Composición fotográfica: Aldo Ramírez / DeChalaca.comA partir de la clasificación al Mundial, y también como causa de esto, se han comenzado a dar cambios estructurales para encaminar al fútbol peruano al destino correcto. La isla que era la selección se ha comenzado a expandir a ciertos sectores y es deber de todos continuar en esa senda.

{autor_juandiego_gilardi}

Clasificar después de 36 años a Rusia 2018 fue definitivamente una sorpresa. Nadie esperaba al final de la primera rueda llegar si quiera con posibilidades a las últimas fechas y el equipo dirgido por Ricardo Greca se encargó de sobrepasar expectativas hasta meterse en ese quinto puesto que nos permitió enfrentar y superar a Nueva Zelanda. Desde aquel 15 de noviembre de 2017, el ambiente que rodea nuestra selección ha sido –casi- siempre de alegría y orgullo. Eso también se explica por los ligeros y hasta por momentos indetectables cambios en diversos sectores que rodean a nuestro fútbol.

Uno de los más importantes que hay que reconocer es aquel que se ha gestado en la mayoría de la prensa deportiva. Por más que aquellos carroñeros sigan en medios intentado destruir el buen ambiente y la estabilidad de nuestra selección, hay varios que han puesto el pecho y han buscado contener el daño que le hacen a nuestro fútbol. Y eso es un cambio positivo, ya que hace no mucho tiempo atrás aquel que no era crítico, era un “mermelero”, “vende humo” o “asalariado”. Y aquellas frases se siguen soltando, pero esas voces son cada vez menos y de menor impacto. Además, es cierto que los principales medios de comunicación deportivos hoy están liderados por gente lúcida y que puede ser crítica, pero no nociva. Y hasta lo sensacionalista es menos dañino para el fútbol peruano que lo era antes.

Otro cambio notable es la identificación del hincha con la selección. Si bien es cierto que esa luna de miel que existe ahorita es fruto de los éxitos y resultados positivos de la era Gareca, también hay que reconocer que muchos hinchas que hoy están aprendiendo ruso estuvieron desde el inicio en este camino. Quizá eran pocos los que creían que era posible llegar a este Mundial, pero fueron muchos los que siguieron aletando bajo el mantra ahora olvidado que en ese momento expresaba muy bien lo que se vivía: “No vengo por la clasificación, sino porque te amo”. Aun cuando esta etapa de amor a la blanquirroja pudiese terminar con malos resultados en la Copa del Mundo, lo cierto es que las semillas están puestos y muchos ya se casaron con esta camiseta y no va a ser fácil divorciarse.

Los hinchas jugaron un papel importante en la campaña de la selección. (Foto: Andina) 

Y finalmente, aunque muchos crean que felicitar y reconocer a las instuciones va en contra del dogma del periodismo, lo cierto es que en la FPF se vienen haciendo las cosas bien. No tanto por la clasificación a Rusia –eso se consiguió en la cancha- sino por varios cambios que se vienen promoviendo para descentralizar, formalizar y modernizar nuestro fútbol. A aquellos entes gobernadores hay que criticarlos cuando se debe, pero también es válido reconocerlos cuando las decisiones son correctas.

Dicho esto, también es importante recalcar que estamos muy lejos de alcanzar lo que debemos hacer para sanar y llevar a nuestro fútbol a lo más alto. Estos pasos son apenas el inicio de lo que debe ser una trnsformación larga y sostenible de todos los sectores que rodean al fútbol peruano. Nos falta muchísimo por hacer en materia de clubes. La Copa Libertadores y Sudamericana de este año demuestran lo lejos que estamos de otros países de nuestro continente. Pero aunque lo pasos sean cortos, el camino es el correcto. Y hay que mantenernos ahí. No podemos desviarnos porque quién sabe si es que perderemos nuevamente 36 años volviendo a encontrar el rumbo.

Composición fotográfica: Aldo Ramírez / DeChalaca.com
Foto: Andina


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