Composición fotográfica: José Salcedo / DeChalaca.comAlianza Lima - San Martín y Real Garcilaso - Vallejo son las llaves de semifinales del Torneo del Inca, cuya definición va a ser a un solo partido en el estadio Nacional. Esta es una opción razonable como sede prefijada, pero siempre que sea una alternativa móvil y no un retorno al temido centralismo.

Después de la apasionante -sí, así lo fue, pese a que algunos les cueste aceptarlo- definición de la fase de grupos del Torneo del Inca y el consiguiente agrupamiento de clasificados para las semifinales del certamen, toda la expectativa estuvo puesta en conocer los emparejamientos de semifinales. Así, pues, minutos luego del mediodía del lunes 6 salió el esperado humo blanco del local de la ADFP: Alianza Lima va a enfrentarse a la San Martín (primero en Matute, luego en el Grau o en el Nacional), mientras que Real Garcilaso va a ser rival de la Vallejo (primero en el Cusco, luego en Trujillo). Hasta allí, todo bien.

Pese a todo, con dedo aprobatorio

La ocasión, desde luego, sirve para resaltar el funcionamiento positivo que ha tenido la organización de este certamen. De manera genuina, el Torneo del Inca acaso debió ser un torneo multicategoría, como en su momento lo fue el Torneo Intermedio de 2011. Este, como se recuerda, recibió absurdas críticas por el hecho de que los equipos de Primera División no encaraban con todo su potencial sus emparejamientos, cuando la esencia de este tipo de certámenes es justamente promocionar y dar rodaje a planteles que, por su condición profesional, deberían ser extensos, como ocurre en cualquier país del planeta que tenga torneo de liga y de copa.

El Torneo Intermedio 2011 recibió muchas críticas, con mucha incoherencia (Foto: Archivo DeChalaca.com)
No obstante, obviando las críticas malintencionadas, este desarrollo del Torneo del Inca, con cuestiones pulibles y que deben servir de escarmiento a sus organizadores, como el beneficio de su campeón al final de año, el descanso extendido involuntario a determinado equipo ante los enfrentamientos-espejo en un grupo impar (en este caso Unión Comercio) y las condiciones para la Bolsa de Minutos (deberían ser en función de los nacidos de 1997 en adelante, pensando en la próxima Sub-20 -la de 2017-), fue bien diseñado y acertado.

Y solo basta listar dos ejemplos para sustentar lo anterior: desde las programaciones prefijadas para todo el campeonato -un golazo- hasta los intentos de replicar acciones que considera la normativa FIFA, como las salidas y los saludos entre jugadores antes de arrancar determinado partido. Le dan otro caché al torneo de Primera División.

Por las rutas del Perú

Sin embargo, una novedad hasta ahora poco difundida era la elección del escenario para la final del torneo, que va a ser a partido único. Para esta edición, se prefijó desde un principio como sede al estadio Nacional, situación que podría generar controversia por el beneficio que sin duda va a recibir el ganador de la llave entre Alianza Lima y la San Martín. Eso, claro está, desde la óptica en que se lo pretenda juzgar.

Hay cierto resentimiento colectivo por el hecho de que el Estadio Nacional sea la sede de la final. Se cree un favoritismo para equipos limeños como Alianza Lima (Foto: Ovación Digital)
Como se sabe, en la mayoría de torneos de copa en el mundo existe una sede prefijada para la final, y se producen, por ende, situaciones en las que uno de los finalistas es verdaderamente local en el escenario prefijado. Y eso no significa que se pretenda beneficiar a determinado equipo, pues las sedes prefijadas son móviles. Esto último es el punto más importante que habría que debatir.

Para DeChalaca, por un tema de nominación histórica y concepto marketero, la sede por defecto de la final del Torneo del Inca debería ser a priori el estadio Garcilaso del Cusco, más allá de que la situación permita que Real Garcilaso o Cienciano lleguun a una hipotética definición. Pero lo más importante de todo, si se pretende darle continuidad al certamen, es que el cambio de localía prefijada sea permanente. Algo rotativo de modo anual. En ese sentido, la ADFP no ha manifestado si el Torneo del Inca va a tener larga vida ni si el estadio Nacional va a ser el escenario que siempre va a albergar la final de dicho certamen.

El gramado del Garcilaso de la Vega es un sede ideal para la final de Torneo del Inca (Foto: Vanessa Álvarez Sancho)
En todo caso, de no estarse pensando en una rotación y más bien tener en mente que el Nacional sea la sede de la final por defecto, se estaría cayendo en una soberana involución de todo lo que se ha labrado hasta aquí en los últimos años en el fútbol peruano. Pretender que la final del Torneo del Inca solo se defina en la capital es rememorar y traer de un solo golpe todo lo malo que dejó el centralismo en el fútbol peruano en décadas anteriores (liguillas por doquier, definiciones por el título y hasta la recordada Finalísima de la Copa Perú). Todo eso, más allá de la gracia sentimental, solo se encargó de generar anticuerpos absurdos entre clubes limeños y provincianos que en buena medida subsisten hasta hoy y resultan una tara por superar. Ojalá que no sea así y, de paso, se empiece a considerar la opción de que el torneo de copa cuente con presencia de equipos multicategoría en sus posteriores ediciones. 

Composición fotográfica: José Salcedo / DeChalaca.com


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