Dilema del prisionero
En DeChalaca.com manejamos algunas premisas respecto del trabajo de los directores técnicos. Primero, es una falta de respeto que se suela creer que se puede hablar de la estabilidad laboral de los técnicos como si nada; no hay derecho de que nadie cuestione el puesto de trabajo de una persona de forma alegre. Segundo, es importante respetar los procesos: normalmente eso en el Perú paga, y bien, a largo plazo. Tercero, y acaso lo más relevante en términos de fútbol, hay que saber respetar a los técnicos con credenciales y a quienes respalda un historial exitoso.
Por todo lo anterior, aquí consideramos que el manoseo que se ha hecho en las últimas semanas de Diego Edison Umaña es una falta grosera de respeto y está fuera de lugar. Al DT colombiano tendrían que hacerle un monumento en Chiclayo por haber logrado con el 'Ciclón' el mayor hito de la historia del club y lo que casi ningún equipo del interior logró. Pero ha ocurrido todo lo contrario: Aurich ha tenido un mal arranque este año y todos los rifles han apuntado a Umaña, al punto de haber llevado al propio Jorge 'Patrón' Bermúdez -hoy comentarista de ESPN- a "twittear" en la semana que la estabilidad del técnico del 'Ciclón' estaba por terminarse.
Nadie es intocable, es verdad. Nadie está tampoco libre de errores: en Chiclayo se cuestiona a Umaña, y con razón, por haber desmantelado con facilidad y por sus propias recomendaciones parte del plantel campeón 2010. Eso es una responsabilidad que el DT debe asumir, pero de allí a cuestionar su continuidad desde el primer mal resultado hay un trecho. No ha podido trabajar con tranquilidad, y de las propias actuaciones -y suplencias- de varios referentes del plantel puede desprenderse con facilidad que el clima interno en el camarín rojo no es el mejor.
Por eso, hoy a Edwin Oviedo y compañía se les presenta un dilema del prisionero, máxime luego del humillante 5-1 del San Martín, indigno para un campeón nacional. Deben optar por lo fácil y lo que todo el coro monocorde hoy reza, que es quitarle el piso al técnico, o más bien respaldarlo y cortar las cabezas que correspondan en el campo. Hace 10 años, a esta misma altura de la temporada, a Cristal le pasó lo mismo: le ganaron 5-1 y la dirigencia rimense, en vez de echar a Paulo Autuori, despidió a los referentes que incomodaban el trabajo del brasileño. El resultado fue la vuelta olímpica a fin de año.
Una solución es más rápida y barata; la otra, más compleja y costosa, pero acaso con mejores réditos en el largo plazo cuando se tiene convencimiento de que el técnico en cuestión es capaz. Umaña claramente lo es. Don Edwin tiene la palabra.
Fotos: Wagner Quiroz / DeChalaca.com

"Primero, es una falta de respeto que se suela creer que se puede hablar de la estabilidad laboral de los técnicos como si nada". Creo que también es falta de respeto hablar asà de los jugadores.