Franqueza ante la escasez
El duelo táctico entre Franco Navarro y Roberto Mosquera había despertado expectativa y la verdad no defraudó. El técnico rimense, como en anteriores partidos, optó por manejar el partido lejos del área rival y procurar ser contundente en los metros finales. Franco, limitado por la falta de delanteros, optó más bien por apostar a esperar y envolver a Cristal en la maraña de una volante en "V" muy parecida a la que Perú empleó en la última Copa América, con un noble despliegue de la línea formada por Quinteros, Ballón y Fernández, pero sin profundidad ofensiva (Sánchez y Montaño avanzaban y no tenían a quién darle la pelota).
¿Por qué, entonces, ganó la San Martín en el tablero de ajedrez? Porque mientras los ataques rimenses procuraban el uno-dos a las espaldas de Espinoza y el centro al ras para la llegada de algún oportunista, los albos se dieron cuenta de que la única forma de llegar era tocar y retocar entre los de buen pie hasta la línea de fondo. Y así, ya con un gol -fina cortesía de 'Pocho' Alarcón- logrado entre Montaño y Ramos en la alforja, llegó el segundo merced a una combinación explosiva y una magnífica definición de Cueva. Esa escena se repitió muchas veces más a lo largo del partido pero el impreciso pie de Quinteros, sobre todo, impidió que volviera a devenir en júbilo para la 'Muela'.
A Cristal se le espeta luego de la batalla desorden defensivo, pero la verdad queda más intriga por cuánto le conviene ceder tanto el campo al rival. Es cierto: se gana espacio para tocar y construir como quiere Mosquera y como quieren los nostálgicos noventeros. Pero en el fútbol de hoy el pressing es una obligación casi, sobre todo ante equipos rápidos como esta San Martín. Franco leyó el libro, se dio cuenta de que no lo iban a estorbar y así tuvo él la pelota en el campo de Cristal -cuando pudo ser al revés-, para de paso acabar dando una lección de cómo en el fútbol se puede ganar jugando sin delanteros.
Foto: Wagner Quiroz / DeChalaca.com
