Estreno VIP
La reinauguración del estadio Nacional, lejos de ser una fiesta deportiva, será un arreglo político que lamentablemente opaca el regreso del escenario deportivo más importante del Perú.
Si hay un estadio estrechamente vinculado con el fútbol peruano, ese es el estadio Nacional, también conocido como "el coloso de José Díaz" por la cercanía a la calle de este nombre. Inaugurado el 27 de octubre de 1952 durante el gobierno de Manuel Apolinario Odría, fue reemplazo del Stadium Nacional, antiguo estadio de madera que hizo las veces de primer escenario futbolístico del país hasta ese momento (escenario también del primer campeonato continental de la selección). El Nacional está a horas de reinaugurarse luego de las obras de remodelación que se llevaron a cabo en un inicio para ser potencial sede de los Juegos Panamericanos y que termina siendo parte de un paquete de obras que desea dejar el presidente actual, Alan García. Las intenciones de este último han terminado por alejar la fiesta que debe ser el reestreno del Nacional de lo que el estadio en sí representa: un templo del fútbol.
Mal timing
El Nacional no es el primer estadio que se reinaugura, pero sí es el primero en que va a tener un partido de reinauguración entre equipos Sub-20 como plato de fondo. Como es por todos conocidos, la selección Sub-20 de España jugará un partido ante la selección peruana de la misma categoría. Definitivamente, la categoría de amistoso internacional Sub-20 no le hace honor a lo que es la reaparición del Nacional como escenario deportivo del país. Un amistoso que tranquilamente se puede jugar a puertas cerradas en el local de alguna universidad -como han solido ser los amistosos de esta categoría- termina siendo el "broche de oro" de la reinauguración.
Pero eso no es lo único cuestionable, también lo es la fecha. Esto es algo que se le puede achacar al mandatario que en su sed de figuración decidió que el reestreno del estadio sea el mismo día que la final de la Copa América ya que en pocos días se da el cambio de mando. Vale añadir que la final la estuvo a punto de disputar Perú, en contra de todo pronóstico (y ciertamente del pronóstico de las mismas autoridades). ¿Qué hubiese pasado si Perú vencía a Uruguay y jugaba ante Paraguay la final? ¿Cómo iba a quedar en ese escenario la reinauguración del querido estadio Nacional? Son cosas negativas que pueden pasar cuando se mezcla el deporte con la política. Ahora, aprovechando la buena campaña de la selección en el torneo continental, el gobierno quiere "colgarse" de esta imagen que tiene la selección y traer al plantel en vuelo charter para que esté mañana en la reinauguración. Claro, siempre y cuando tengan la medalla de bronce colgada en sus cuellos. Si se pierde con Venezuela y los aficionados se quedan con una imagen negativa el presidente no va a querer eso en su fiesta.
La fiesta debió ser después
Lamentablemente, lo que debería ser una fiesta del aficionado peruano que suele asistir al estadio se ha terminado por convertir en una puesta en escena arreglada para felicidad del primer mandatario. No hay entradas a la venta y los que estén en el estadio habrán sido invitados, algo que le quita el sabor futbolero usual que hay en las gradas del Nacional.
Por otro lado, la falta de previsión ha hecho que la reinauguración pierda el nivel que debió tener. En algún momento se habló de España o Brasil como rivales para el partido inaugural, pero la falta de conocimientos del calendario futbolístico por parte del IPD terminó con lo que se tiene, una Sub-20 de España. Claro que esto fue para satisfacer el ego del presidente, ya que si se tomase en cuenta el calendario de la FIFA, se tendría que haber esperado por una fecha FIFA y coordinado con alguna selección invitada. Aún así, en el "peor" de los casos, la reinauguración podría haberse dado el viernes 7 de octubre, día en que Perú comienza las Eliminatorias ante Paraguay.
Finalmente, la reinauguración debió haberse dado más bajo un contexto futbolístico que presentara nuevamente en sociedad al estadio más importante del Perú a su público fiel que suele asistir ahí a ver los diversos partidos de los que ha sido escenario. Así, si bien en esta oportunidad lo político se ha antepuesto a la fiesta futbolística en sí, el hincha fiel, el que entiende el sentimiento distinto que despierta aquel histórico recinto; esperará hasta el primer partido oficial para ir al Nacional, conocer sus novedades y disfrutar del regreso de un estadio que se ha hecho extrañar.
Composición fotográfica: Roberto Gando / DeChalaca.com
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Por otro lado, que asco me da Alan que quiera colgarse del futbol, todo x su ego.
Estuve a las 4 de la tarde en las inmediaciones del Estadio tratando de conseguir una entrada y me di con la sorpresa de que revendÃan las entradas a oriente - tribuna destinada a escuelas militares y gente del ministerio de educación - a 80 soles, y las de occidente - tribuna destinada para la gente del gobierno y del I.P.D - las vendian a 120 soles.
Me parece una falta de respeto para la gente ligada al fútbol ya que es un estadio de fútbol y me gustarÃa que averiguen de quién ha sido el negociado de las entradas, ya que los revendedores tenian un monton de entradas.
Que pena, ojalá la selección mayor no venga en el charter.
Saludos.
Me parece q lo q se hizo al cambiarle la fachada a un trabajo arquitectónico como lo era el estadio nacional para darle el aspecto de "nido de pájaro" cual estadio olÃmpico chino es una ofensa, un agravio qal parecer a nadie le importó porque "la emoción" de un estadio moderno les hizo callar la boca ante tamaño despropósito.
200 millones de sóles.
Q tal si se hacÃa una refacción menos derrochadora y con el dinero restante se hacÃan 2 estadios presnetables en el cono norte y cono sur de Lima????
De qué sirven los palcos? q es donde más se ha gastado en dinero?
el estadio del manchester tiene palcos? el del real madrid, el de barca? sigo.....
lo fundamental era la rehabilitación del césped, y ampliación de tribunas...no entiendo porque malograr el estadio con palcos
