El Podio: Búfalo ganador
La rapidez fue el factor común de los tres mejores jugadores de la fecha. Roberto Ovelar y Salomón Libman destacaron en la victoria de Alianza sobre Melgar; Martín Hidalgo fue decisivo en la remontada de Cienciano ante San Martín.
Medalla de oro: Roberto Ovelar (Alianza Lima) / Puntaje: 17
Sin lesiones de por medio, Ovelar atraviesa un buen momento futbolístico. Si bien su gol -el primero ante Melgar- contribuye a afianzar los argumentos que los constituyen como el jugador más destacado de Alianza esta fecha, es importante recalcar una vez más que su movilidad a lo largo de todo el frente de ataque es sumamente importante. Con un delantero que mete constantemente presión a los defensas rivales es mucho más fácil estar cerca al gol. El paraguayo es sinónimo de peligro, y si no lo creen, pregúntenles a Carvallo y a la defensa de Melgar que sucumbieron ante la viveza del atacante de Alianza.
Medalla de plata: Martín Higaldo (Cienciano) / Puntaje: 17
En el partido más entretenido de la jornada, Martín Hidalgo reeditó sus mejores actuaciones con Cristal y cumplió un partido prolijo ante el actual campeón. Si bien no se lució con algún tanto, el experimentado lateral se desenvolvió correctamente por el sector izquierdo, tanto en las tareas defensivas como ofensivas, siendo el complemento perfecto para Julio García. Ya sea con sus desbordes, pases precisos, o con una correcta distribución del balón, Hidalgo fue el jugador más regular del cotejo.
Medalla de bronce: Salomón Libman (Alianza Lima) / Puntaje: 17
Si Ovelar fue eficiente en el arco rival, Libman hizo lo propio en la portería victoriana. A pesar de la superioridad de Alianza a lo largo del cotejo, no se puede dejar pasar por alto la labor de su portero, quien en más de una ocasión -12’ cabezazo de Meza Cuadra, 65’ remate de Aubert y 91’ casi autogol de Prado- salvó a los íntimos de un tanto seguro. Más allá de volver a enumerar todas las cualidades que tiene Libman, lo rescatable subyace en el hecho que el portero blanquiazul responde correctamente en toda circunstancia de juego, ya sea que su equipo esté siendo atacado, como cuando el rival no le llega con claridad. El resultado es siempre el mismo: la seguridad que muestra en sus manos.
Foto: Abelardo Delgado / DeChalaca.com
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