La gente tiene que poner el corazón
Primero pasó Real Garcilaso, ahora la Vallejo. Las dos vedettes del campeonato, a las cuales Alianza no solo les ha ganado, sino que les ha ganado bien y con claridad. Triunfos de esos que en un Descentralizado de tabla apretada y en esta vorágine de dos fechas por semana pueden acabar, a la larga, pesando más que solo 3 puntos.
Pero ese no es el principal motivo por el cual el hincha de Alianza habría de hacerse presente en masa a las tribunas de Matute. La razón central es que el club está en crisis, y que semana a semana sufre el éxodo de nuevos jugadores. Es un momento complicado, y lo que le corresponde a la gente es poner el pecho y estar allí: en las gradas, cantando. La actitud de tirarle el muerto a una administración temporal que, aunque cueste aceptarlo en la mente del fanático, no tiene por qué actuar con apasionamientos al decidir cuadrar números, es, por decir lo menos, de dejadez. A los clubes no los van a salvar los mecenas, sino los hinchas de verdad.
Las comparaciones son odiosísimas, pero el caso de Universitario salta a la vista. Antojadizamente se insiste que su administración temporal ha hecho las cosas mejor que la de Alianza, lo cual puede ser verdad; pero no es por eso que los cremas hoy lucen un mejor combate a la crisis, sino por las cosas que su gente ha hecho para paliarla: una ONG, una feria gastronómica, meter 23 mil personas en el estadio contra Cobresol. Esos gestos son los que fortalecen a un club grande contra la adversidad, más allá de quién gestione qué o cómo.
No hay, pues, excusa alguna para que Alianza haya registrado solo 4224 espectadores contra Real Garcilaso y menos ahora, en un horario mucho más sensato, apenas 3677 personas contra Vallejo. Es un cachetazo a un plantel que está respondiendo con creces y con lo casi nada que le queda. Es cierto que ese truhán pérfido apellidado Alarcón le dejó al club el enorme pasivo de haber roto la intimidad que siempre lo caracterizó, pero su nefasto legado no puede llegar a sobrecoger tanto.
Alianza siempre fue más grande que sus problemas, incluso que una tragedia fatídica que se llevó un plantel entero; es deber, urgente, ya mismo, de su gente y de nadie más que de su gente volver a demostrarlo.
Foto: Luis Chacón / DeChalaca.com
escrito por marco , July 02, 2012