Pizarristas vs. almagristas

Hay jugadores idolatrados, queridos, amados. Otros odiados, rechazados, antipáticos para la tribuna. Hay muchos de perfil bajo, poco percibidos, de apellido olvidable y solo evocables en charlas de expertos -o marcianos futboleros-. Pocos, como Claudio Pizarro, conviven permanentemente en los extremos de la emoción: o son defendidos a ultranza o criticados in extremis.
Para ser totalmente honestos con el lector, hay que hacer una digresión. Si, como le decía siempre a un ex compañero de oficina, él era pizarrista, yo me definiría como almagrista, para hacer una metáfora histórica. A mí, lo reconozco abiertamente, Claudio Pizarro me cae pésimo. El tema no tiene tanto que ver con sus poses de divo apurado al ofrecer declaraciones; simplemente, como el más raso de los hinchas, nunca he aceptado la distancia sideral que existe entre sus actuaciones en Europa y las que ofrece con la selección peruana.
Me encantan los asuntos tácticos y por eso me podrán ofrecer una y mil explicaciones acerca de las facilidades que tiene para ser asistido en la Bundesliga y etcétera; pero de por medio hay un tema de entrega, de amor por la camiseta, que cualquiera que ve un poco de fútbol con frecuencia percibe cuando mira a 22 jugadores correr sobre la cancha. Y no estamos hablando de las muecas de dolor esforzado de Guerrero o la sonrisa indisimulable que naturalmente se le escapa a Mendoza; es un asunto de sudor, ese que te salva en la pichanguita cuando eres malo pero tus amigos saben que te mataste por dar lo mejor de ti. Eso es lo que yo creo que Pizarro no hace cuando juega por Perú: dar lo mejor de sí. Me parece un excelente futbolista, pero un mal seleccionado. Y como a mí me importa mucho más la blanquirroja que cualquier otra camiseta, me termina, justamente, cayendo pésimo.
Pues bien, todo lo anterior puede ser un razonamiento común a muchos hinchas. Así como a otros, entre ellos varios de los que hacen conmigo DeChalaca.com, les parece que es un jugador admirable por lo que consigue en Europa en ya 10 años de carrera, y que quizá acá se lo sobreexige o se lo vilipendia gratuitamente. Son pizarristas también varios de ellos, como que tienen pósters de él y alguna que otra camiseta 14 (ahora 24) en el clóset. Y claro, se gastan muchas líneas de Messenger explicándote por qué un tipo que le mete dos goles al Milan y elimina a Beckham, Ronaldinho y Pato de la UEFA no puede estar fuera de la selección.
Por otro lado, entre los almagristas encuentro tanta mediocridad que acabo asustándome de ser uno de ellos. A la hora que escribo esto, no sé cuáles serán las portadas del viernes, pero estoy seguro de que (por tres) venderán muchas moneditas de cincuenta céntimos con la foto de Pizarro celebrando en San Siro, luego de haber vendido los tres días previos con su participación societaria en el Delgado-gate (un lío conyugal, como mejor no pudo definirlo Juan Carlos Oblitas). Por supuesto, me queda clarísimo que el móvil de buena parte de almagristas tiene que ver con plata: como el fútbol peruano facturaba, al 2005, 11 millones de dólares anuales, y Pizarro tiene una cláusula de recisión valorada en 11 millones de euros. Él, como pocos en el Perú, hizo plata con el fútbol, y por eso muchos creadores de carátulas no lo soportan. Porque si vamos a rasgarnos las vestiduras por supuestos malos manejos, las migajas que se reparte toda la industria del fútbol peruano conviven a diario con los juvenales, los mallquis, los silvestris somontes, los encisos y demás fauna aun más criticable desde el punto de vista económico: sus gestiones generan poca plata y quién sabrá cómo se la reparten.
Sí creo, por cierto, que así como ser periodista y empresario de jugadores es una dualidad incompatible, ser capitán de un equipo y representar a algunos integrantes de él también lo es. Pizarro no es el primero ni será el último que lo haga, pero en términos netamente futbolísticos, es difícil imaginar cómo puede ser el clima de un camarín con semejantes conflictos de interés.
Igualmente, me parece increíble, casi sui generis, la capacidad que tiene este tipo para lograr ser noticia en una misma semana por sus goles en la cancha y sus autogoles en la vida. Y sobre todo, cómo eso mueve pasiones en la afición y genera extremos encontrados. Igual, reitero mi posición explícitamente personal: sus dos goles en San Siro me importan dos pepinos mientras con la selección solo sea capaz de anotarlos en el arco de Bolivia, un equipo con tantos problemas como el nuestro. Por eso, por bronca y no por envidia, sigo siendo almagrista.
