Composición fotográfica: Aldo Ramírez / DeChalaca.comUnas líneas para Carlos Zambrano luego del Chile - Perú y ad portas de la definición por el tercer lugar de la Copa América 2015.

 

Lima, 2 de julio de 2015

Estimado Carlos:

Qué Copa. Qué copa la que hemos visto, la que te has jugado tú y la que se han jugado todos ustedes como equipo. Qué equipo el que hemos visto jugar, como un espejismo de ese fútbol antiguo del que muchos solo hemos podido escuchar de nuestros viejos y abuelos y leer de periódicos que se han ido tiñendo de amarillo. Tal vez sea el comienzo de una época que ya no tengamos que llamar como una historia antigua; “qué tiempos aquellos”. Tal vez sean estos los tiempos de esperanzarse, esta vez con fundamentos, de ver a una selección logrando resultados. Tal vez sean nuestros tiempos.

No recuerdo cuándo fue la última vez que vi un a defensa de la que no tuviera que sentir preocupación cada vez que nos mandan la pelota por arriba o cada vez que los encara un enano rapidito y dribleador. No sé si alguna vez respiré tranquilo al ver que un Falcao o un Sánchez los encaraba, al ver que salían armando juego por el medio, y puede que por eso me sienta tan raro cuando amagan al delantero en una jugada límite o cuando defienden un córner. Aún no sé cómo albergar esa comodidad con mi defensa peruana. En mi experiencia viendo a la selección, defensa y tranquilidad son dos palabras que no van de la mano. Al menos hasta hace un par de semanas.

La selección peruana (Foto: EFE)

Lo que has armado con Ascues, Advíncula y Vargas no tiene explicación. Un cuarteto que pocos hubiéramos armado pero que si de algo no carece es de ritmo. Claro que la sintonía no les cayó del cielo. Hubo que aprender de goles tontos y por malas marcas, sobre todo contra Brasil, pero para eso están los errores. No sé qué le habrá dicho Gareca a Vargas y tampoco sé si quiero saberlo. Solo quiero que siga funcionando porque veo en el Loco un tipo que dejó atrás las tonterías y se dedicó a entrenar. No tengo idea qué toma Advíncula en el desayuno para estar tan concentrado y ordenado pero le agradezco haberme callado a mí y a muchísimos más la boca con lo que ha jugado. Que acá lo maten todo lo que quieran. Afuera no paran de llamarlo el mejor lateral derecho de la Copa y con toda justicia. Ningún ojo juzga más que el imparcial. A Ascues y su mezcla de defensa-armador, que varios preinfartos me dio con sus salidas en ataque pero que me enseñó a tener un poco de paciencia. A ti por tu entrega y liderazgo, por ser tan buen tiempista en la marca. Por el coraje que los cuatro le han devuelto a una defensa tan atacada, dentro y fuera de la cancha, durante tantos años. No puedo seguir con el resto del equipo por un tema de espacio, pero no se necesitan palabras para valorar lo que han jugado Sánchez, Cueva, Lobatón, Gallese… todos los que se pusieron la blanquirroja.

Te digo esto no porque no lo sepas, sino para que sepas cuánto lo valoro. Cuánto lo valoramos miles, millones de peruanos que mes a mes, año a año, nos tiramos colas largas para comprar entradas al estadio, semanas repletas de ansiedad previas a un partido; que derramamos tantas lágrimas cuando no nos va bien. Te lo digo porque ya no eres el chico al que hay que llevar para que forme parte de la generación futura de futbolistas que trate de llevarnos a un Mundial después de más de tres décadas. Ahora tú eres esa generación. Y no solo eso. Eres el líder de esa generación.

Zambrano en Schalke (Foto: Wikipedia)

Son más de cinco años los que llevas vistiendo la franja en el pecho y no dudo ni por un segundo de que le hayas puesto el 100% de tu capacidad y entrega a cada partido que te jugaste, amistoso u oficial. Sé que tu apelativo de león no viene gratis, pero déjame decirte que con esa posición vienen deberes. Por mucho tiempo fuimos testigos de tus arranques en la cancha. Dale, a veces se entiende. En un partido se juegan más que tres puntos; a veces corre mucha bronca. Excusas encontramos por montones y fueron años los que culpamos por tus errores no a ti sino a tu falta de madurez en la cancha. Cuántas veces nos dijimos “ya madurará”, “hay que llevarlo”. Todas ellas mientras rechinábamos los dientes por la rabia de tener que afrontar el resto del partido con uno menos. Pero ya está. Nos la bancamos. Nos la bancamos a la espera de un futuro en el que tuviéramos a un jugador de nivel que ya no cometiera chiquilinadas.

Lamentablemente, y a pesar de que muchos siguen haciéndolo, ya no podemos apelar a las mismas excusas. Tampoco podemos dejarnos vencer por las voces internas que en la calentura nos quieren hacerte recordar a toda tu familia; a esas no las escuches. Tenemos que actuar y hacerlo con inteligencia. Ya no hay futuro, Carlos. El futuro es hoy.

Zambrano en Eintracht (Foto: AFP)

No te voy a decir que la embarraste contra Chile. Eso ya lo sabes. Te lo han dicho tus compañeros. Te lo gritaron en el estadio. Te lo dijo Gareca. Te lo dijiste tú durante toda esa noche que no pudiste conciliar el sueño. Lo que te quiero decir es que el tiempo de aprendizaje se acabó. Y, creo, lo has utilizado sabiamente. Se te ve mucho más cuajado como jugador. Se nota que has aprendido y mucho. Lo que no te puede pasar es perder los papeles cuando más necesitamos que asumas aquel del que no vas a poder escaparte ni aunque quieras: el papel de líder.

