Fútbol bananero

Una revisión casual de diarios uruguayos este martes permite toparse con una noticia relacionada con un conocido del fútbol peruano. Se trata del portero charrúa Jorge Damián Rodríguez, quien jugara en FBC Melgar entre las temporadas 2007 y 2010 y, contrariamente de lo que afirmaran hace poco algunas noticias en corto que se han acostumbrado a difamar, desinformar y rajar a diario, tuvo un buen rendimiento y dejó un grato recuerdo entre los hinchas rojinegros.
Pues bien, ocurre que Rodríguez ataja ahora por el Progreso de su país y, atajando el último sábado contra Central Español en partido válido por la decimocuarta fecha de la Segunda División del fútbol uruguayo -choque de líderes-, fue víctima de un acto de racismo por parte de la parcialidad rival. De acuerdo con el golero, recibió durante todo el partido insultos relacionados con su color de piel y le fueron arrojados entre cinco y seis plátanos con el fin de hostigarlo. Rodríguez recogió los plátanos para mostrárselos al árbitro del partido, y según él un jugador de Central Español los escondió para que el juez no los viera.
Con la sociedad uruguaya hipersensibilizada con el tema a partir del caso entre Luis Suárez y Patrick Evra en Inglaterra, las reacciones en defensa de Rodríguez han sido múltiples. La Mutual de Futbolistas -equivalente uruguayo del Safap- ha salido en defensa de sus derechos y el propio presidente de Central Español, Gerardo Sotelo, ha hecho pública una carta de disculpas al golero -sin dejar de subrayar que en un partido anterior este habría provocado a los hinchas de su club- y ha anunciado una investigación entre sus barristas para dar con el culpable e impedirle a futuro el ingreso al estadio Palermo.
Examen de conciencia local
En sus declaraciones luego del hecho, Rodríguez señaló lo siguiente: "La verdad es que es la primera vez que me pasa en el fútbol, y he jugado en Argentina, Chile, Paraguay, Perú. Jamás me pasó algo así. Que en tu país, tu tierra, te estén tirando bananas, que haya tal discriminación no lo esperaba". Razón no le falta. ¿Pero es cierto que en el fútbol peruano el racismo no existe? La respuesta más probable es que quizá se asolape más, y sobre todo que en la sociedad civil -el hincha común o el entorno del fútbol en general- no ha existido, hasta ahora, la capacidad de indignación por un tema de este corte. Pero ha habido casos que han pasado desapercibidos.
Uno que puede recordarse se dio en 1996, en el estadio Nacional, en un amistoso que Perú le ganó 4-1 a Estados Unidos. Aquella noche, en la oncena norteamericana había un solo jugador de raza negra: Jean Harbor, nigeriano nacionalizado estadounidense que llegó a tener 15 apariciones con su selección. Desde que comenzó el partido, los poco más de 10 mil asistentes al estadio lo pifiaron e hicieron el clásico "uuuuuuuu" cada vez que el jugador tocó el balón. El resultado fue que a los 32 minutos Harbor no aguantó más y el técnico Steve Sampson lo reemplazó por Mac Cozier.
Por supuesto, esa anécdota pasó desapercibida para la prensa local, pero fue evidente para quienes estuvimos aquella vez en el Nacional. Como es evidente que en cualquier partido local en que un equipo tiene un único jugador de color baja el "uuuuuuuu" de las tribunas cada vez que él la toca, incluso a despecho de que el equipo de los hinchas tenga mayoría de jugadores de raza negra en sus filas. Por eso puede hablarse de un racismo asolapado: se "perdona" a los jugadores propios pero se fustiga a los rivales, sin que por eso el acto deje de ser condenable.
La pregunta por hacerse es si ahora que anda de moda cualquier denuncia de racismo en centros comerciales con el eco correspondiente en redes sociales, el fútbol comenzará a ser escenario de casos de este tipo. Sin apelar en absoluto a la polvareda mediática que la prensa que no tiene mayor contenido por ofrecer -como se vislumbró en el recordado caso entre Silvia Reyes y Mario Leguizamón-, sí cabe hacer una reflexión sobre este tema y preguntarse si no es otro aspecto del que debemos preocuparnos como parte de la tarea de cuidar el valor del producto fútbol.
Fotos: elpais.com.uy, elascenso.com, Reuters, mytampabayrowdies.blogspot.com

El "uhuhuhuhuh" a los negros es clásico también (como esperabamos a Balán en AQP), pero si eso se castiga, también debiera castigarse el silvido de piropo que se les da a otros jugadores por ejemplo como se le molestaba a Roberto Martinez o Chemo Del Solar o el "H de P" que se les lanza a otros y muchas veces en coro y más fuerte que el "uhuhuhuh".
No malinterpretemos las cosas, no vaya a ser que los jugadores profesionales "negros" hagan huelga porque quieren que los llamen "gringos" o viceversa.
Digo yo, ¿no serÃa pertinente que los arbitros tuviesen la atribución de amonestar y expulsar al público agresor?.