado a jugar en un nivel aún por debajo de su potencial, pero por lo menos ya hay ánimos de hacerlo y alcanzar su óptimo será un paso posterior en este camino. Primero ha vuelto a jugar, luego competirá (entiéndase asustar a sus rivales) y finalmente podrá buscar que jugar como debería haberlo hecho desde inicio de temporada. Nada le garantiza que pueda salvar la categoría pero al menos ya no es la ficha puesta por todos para la Segunda del 2014. ¿Cuándo podrán salir los jugadores de esta “prisión”? Esa decisión de diamante la tomará el DT, sospechamos, cuando salgan de la zona de descenso. Ya no están tan lejos, así que a los futbolistas les conviene seguir haciendo buena letra y a prisa.

Composición fotográfica: Roberto Gando / DeChalaca.com
Foto: Luis Chacón / DeChalaca.com

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