Ese partido en Santiago jamás me lo imaginé. No pensé ver a Perú proponiendo y manejando la pelota; presionando el ataque de Chile desde la media cancha y antes; marcando con orden y atención; armando juego con velocidad y toque bonito, ese que tanto nos gusta. Tienes que saber, Carlos, que hasta el día que me muera ese partido se quedará en el “qué hubiera pasado”. Nunca dejaré de fantasear sobre qué hubiera pasado si no hubiéramos cedido 20 y más metros de cancha con el desorden que nos agarró cuando te fuiste; en qué partido se hubiera jugado Cueva de haberse quedado en la cancha y cómo hubiera bailado Farfán si no se hubiera tenido que matar físicamente con el recorrido que tuvo que hacer de ahí en adelante. Si con igualdad de hombres Guerrero hubiera podido jugar más acompañado y hacer de las suyas. El qué hubiera pasado será una de mis frustraciones más grandes hasta que dé mi último suspiro.

Zambrano y la roja ante Chile (Foto: EFE)

Tienes que saber, y no por ánimo de tirarte la piedra, que toda esa especulación no se habría quedado en fantasía si manejabas tu temperamento. Vamos, Carlos, tú sabías que te iban a salir a buscar. Sabías que eras blanco de sus mañas. Lo sabías mejor que ellos mismos y aun así corriste directo a la trampa.

Nos costó caro, Carlos. Nos costó, posiblemente, la final. Nos costó jugarle de igual a igual a Messi, Agüero, Di María y sus amigos y ganarles. Nos costó ganar algo después de tantos años con el grito aguantado en la garganta. Te costó a ti la oportunidad de levantar la Copa como lo hizo Chumpitaz en el 75.

Yo sé que duele. Sé que te duele lo que ha pasado porque a mí también me duele. El grito de gloria lo vuelvo a meter a la garganta. El hambre sigue creciendo. Pero ya está. Ya está, Carlos. Ya te mató la mitad de este país pero te van a perdonar. Te van a perdonar porque eres más grande que una estupidez que pudiste cometer. Te van a perdonar porque no te vas a retirar sin haber pisado tierras mundialistas o haber levantado una Copa América frente a la incredulidad de un continente que se seguirá preguntando: ¿en qué momento se arregló el Perú?

Zambrano y Tapia (Foto: prensa Cantolao)

Tal vez no se habrá arreglado, pero habremos mejorado. En algo. Habremos crecido y tú habrás sido partícipe y gestor de ese crecimiento. Los más chicos te miran a ti. Te ven como referente a tus cortos 25 años, casi 26. ¿Y sabes qué? Te lo ganaste. Pero déjame decirte una última cosa. La chamba no viene gratis. ¿Qué le vas a decir a Callens, quien cuando se ordena en su posición te mira a ti? ¿Qué le vas a decir a Benavente, quien viene de un mundo en el que el fútbol se juega distinto, que no importa el talento, en Sudamérica la cosa es distinta? ¿Qué le vas a decir a Tapia que se va a tener que parar delante de ti y tú vas a ser la voz que lo guía desde atrás? ¿Qué vas a hacer cuando la banda de capitán la lleves tú y no por reemplazo sino por mérito? Carlos, la responsabilidad es tremenda.

Yo no tengo miedo. No me preocupa lo que está por venir. Estoy tranquilo porque después de muchísimo tiempo puedo decir que mi selección juega y juega bien. Juega bonito, como todos los peruanos queremos que juegue porque no nos basta ni el resultado ni la garra. Queremos ver buen fútbol. Eso ya lo estamos creando. Hay que dar los siguientes pasos, pero no podemos darlos en falso. Son ya muchos años en los que venimos equivocándonos de una u otra manera. Son muchos años de experiencia y aprendizaje y ya es hora que los transformemos en algo más. En algo mejor, y para eso tenemos que jugar bien y jugar claro. No podemos darnos el lujo de cometer dos veces el mismo error. Necesitábamos esperanza. Ahí la tenemos. Necesitábamos un equipo. Ya lo estamos construyendo. Ahora nos falta alguien que nos lleve sin miedo por ese camino. Creo que ya estás listo, Carlos. Confío en ti.

Composición fotográfica: Aldo Ramírez / DeChalaca.com
Fotos: AFP, EFE, Wikipedia, prensa Cantolao


Comentarios ( 3)add
...
escrito por Claudio Cuadros , July 02, 2015
Gran apreciación, distinta al resto de cartas abiertas que han venido circulando
...
escrito por Ana Perú Ana , July 03, 2015
Señores, déjenme felicitarles por este artículo. Es lo mejor que he visto en la internet desde hace mucho. La fiel y leal descripción textual que sentimos los que si estamos en las buenas y en las malas y que sabemos que el puede manejar esto, al igual que Paolo y Vargas. Gracias por compartir esto.
...
escrito por Ernesto Trujillo , July 03, 2015
Extraordinario mensaje ... Esperanzador y motivante además de objetivo y justo.. Felicitaciones al (los) redactor(es).
Escribir comentario
quote
bold
italicize
underline
strike
url
image
quote
quote

busy