¿Cómo afrontar el Perú - Brasil sin realmente amedrentarse ni venerar al rival? La mejor prueba de lo que no se debe hacer ocurrió hace más de 16 años, en el último choque eliminatorio entre ambas selecciones en el estadio Nacional.
    Kenny Romero | @kenny_romero
    Director Periodístico

La llegada de Brasil a la capital peruana dejó algunas evidencias. O sea, es lo que se puede esperar: una presencia multitudinaria de hinchas de lo comercial, un Neymar regocijado en su trono, un aficionado que estuvo a un tris de prenderle velitas in situ y hasta una que otra dama derramando lágrimas porque no llegó a apreciar al ídolo del Barcelona. Así, aunque entendible, fue como nuestra parcialidad le dio la bienvenida a nuestro siguiente rival por las Eliminatorias.

Ojo, vale la salvedad: no se trata de encender los ánimos ni apelar a la violencia. Todo lo contario. Se trata de matizar bien el contexto y, a partir de allí, saber que esa selección a la que se va a enfrentar es tan mortal como la nuestra, más allá de los millones de euros de diferencia de valor dentro del mercado futbolístico. Por ello, para dar una evidencia clara de que un comportamiento venerable no termina arrojando un resultado saludable, el mejor recuerdo es justamente el de la última vez que Perú - Brasil chocaron en el Nacional. Fue en junio de 2000, por las Eliminatorias a Corea-Japón 2002. Aquel partido, considerando dicho detalle superficial, tiene tres similitudes del duelo pactado para este 15 de noviembre.

Primera similitud: la exploración de alternativas

Los dolores de cabeza de Ricardo Gareca, apenas culminó el Paraguay 1 - Perú 4 del último jueves, pasaron por encontrar rápidamente a los reemplazantes de Miguel Trauco y Renato Tapia, suspendidos por doble amonestación. Y horas más tarde por la de Edison Flores, descartado por un desgarro muscular. Por eso sumó en la convocatoria a Jair Céspedes, Armando Alfageme y Ray Sandoval; no obstante, aun no es del todo seguro qué piezas son las que van a jugar en lugar de los ausentes, más allá de que lo más lógico es que sean Nilson Loyola, Pedro Aquino y Andy Polo.

 

Tal situación es semejante a la de aquel 4 de junio de 2000. Un jornada antes, por la fecha 2 de aquellas Eliminatorias, Perú igualó 1-1 ante Chile en Santiago pero el principal inconveniente del plantel de Francisco Maturana eran las bajas por doble amonestación. Y qué bajas. Se trataban de nadie menos que Oscar Ibáñez, Nolberto Solano y Claudio Pizarro, por lo que el vía crucis de la semana estuvo enfocado en quiénes serían los sustitutos. Al final, el 'Pacho' se la jugó por Miguel Miranda, Jorge Huamán y Roberto Holsen, todos ellos las cartas inmediatas en las posiciones de los ausentes.

¿Cuál fue la lección? En dicha oportunidad, los tres sustitutos no dieron la talla y fueron acaso los de más bajo rendimiento. Miguel Miranda tuvo una salida impráctica en el único gol del partido, obra de Antonio Carlos, mientras que Jorge Huamán y Roberto Holsen no salieron en el segundo tiempo y fueron reemplazados por Marko Ciurlizza y Paolo Maldonado, respectivamente. En el presente, el consejo se debe trasladar a seleccionar bien a qué jugadores colocar en lugar de los ausentes y ponerlos en una balanza evaluativa. ¿Más vale el presente de Nilson Loyola, Pedro Aquino o Andy Polo? ¿O lo mejor es jugársela por la experiencia de Jair Céspedes y Joel Sánchez? La respuesta, evidentemente la tiene única y exclusivamente el DT.

Segunda similitud: el contexto futbolístico

Para Perú el mes de noviembre ha sido de resurrección en las Eliminatorias. Tras los tres puntos obtenidos en mesa (aun en proceso de apelación) del duelo ante Bolivia en La Paz, así como el inesperado -lo es- triunfo ante Paraguay en Asunción, la blanquirroja quedó relativamente bien posicionada antes del cierre del año: a solo tres unidades de la zona de clasificación directa al Rusia 2018, por lo que el enfrentamiento ante Brasil se debe convertir en ese valor agregado que determine si es o no factible mantener la mecha encendida por llegar al Mundial hasta el final del proceso.

 

En 2000, sin embargo, el contexto era diferente: solo se habían jugado dos fechas, y el saldo para la blanquirroja era positivo. Por ende, el enfrentamiento ante el Brasil de Wanderley Luxemburgo posiblemente iba a enrumbar el destino de la blanquirroja en el proceso mundialista. Pero ello no ocurrió. El comportamiento de Perú en el gramado del Nacional dejó que desear: se mostró demasiado timorato y más allá de alguna lucidez de Jorge Soto y compañía, siempre estuvo muy lejos del arco de Dida. Lo más curioso es que la 'Verdeamarelha' tampoco hizo demasiado desgaste, aunque eso le bastó para llevarse los tres puntos. Al final de las Eliminatorias, Brasil no fue el cuco que iba a faltar el respeto en todas las canchas. Tras el cierre de las Eliminatorias, solo ganó un partido más en condición de visitante (0-6 ante Venezuela). El resto fueron derrotas (seis al hilo).

