Imagen: Peru Evolution Soccer

Con naturales distancias que salvar, a la Sub-17 y al Deportivo Municipal los une más que la franja roja que llevan en el pecho. En una misma semana, ambos equipos se han convertido en los apóstoles que la fe del fútbol necesitaba en medio de la metástasis dirigencial. En Corea del Sur y en Lima, desafiando a la incredulidad, le vienen dando bofetadas a lo imposible.

Los 'jotitas' luchan contra sus rivales y la precariedad dirigencial (Foto: FIFA.com)Sería bueno recordar cómo se inició todo. Esta Sub-17 viajó a fines de verano a Ecuador a disputar el Sudamericano. En la prensa, en el público y hasta en la dirigencia, los apellidos Manco, Hermoza, Duarte e incluso Oré, no aparecían en la agenda. La Federación les había comprado pasajes de retorno anticipados. Juan José Oré tenía un contrato menos estable que el del guachimán de la Videna. Iban a debutar ante Brasil y solo ellos lo sabían.

 

Por ello resulta penosa la ubicuidad de Manuel Burga en Corea. En toda foto, en toda ocasión. El mismo hombre que aquí siempre tiene el celular apagado. El mismo hombre que manda informar a su secretaria que el doctor no se encuentra, que llame más tarde. Ese mismo hombre hoy viste una gorrita imberbe para exhibirse como mentor, patriarca y chochera de los ‘jotitas’. Ese mismo cuarentón maduro que desde la fecha descansará la ineficiencia, el desorden y los viáticos de su gestión en los lomos de unos pundonorosos adolescentes. Ya es un caso de orden patológico. Los chicos no tienen la culpa de nada.

 

***

La Banda del Basurero vibra con el liderato de Muni (Foto: Echamuni.net)Hasta hace un tiempo, en Municipal sonaba una frase que muchos equipos acogieron para sí como providencial axioma: “No hay que pagarles, así juegan mejor”. Es cierto que hoy, aparentemente, los jugadores de Municipal se encuentran al día. Y lo retribuyen en la cancha con un inverosímil primer lugar.

 

Aún así, sin embargo, la informalidad no deja de reptar amenazante en el cuadro de la comuna. La directiva de Silvestri es la misma que, a inicios del Clausura, sondeaba a jugadores amateurs para incorporarlos a sus filas -entre ellos dos amigos de esta página, solventes pichangueros pero dedicados a otros quehaceres profesionales-. Es la misma que en el Apertura desequilibraba mediante el atraso salarial a un plantel que hacía en la cancha lo que podía. Es la misma que ahora cumple, pero mañana no se sabe. Ojalá que las cosas se estén ordenando de verdad en el querido equipo barrendero. Y que sus dirigentes destierren aquella vieja máxima y se acostumbren a una nueva. Podría ser: “Solo pagándoles podremos ser primeros”.

 

***

Cienciano también logró la gloria remando contra la corriente (Foto: El Gráfico Perú)Ni las alegrías que regalan los ‘jotitas’ ni las sorpresas que ofrece el Muni son menospreciables en forma alguna. El esfuerzo de sus jugadores y sus técnicos es de más elogiable. El problema es que, lamentablemente, camuflan estructuras dirigenciales caducas, que no permiten que el triunfo pueda sistematizarse y planificarse.

 

En ese contexto, las jornadas de gloria terminan siendo aleatorias, dependientes de que el azar, de vez en cuando, pueda regalarle a la afición un grupo humano que avive la ilusión colectiva. Igual ocurrió con Cienciano: jugadores y entrenador hechos un puño, luchando y triunfando por ellos mismos frente a una adversidad provocada por quienes gobiernan desde los escritorios. Cuando el equipo cusqueño logró la Sudamericana de 2003 y la Recopa de 2004, sin que el fútbol peruano se diera cuenta, legitimó la improvisación como modus operandi. Porque si alguien cree que en la gesta de Cienciano existió algún tipo de planificación dirigencial, que le pregunte a Freddy Ternero por qué meses antes, mientras el colombiano Ospina dirigía la pretemporada en Cusco, él limpiaba vidrios y podaba céspedes en Nueva York.

Comentarios ( 0)add
Escribir comentario
quote
bold
italicize
underline
strike
url
image
quote
quote

busy