Momento de patrullar

El Perú y sus costumbres están mundialmente de moda. No es raro ver últimamente extranjeros bautizando a sus hijos con nombres en quechua, ni tampoco es extraño ver algún reportaje presentado en cadenas internacionales alabando nuestra gastronomía, nuestra riqueza territorial, nuestras culturas; a nuestro Perú en general.
Sin embargo, Alianza Lima, un equipo lleno de tradición y mística, por raza, cultura y origen, no es capaz de ir de la mano con esa tendencia. Y ofrece, más allá del arrastre popular que con seguridad mantendrá siempre, una realidad institucional precaria. La de un club que organizativamente se quedó en el tiempo y no evolucionó de la congregación amical a la de un formato empresarial que predomina en el fútbol de alta competencia. La de un club que no ha sabido aprovechar la ventaja competitiva que le da su intimidad, su carácter de unión familiar, para convertirlo en beneficios económicos y tangibles.
Luego de muchas idas y vueltas, este sábado 18 -al parecer, siempre al parecer- se llevarán a cabo los comicios presidenciales en el club victoriano. Por un lado está la lista oficialista llamada ‘Primero Alianza’, comandada por Carlos Tizón. Por el otro, ‘Alianza por el Cambio’ representará a la oposición, presidida por Guillermo Alarcón tras el veto sufrido por Augusto Claux. El ambiente en la previa de las elecciones ha sido el mismo de siempre en los tiempos recientes: tenso, lleno de reclamos, acusaciones, atrasos e imputaciones.
Valgan verdades, la precariedad institucional de Alianza no es cosa de hoy. Quizá en décadas anteriores esto no era tan notorio ni trascendente, ya que la depurada técnica de los Cueto, los Cubillas, los León o los Velásquez era más importante que cualquier negligencia dirigencial. Hoy las épocas han cambiado y en el fútbol moderno los clubes empiezan a organizarse desde arriba, además de prevalecer ante todo la preparación física. Hoy, los dirigentes sí cometen autogoles con sus errores.
Alfonso de Souza Ferreira, alguien a quien el aliancismo le viene de sangre, tomó las riendas del club a principios de 2002. Durante su mandato se lograrían tres campeonatos y se exportarían muchos jugadores; también se pelearían los últimos lugares en el 2005 y 2008 y se sufriría la peor goleada en la historia del equipo blanquiazul jugando en Matute. 'Cuchi' declaró recientemente a El show del Veco que ya no tenía interés en seguir siendo presidente de Alianza y que quería deshacerse del cargo cuanto antes. Surgen, entonces, otras interrogantes: ¿Por qué desde hace dos años se vienen atrasando las elecciones? ¿Por qué se le quitó importancia al robo de las computadoras que contenían las cuentas del club? ¿Por qué luego de la venta de tantos jugadores al exterior Alianza está en crisis económica?
De Souza Ferreira es una persona muy inteligente, y debe tener una respuesta coherente para esas preguntas. Igual, hay que rescatar que durante el proceso en el que estuvo a cargo del club se supo hacer respetar en un terreno difícil como suelen ser muchos de los pasillos de Matute. Por eso, el gran pecado de 'Cuchi' fue no haber aprovechado ese liderazgo visible para consolidar un proyecto institucional que llevara a los íntimos a ser un club moderno, en el que se le diera igual importancia al primer equipo y a las divisiones menores, en el que se invierte en la educación, nutrición y desarrollo tanto físico como técnico de los futbolistas. Porque tenía todo el potencial para hacerlo, y eso quedó mucho más claro cuando, ante su pedido de licencia temporal, el club cayó en el descalabro durante el interinato de Carlos Franco: se despilfarró gran cantidad de dinero en contratar jugadores y técnicos sin criterio y se comenzó a planificar estrategias para "pasar el fin de semana" y evitar a toda costa, como primer objetivo institucional, sufrir el escarnio de la hinchada.
Por otro lado, el bando de enfrente es encabezado por Augusto Claux, alguien que anteriormente postuló hasta en dos oportunidades a la presidencia íntima y siempre perdió. Se le cuestiona su falta de presencia en el club, que solo aparece por Matute durante las campañas electorales en las que participa y que su único interés es hacer una buena tarea en Alianza para ganar popularidad y lanzarse a la política nacional -algo parecido a lo que hizo en Argentina Mauricio Macri, ex presidente de Boca Juniors y hoy gobernador de Buenos Aires-. De ganar las elecciones ‘Alianza por el Cambio’, Claux se verá obligado a comandar indirectamente a la dirigencia íntima, ya que fue vetado por imponer una demanda al club blanquiazul ante el poder judicial y ha debido dejar su lugar a Guillermo Alarcón, quien tampoco ha estado exento de críticas, por haber comandado el comité electoral que indujo la postergación de los actuales comicios.
Pero al final, la gran responsabilidad es de los socios y los hinchas íntimos. Siguiendo con las comparaciones con Argentina, en el país gaucho no existe club en el cual los asociados no estén fiscalizando y tratando que las cosas vayan en orden por el bien del club. Racing Club de Avellaneda, por ejemplo, está logrando salir de una terrible crisis económica gracias a la preocupación y puje de sus hinchas; aunque aún no pelea el campeonato, ya se pueden ver en el plantel jugadores propios que logran destacar en el campeonato doméstico y dejan ingresos al club cuando son vendidos al exterior. En un club que dice tener el respaldo de más de la mitad de los peruanos, es insultante tener a duras penas cerca de 500 socios hábiles, a muchos de los cuales lo único que les importa es que sus asientos estén limpios el día que Alianza juega de local.
Es a esos socios a quienes hoy, en la previa de lo que nadie sabe si será un proceso electoral o un nuevo fiasco, les compete la tarea mayor: fiscalizar lo suficiente para que el club pase la página. Para que sea cual fuere el resultado, deje el caudillismo y se encarrile hacia una administración moderna. Y sobre todo, para que esa base de socios, en un futuro, se pueda ensanchar, sin los temores que aparentemente hacen resistencia a a abrirla a fin de seguir manejando Alianza al libre albedrío.
Foto: generaccion.com
