Nada como el hogar
Moyobamba fue una fiesta esta tarde de domingo con el regreso del 'Poderoso del Alto Mayo' al estadio del IPD después de ocho jornadas jugando de local en Tarapoto. Como se recuerda, la decisión de mudar la localía al Carlos Vidaurre se tomó por la mayor similitud del clima tarapotino con Pucallpa, donde Unión Comercio iba a ser local en la Copa Sudamericana.
Culminada la fugaz participación del cuadro neocajamarquino en el torneo continental, las razones eran de peso para regresar a Moyobamba. En Tarapoto la afición apoya a Unión Comercio, pero no con el mismo ímpetu de sus auténticos hinchas; en una región en la cual las rivalidades en Copa Perú son intensas, la presión que este fin de semana sintió Real Garcilaso en el estadio del IPD -desde la participación misma de los recogebolas, que desesperó a 'Petróleo' García- fue muchísimo mayor que hace dos semanas, cuando el cuadro cusqueño sacó un triunfo del Carlos Vidaurre. Hasta pareció escrito por algún guion novelero: si en Tarapoto fue héroe Jhoel Herrera por su gol sobre la hora, ahora 'Aceituna' acabó siendo el villano por su expulsión producto de la desesperación que la garúa, la cancha y la gente conjugaron en contra del cuadro visitante.
Acá en Moyobamba se tiene clara otra serie de razones por las que Unión Comercio debe ejercer la localía en el Alto Mayo. Jugar en la cancha del IPD exige a los visitantes viajar dos horas de ida y otras dos de vuelta en bus por un camino, si bien moderno, asfaltado y de vista espectacular, al fin y al cabo sinuoso y agotador. Es distinto de quedarse en Tarapoto, donde la frecuencia de vuelos permite que el visitante se baje del avión, juegue y luego vuelva a irse de inmediato. El clima también hace su parte: Moyobamba es más húmedo y eso, en clima tropical, hace más pesada la cancha para los rivales. Queda, pues, en evidencia que no hay localía más poderosa que la de la casa propia, y Moyobamba queda más cerca a Rioja y a Nueva Cajamarca.
Foto: Roberto Castro / DeChalaca.com