Foto: FIFA.com / AFP
Video: YouTube / Usuario: josuecamper

tu comentario demuestra demasiado etnocentrismo y algo de resentimiento hacia tu propia cultura.
deja de ser tan acomplejada porque el que pizarro haga todos los goles en europa que no hace con la selección no impide reconocer que es un delantero exitoso, millonario y que pueda hacer lo que quiera con su vida como cualquier persona.
pizarro no tiene la culpa de pertenecer a esta generación de inmundos dirigentes, de pauperrima organizacion deportiva y de la vergonzosa corrupción dirigencial añejada desde hace muchas decadas.
por ultimo vanesa M, el Perú no necesita una nueva eliane karp, hay que superarse.
fuerza claudio!!!
pero la verdad los huevos q pone fano son pa sacarse el sombrero, especialmente en la seleccÃon
y lo dice un hincha q gritó el gol de pizarro al viejo balerio un domingo en el nacional....con el q ganó alianza
Los futbolistas que ostentan la categorÃa de Ãdolos se ganan por antonomasia el cariño y reconocimiento del pueblo. Cubillas, Chumpitaz, Sotil, Cueto, Cachito RamÃrez, Perico León, Oblitas, Percy Rojas, entre muchos otros, han sido Ãdolos de la afición. Pizarro siendo el jugador peruano más exitoso en el extranjero en la historia de nuestro fútbol no lo es. Posiblemente sin tener la categorÃa y palmarés de los antes mencionados los últimos Ãdolos de nuestro fútbol sean el Chorri y Solano, dos tipos que han ganado muy poco en el fútbol y a nivel de selección nada; y de ahà paren de contar. El pueblo quiere a sus Ãdolos deportivos como agradecimiento a las alegrÃas y satisfacciones que les supieron dar.
Ganarse el corazón del pueblo es diferente a ganarse su amor o devoción que por cierto ni el Papa (me imagino que Juan Pablo II porque este Benedicto tiene menos carisma que Pancho Lombardi) ni la Madre Teresa buscaban que los amen sino más bien entregaban amor a los demás.
Apoyo el comentario de Vanesa en el sentido que Pizarro es un gran jugador y que si en la selección no rindió fue en buena parte porque los hinchas le impusimos la obligación de los goles teniendo compañÃa muy mediocre y además jugando en posiciones que no le corresponden. También estoy de acuerdo en lo que dice respecto a la forma en que la prensa utiliza a los jugadores para hacer un producto vendible explotando sus carencias afectivas y sus excesos. Pizarro nunca será idolo como Cubillas, Chumpi, Sotil o Cueto porque como dijo algún dÃa Maradona, en absoluta sobriedad y lucidez, el futrbolista para ser bueno, Ãdolo y pasar a la historia tiene que tener campañas y resultados positivos con sus respectivas selecciones. Asà visto, las trayectorias de los nombrados por citar un ejemplo a nivel selección ha sido contundentemente superior no solo a Pizarro sino a todos los jugadores desde el año 1985 hacia adelante. El pobre Chorri siempre llora diciendo que el ha dado tanto a la selección y yo me pregunto qué es lo que ganó. Cuatro goles de larga distancia y ser afanoso no lo comparan a jugadores que ganaron clasificaciones a mundiales, los jugaron y fueron campeones sudamericanos.
Si Vanesa es Elianne Karp pues Zoilo Bocanegra es el Antauro Humala del fútbol.
Pizarro es un gran jugador y quien lo niegue es un ignorante del fútbol Que su producción goleadora no se haya plasmado en la selección es algo de lo que somos culpables los hinchas que le endosamos la responsabiidad del gol como una obligación. Pizarro es un general del gol pero la verdad es que es poco lo que podÃa hacer con un ejército de soldaditos armados con palos y carabinas de corchito. AsÃ, nunca se le perdonó sus fallos o sequÃas. Los que vamos a la cancha somos testigos de la forma en qué Pizarro se comÃa toda la amargura de la tribuna cuando los equipos de Maturana, Uribe, Autuori, Ternero y Chemo hacÃan el rÃdiculo colectivo en la cancha.
Por otra parte, el periodismo en general, no sólo ha dañado a Pizarro sino a todo aquel que tiene algo de éxito y fama en el Perú. Los exponen al ridÃculo, ventilan su vida privada, sus excesos con el dinero (carros deportivos, ropa de marca, casas recargadas, cadenas de oro), los endiosan, hacen de ellos un producto que vende y ellos caen el juego. Pizarro por su parte ha llevado una vida frÃvola, de modelito frustrado, de pituco redimido, de blanquito acomplejado con plata que se ha creÃdo capaz de colmar todos sus caprichos. Sus amistades, el famoso Pizarrón, su mismo padre que quiere pasar como un tipo serio y es un mercenario sin vocación, sus caballos de carrera y sus ahora descubiertos negocios turbios con ese despreciable personajillo que es Carlos Delgado, arrojan la conclusión que Pizarro ha hecho los méritos suficientes para ser un tipo repudiado por el ciudadano común y corriente. Pizarro no ha demostrado ser una buena persona y difÃcilmente quedará su imagen al nivel de los Cubillas, Cueto, Chumpitaz, Barbadillo, Sotil, La Rosa, entre otros, pues, ellos si supieron ganarse el corazón del pueblo.
Que siga haciendo goles y le vaya bien. Siempre tendrá prensa que lo halagará y franeleará.
Yo me quedo con Perico León, La Rosa y Franco Navarro. Pizarro su suplente.