Íntimos socios del gol
Ha sido gris en términos de ambiente, y no por el cielo limeño, la mayor parte de las tardes en Matute este 2012 en comparación con temporadas pasadas. Para nadie es un secreto eso ni el porqué: la crisis institucional que ha afectado a todos los clubes grandes ha tocado a Alianza en la fibra más íntima, en una estructural. Esa es la propia intimidad.
Sucede que el legado de la fascinerosa -y felizmente defenestrada - gestión de Guillermo Alarcón ha sido nefasto pues logró algo inédito en el club. Alianza, que en su historia supo de muchas tragedias y momentos difíciles, siempre sacó a relucir en ellos la unidad de la familia íntima. Esta vez las peleas entre socios y la ruptura en las distintas facciones en la tribuna son visibles y eso cala en el hincha, que se aleja del estadio ante esa sensación.
Así, el único lugar donde hoy está unido Alianza es en el campo. Ese es el gran mérito de José Soto; no uno táctico, sino -acaso como José del Solar en Universitario- más bien anímico. Y los jugadores que mejor reflejaron eso ante Cienciano fueron José Carlos Fernández y Jonathan Charquero. Lejos de la envidia típica de los '9' en las situaciones decisivas, ambos se comprenden como dupla y lo reflejan al buscarse primero para celebrar en los festejos.
En el primer gol, Charquero pudo buscar la individual, pero buscó a Fernández, combinó y de esa manera se gestó el error de Castro. Luego, en el segundo, 'Zlatan' pudo patear el penal, pero fue el primero en insistir para que el uruguayo fuera el ejecutante y así se reencontrara con el gol tras superar la lesión que lo aquejó. Un ejemplo de unidad que hoy en Matute viene mejor que cualquier cosa.
Foto: José Salcedo / DeChalaca.com
