Los Supercampeones de estos tiempos

El repechaje entre Portugal y Suecia fue vendido al planeta entero, durante las últimas semanas, como el duelo individual de dos astros mundiales: Cristiano Ronaldo y Zlatan Ibrahimovic. Lo que se vio este martes 19 en el Friends Arena de Solna fue, en la práctica, la libre interpretación de un guion preescrito: un reality más que una obra teatral, una puesta en escena con dos protagonistas llamados a ser los que explican toda la historia y se roban los aplausos y los flashes.
Imposible fue al ver esos minutos finales entre portugueses y suecos, con el toma y daca entre Cristiano e 'Ibra', no evocar algunas escenas de Supercampeones, el dibujo animado japonés (Capitán Tsubasa en su versión original) que marcó a una generación entera en los noventa. De esos partidos de dos protagonistas absolutamente excluyentes respecto del resto, con equipos que basaban toda su estrategia en lograr que su héroe respectivo anotara un gol más que el héroe del rival para ganar el partido.
"Estamos viendo Niupi - Franco Canadiense", podría haberse pensado cada vez que llegaba uno y otro gol. ¿Pero y Messi? ¿Dónde lo dejamos en el cuento? Entonces, habría que buscar un tercer elemento individual, y la serie lo tenía: Andy Johnson, el volante con una afección cardiaca congénita que con tesón y valía ponía el pecho por la camiseta del Colegio Alemán. En la secundaria, esa camiseta era amarilla, como la de Suecia: como la del valiente Ibrahimovic dejando el corazón para lograr todo lo que sus compañeros no estaban en condiciones de hacer, como poner a Portugal contra las cuerdas con el 2-1 momentáneo. Como todas las veces que el Alemán le remontaba el partido al Niupi hasta sellar el 7-6 final.
Pero habría más por razonar. ¿Acaso Cristiano podría ser Oliver Atton? Difícilmente. Su personalidad no se ajusta a la del '10' del Niupi, más sonriente y buenote y, acaso, con una figura más extrapolable a la de Lionel Messi. Cristiano Ronaldo, en realidad, es el Steve Hyuga del cuento: el chico que, de joven, perdió a su padre y a partir de ese dolor construyó una carrera basada en el esfuerzo individual opuesto a muchas dificultades del entorno. No se identificó solo con un equipo, como Atton con el Niupi o Messi con el Barcelona; Hyuga pasó por el Franco Canadiense y luego por el Tojo (Colegio Superior), como Cristiano en su trance del Manchester al Real Madrid.
El periodista español Quillo Barrios, site manager de Goal.com, escribió hace más de un año algunas líneas metafóricas que refuerzan el planteamiento del párrafo anterior: Oliver es Messi, Steve es Ronaldo y, habría que agregar, Andy es Zlatan. El fútbol, irremisiblemente, parece haber entrado a un trance en el cual, como en Supercampeones, el duelo individual, entre las estrellas, opaca al colectivo. A algunos eso no nos termina de gustar ni convencer, a otros los embelesa y atrae; a todos, sin excepción, nos maravilla y deja los ojazos abiertos, como los de los dibujitos animados.
Clic aquí para leer el artículo de Quillo Barrios en Goal.com sobre los símiles entre Oliver Atton y Steve Hyuga con Lionel Messi y Cristiano Ronaldo
Composición fotográfica: Roberto Gando / DeChalaca.com
Foto: AFP; Captura: Youtube