¿Cuál fue la lección? De cara al duelo del martes, y más allá de las diferencias de niveles individuales entre uno y otro rival, el Perú de Ricardo Gareca debe afrontar con absoluta firmeza este compromiso, desterrarse la idea de que los once de enfrente son monstruos de tres cabezas y que, a pesar de todo, también es un rival al que se le puede ganar. De hecho, ya lo hizo a mediados de año en la Copa América Centenario. Más allá del resultado del partido, lo más valorable va a ser la actitud y las señales que evidencien que se está para pelear hasta el final. ¿Nuestra selección está en condiciones de lograrlo? A raíz de los últimos partidos, la respuesta apunta más al sí.

Tercera similitud: la expectativa mediática

Lo dicho líneas arriba: Brasil llegó a territorio nacional en medio de una ola de aficionados que se apostaron en los exteriores del Hotel Hilton y, a decir verdad, le rindieron culto a cada uno de sus integrantes. Desde luego, las notas periodisticas de las últimas horas datan más de la presencia de Neymar y qué plato nacional va a ser el que va a probar. Las entradas se están empezando a agotar y todo apunta a que el estadio Nacional va a tener un lleno absoluto. Esto último, desde luego, va a resultar positivo, siempre que se trata de alentar a la blanquirroja y no a quedarse boquiabiertos por cómo corren los once jugadores de Tité.

 

Por ello, vale retroceder 16 años y recordar lo que ocurrió en el antes, durante y después de aquel 4 de junio de 2000. Para empezar, el movimiento mediático fue tan grande que las cadenas periodísticas ni siquiera tuvieron acceso a la concentración brasileña ni a los entrenamientos que se desarrollaron en el mismo coloso de José Díaz. Y por último, durante los 90 minutos, lo que se vio en la cancha fue, de hecho, la primera vez en el que se apostaron en tribunas los llamados "turistas". De más está decir que Brasil no había pisado suelo nacional desde un amistoso que se jugó en 1989, por lo que la expectativa generada, además de su constelación de estrellas que trajo, movió a más de un personaje que no necesariamente estaba involucrado con el fútbol y el deporte en general.

¿Cuál fue la lección? Como se preveía, el estadio Nacional fue menos ruidoso, más aun tras la llegada del tanto de Antonio Carlos sobre el cierre del primer tiempo, el que liquidó las aspiraciones de la selección peruana en dicho partido. Y como se puede imaginar, la blanquirroja se despidió con un mar de aplausos luego de que el árbitro, el 'Sargento' Daniel Giménez, dio por concluida las acciones. Claramente, pues, se trataba de gente que no precisamente era de fútbol, aunque no por eso se le quitaba el derecho de presenciar el partido (los precios de las entradas estuvieron elevadas, pero el público respondió a dicha demanda). En suma, esta figura es la que, se espera, no se repita en la noche del martes en el José Díaz, más en una circunstancia en la que Perú se juega demasiado en las Eliminatorias y en la que requiere el apoyo constante de su afición.

Recortes: El Gráfico Perú


Comentarios ( 3)add
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escrito por Agullag , November 15, 2016
Excelente nota, que pone en relieve la actitud de la afición peruana, muy voluble, por llamarla de alguna forma, a temas como la fama y el dinero... Hoy son once contra once, y está en manos de los seleccionados peruanos demostrar que los millones de tasación no van de la mano de la fe y coraje para alcanzar objetivos importantes... Es difícil, sí, pero no imposible...
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escrito por Chris , November 15, 2016
Por favor, un análisis más detallado de qué le sumarían las posibles variantes a la selección: Advíncula o Sánchez por Polo, y Sánchez o Advíncula o Aquino por Tapia.
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escrito por javier aguirre , November 15, 2016
Es lo mismo que hicieron en el hotel. Esos son los dizque hinchas pero nunca fueron a la Videna. Se quejan, son los llorones diciendo "Perú nunca va al Mundial", pero por culpa de ellos
abrazan a un ser humano como Neymar. ¿Qué tiene, 4 ojos, 8 brazos? Es uno más del montón, pero la gente alaba a ídolos de barro. Abracen a Pelé, a Maradona, Di Stéfano, a los ganadores. ¿Pero Neymar, Messi? ¿Qué han ganado? Solo premios individuales, pero nunca colectivos en su país
porque ellos son individualistas. No son líderes, no saben ponerse el grupo al hombro: son solo UNO MÁS.
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