O mais grande do nosso mundo

La llegada de la delegación del Vasco da Gama con solo tres jugadores titulares deja un mensaje claro sobre las intenciones de los equipos brasileños en las competiciones continentales, y especialmente en la Copa Sudamericana. La coyuntura actual que vive el cuadro carioca (puntero junto al Corinthians en el Brasileirao a falta de seis fechas para el final) muestra claramente que los objetivos de los navegantes pasa más por el torneo doméstico que por la aventura continental. La apuesta es sencilla enviar a los suplentes en el partido de ida y si las cosas se dan, afrontar la vuelta con los titulares. Esta estrategia no ha sido exclusiva del Vasco; los demás equipos brasileños también la han seguido y ya han sido eliminados de la Sudamericana, en algunos casos de manera humillante.
Pero la decisión de Vasco de preferir el torneo local tiene dos aristas importantes. En primer lugar, está con opciones claras de ganar su quinto campeonato brasileño tras 11 años de espera. Esta oportunidad, con lo competitivo que es el campeonato del gigante de Sudamérica, no la puede dejar pasar. Es más, el tener que cumplir con el calendario de la Sudamericana trastoca sus planes, más aún si viene de jugar con Sao Paulo y este fin de semana visita al Santos -último campeón de Libertadores, dicho sea de paso-.
La otra razón se explica por la misma idiosincrasia de los brasileños. Al tener un país tan grande y alejado del resto de Sudamérica por un tema de idioma, lo local comienza a trascender por encima de lo internacional. Un país tan grande genera mayor competencia entre las regiones debido a la cantidad de equipos que hay y a la sensación de uniexistencia. De más está decir que ganar el Brasileirao es complicado para cualquiera debido al alto nivel de competencia, y si se sigue el hilo sobre el tamaño geográfico, podría pensarse que la competencia que hay entre regiones es del mismo carácter de la que hay en países como Estados Unidos o Canadá, cuyo inmenso tamaño (sumado a la división política en estados federales) hace que para ellos su mundo acabe cuando se es el mejor de su país.
La alta competencia del Brasileirao explica también por qué este será el primer partido de Vasco, un grande de Brasil, ante un equipo peruano después de aquel que jugó en 1948 contra Deportivo Municipal por la Copa de Campeones (reconocida hoy como predecesora oficial de la Libertadores) disputada en Santiago de Chile. De hecho, con ello, el único de los 13 grandes del fútbol brasileño -y el único grande sudamericano- que aún no ha jugado un partido oficial contra clubes peruanos acaba siendo el Corinthians. Sucede que clasificar a Libertadores es sumamente complicado para los brasileños -antes lo era aún más, cuando solo había dos cupos-, algo que también explica que los equipos más ganadores del máximo certamen continental de ese país sean el Sao Paulo y el Santos, con solo tres coronas. Así, mientras que todos los demás equipos grandes de los demás países ya han enfrentado a peruanos, tras más de 50 años de campeonatos continentales, queda pendiente que un grande de Brasil lo haga.
Finalmente, la Sudamericana no es una prioridad para los brasileños por coincidir con las fechas finales del Brasileirao. Así, de haber un equipo peleando por los primeros puestos en el torneo doméstico, es probable que prefiera enfocarse en él antes de en el torneo internacional, como lo ha hecho y lo hará Vasco.
Composición fotográfica: Roberto Gando / DeChalaca.com

Incluso a nivel de selecciones ocurre como el 2007 y 2004 que ganaron la Copa America con suplentes, o cuando nos enfrentamos en 1975 contra la seleccion de Minas Gerais si no me falla la memoria a la cual eliminamos por sorteo. Tienen fama de sobradinhos.