Por estas cosas no vamos al Mundial

CLUBES POCO ADULTOS. Sin lugar a dudas, los menos mencionados en todo el embrollo que ha significado la suspensión de los dos encuentros han sido los propios clubes encargados de programar sus propios partidos. Si tan solo uno hubiera decidido jugar el jueves como lo recomendaba la Policía para no cruzar grandes barras en el mismo día todo este problema se podría haber solucionado. Por eso, antes que señalar los errores de los demás acá hay un problema claro que resolver: los clubes no deberían ser los encargados de programar sus partidos ya que a ellos nos lo motiva el bien del conjunto sino el suyo personal. Si la televisión o la ADFP fueran los únicos que tomaran la decisión acerca de la programación podría existir un mayor orden, ya que ellos son más capaces de ver la foto completa antes que buscar una ganancia personal. Escuchar a uno de los dirigentes de Alianza declarar que peleará su derecho de jugar mañana solo reafirma lo anterior: hay un tema de competitividad que se traslada hasta esas decisiones.
MADRUGADAS SIN AYUDA. Hay otro tema importante de criterio. El Ministerio del Interior no puede suspender los encuentros el mismo día que se jugarán a las 5 de la mañana. Poniendo aparte que la hora raya con lo risible, las versiones que señalan que ya se había aprobado la seguridad de los dos encuentros no dejan bien parado al Ministerio en su marcha atrás. Si bien ellos mismos recomendaron una regla que no se cumplió, no se entiende por qué recién se determina la peligrosidad del evento cuando quedan ocho horas para el inicio del primer partido. La programación de la fecha se conocía hace casi dos semanas y este tema se ha podido solucionar con mayor antelación. Definitivamente el Ministerio no es el único responsable, pero su eficiencia en este caso deja mucho que desear.
DÉBILES ADENTRO, TAMBIÉN AFUERA. Lo que sí está claro es que esta desorganización y falta de profesionalismo general termina repercutiendo en la selección nacional. Las selecciones son el reflejo de los torneos internos de cada país y queda demostrado que el nuestro sigue siendo uno de los más desorganizados y débiles de Sudamérica. No se tiene la producción de futbolistas como Argentina para poder maquillar esas falencias internas que también ocurren el torneo gaucho. Por otro lado, países como Chile y Colombia que han propuesto formalizar su fútbol profesional ven los resultados hoy cuando ya consiguieron sus pasajes para Brasil 2014. No se trata de sacar a los jugadores del entorno para que no se intoxiquen con este como le ocurrió a Paolo Guerrero. Ya está probado, 10 años después de este caso, que eso no ocurre siempre. Hay que mejorar nuestro torneo, formalizarlo, volverlo profesional para poder pensar en competir afuera. Tampoco es cuestión de señalar casos como los de Corea del Norte y su débil campeonato que consiguieron la clasificación al mundial de Sudáfrica. Para empezar, son Confederaciones distintas, además que esos casos pueden darse pero nadie señala que son los ideales. Hay que comenzar a cambiar hoy, si no se quiere que dentro de cuatro años se le vuelva a gritar "fracasada" a otra generación.
Composición fotográfica: Roberto Gando / DeChalaca.com
