Marka su posición

Hace una semana, Sergio Markarián se presentó en el estadio San Martín para observar el partido entre Sporting Cristal y Cobresol. Al ver que al gramado de juego salieron los Sub-20 de ambos equipos, como sucedería en todos los estadios, se dirigió al presidente del club celeste, Felipe Cantuarias, y le espetó un “(..) esto no me sirve”. Sin duda el fastidio del estratega fue real, pero algo farsante al mismo tiempo para decir verdad. Esta dicotomía con partes excluyentes es posible dada la naturaleza siempre correcta de don Sergio. Tenía que estar en el fútbol, y estuvo. Tenía que ponerse en contra de este zafarrancho máximo en que se ha convertido el balompié nacional, y dejó en claro su oposición. Tenía que evitar hacer escándalo, y lo hizo dentro de lo que le permitía el pandemonio del fin de semana pasado.
Markarián hizo público su fastidio al no apoyar que el Descentralizado sea jugado con juveniles. Obvio que esto resta en la capacitación y continuidad de los jugadores de primer nivel de los equipos, lo que a las claras disminuye potencial de la selección que él conduce. Pero que vaya a renegar al estadio porque están jugando los que no debían, fue una finta solamente: todo el país sabía que los grandes no iban a entrar al campo; es poco o nada creíble que el técnico del equipo nacional sea el único en el Perú futbolero que ignorara esta situación. Pero haberse “hecho el loco” está bien: se trata de una jugada diplomática óptima pues de ese modo pudo expresar su disconformidad, pero tampoco deja espacio a muchas preguntas comprometedoras, esas que destruyen lo que se ha ido construyendo, porque siempre podrá decir que “no sabía nada”.
Nuevamente, don Sergio da muestra de su habilidad política. Y en dos toques en una misma jugada, pues a poco salió a desmentir el rumor de que estaría renunciando a la selección. DeChalaca.com tuvo oportunidad de conocer que el rumor es cierto y que el uruguayo evaluó (quizás sigue haciéndolo) su salida de la selección peruana. Él dijo que su compromiso con el Perú se mantiene, lo cual no falta a la verdad, pero tampoco es para sorprenderse si se va, lógicamente, por darse de bruces ante tanto desbarajuste. Markarián puede llevar a Perú al próximo Mundial, sí, pero eso podría beneficiar a los informales que, al parecer, no dejarán el fútbol en el mediano plazo. Quizás su renuncia motivaría a la separación de aquellos virus; sería una cura dolorosa que, esperemos, no sea necesaria de aplicar.
¿Y por qué no? Por lo mismo expuesto líneas arriba: su compromiso con el Perú es alto. No se corrió en estos momentos difíciles, como sí lo hizo, por decir un nombre, Manuel Burga, que ahora salió al frente con declaraciones que, más bien, desacreditan a lo expuesto por su propio directorio respecto al pago que los clubes deben hacer a sus jugadores. Otros optaron, con poca sabiduría, por salir a decir más disparates. No se busca hundir más a Karla Bozzo o a ‘Pocho’ Alarcón, pero ellos son los que más feo patinaron. Markarián plantó la cara y dijo lo que tenía que decir sin echarle más leña al fuego. Que se quede como técnico, por capaz como tal y como político, y la selección no tendrá que perder su presente prometedor.
Se sabe también que está evaluando no continuar su carrera como DT luego de este proceso con Perú, es decir, estaría “colgando el pizarrón”. Pero no dejaría el fútbol, sino que se encargaría de una función más holística, de desarrollo general, no tanto de campo, del lugar donde trabaje. ¿Dónde sería eso? En la selección peruana: esa sería la propuesta que tiene el ‘profe’. Con tanta sabiduría junta, se mantiene el presente y se sostiene el futuro. Mantenga su posición, don ‘Marka’.
Composición fotográfica: Roberto Gando / DeChalaca.com
