Escarnio mundial

Es carne común escuchar cómo a los cuatro vientos se proclama que es en Sudamérica donde se practica el mejor fútbol del mundo. Y no se peca en un ápice de exageración al aseverarlo: los mejores clubes del mundo, localizados en Europa, se nutren de futbolistas sudamericanos como sus principales estrellas. Por eso, también, las Eliminatorias Sudamericanas son el torneo más competitivo del planeta y dan un mayor porcentaje de clasificados respecto del total de participantes que cualquier otro certamen clasificatorio de las demás confederaciones.
Sin embargo, está claro que el desarrollo del fútbol sudamericano como un todo no marcha a la par de ese nivel. Y eso tiene que ver principalmente con la desorganización en sus torneos: calendarios mal homologados y situaciones de violencia en los campos de juego son, principalmente, las razones. Por eso, lo ocurrido este miércoles en el 'Morumbí' de Sao Paulo por la final de la Copa Sudamericana entre el local y el Tigre argentino apena y avergüenza a todos quienes pertenecemos a esta confederación.
Lo extremo del caso es que los protagonistas hayan sido brasileños y argentinos, los indiscutibles referentes principales del fútbol de esta parte del mundo. Dos escuelas admiradas y respetadas por sus distintos valores pero, a la vez, instigadoras de varios de los malos ejemplos que a veces se replican en otras realidades en términos disciplinarios. Miremos el caso peruano: cuando un futbolista joven se pierde en los placeres de la noche, no falta quien cite que "así son los brasileños e igual triunfan", o cuando alguno tiene un arrebato desproporcionado en el campo, otros retrucan que "así son los argentinos y por eso ganan".
Esto último, sin duda, es una generalización antojadiza: no todos los futbolistas brasileños son juergueros ni todos los futbolistas argentinos son malcriados. Es más, son menos los casos que lo más; la referencia se hace, más bien, para ilustrar el nivel de ejemplo y referencia que ambas escuelas tienen para el resto de Sudamérica y por qué, en consecuencia, el bochorno del miércoles -calificable con todos los adjetivos de vergüenza que puedan rescatarse del dicconario de sinónimos- es mayúsculo por sus secuelas de mal ejemplo aquí y en todas partes. De protagonistas como Sao Paulo y Tigre que no solo se han graduado de indignos representantes de sus países sino, sobre todo, como un par de grandes irresponsables.
No faltará tampoco quien a esta altura del texto reniegue y diga que por qué se pone siempre el dedo en la llaga para los casos sudamericanos y se ensalza a los europeos. Chauvinistas, que les dicen. Pues bien, hay una respuesta sencilla: en Europa ocurren también actos de violencia, como invasiones al campo o a la moneda lanzada a Rio Ferdinand el último fin de semana. Esos actos, como los del 'Morumbí', son reprochables y lamentables. La gran diferencia es que en Europa la condena a los hechos es, de inmediato, condenada de modo unánime y sobre todo sancionada sin chistar; en Sudamérica, en cambio, tenemos unas horas después del hecho a la prensa y la afición brasileñas justificando la actitud de sus hinchas y fuerzas policiales y, por otro, a la prensa y la afición argentinas aplaudiendo el retiro de un equipo que se negó a salir a jugar el segundo tiempo de una final. En el medio, los otros ocho países de la Conmebol aplaudimos o condenamos y miramos impávidos a ver cuál de los dos hermanitos mayores gana otra vez en mesa.
La Conmebol, por cierto, tiene una principalísima competencia en este tema: dar sanciones ejemplares y aleccionadoras -de esas que por lo general le tiembla la mano para ejecutar sobre brasileños o argentinos- para lavar la cara de este papelón de una final terminada en el primer tiempo que desacredita por completo un campeonato ya muy cuestionable en su esencia como la Sudamericana, que hace años es un híbrido intendendible -por calendarización y sistema de clasificación- entre la Europa League y la Copa Zoológico, y que si no tiene ya clasificados por defecto a Boca Juniors y River Plate, como absurdamente ocurría en sus inicios, ahora depende de que otro grande Sao Paulo dé una vuelta olímpica así haya jugado solo 45 minutos para conservar su nivel de show. ¿Había sentido ayer después de lo ocurrido de armar un estrado y sacar luces artificiales y pica pica? Hay que tener cuajo para hacer semejante papelón organizativo.
Foto: AP

Claro, como ya estaban 0-2 abajo, se les venia la noche, y mismo alianza en una copa lierbtadores contra universitario, prefirieron la invencion de la violencia y el retiro vergonzoso
En fin, son argentinos, ... que les podemos pedir
Volviendo al punto esta no es mas que una raya mas al tigre, pues Brasil, completamente desconectado de los hispanoparlantes, pero adorados por ellos, no les interesa en lo mas mÃnimo como ganar solamente lo hacen y punto, no importa cuan injusto pueda ser, total en la cancha siempre son 12 jugadores de Brasil, el doceavo es el arbitro, dentro de 30 años la estadÃstica no va a hablar de este, otro mas, bochornoso evento, solo va a decir que Brasil gano una vez mas, y los Peruanos, muchos llamados con nombres Brasileños, van a arrodillarse a idolatrar a sus Ãdolos de siempre.
espero que alguna vez fox internacional busque para los paises de habla hispana otro pais con periodistas mas capacitados.