Foto: ANDINAReflexiones que quedan flotando en el ambiente local con la presencia de Sergio Markarián al frente de la selección peruana, a un año exacto del final de su primera evaluación tras el término de la Copa América.

 

El viernes por la noche, la teleaudiencia fue testigo de la presentación de Sergio Markarián al frente del equipo de todos. Hubo harta expectativa y uno de los ambientes del Hotel Los Delfines sirvió para ir desgranando el proyecto que se tiene en mente y, a la vez, para atiborrar de interrogantes al estratega uruguayo que, con sabiduría, respondió hasta la pregunta más jalada de los pelos.

Si bien la conferencia de prensa decayó con las risotadas, silbatinas, aplausos innecesarios y demás detalles impropios que no hacen otra cosa más que generar vergüenza ajena, los casi 90 minutos de dialogo sirvieron para dejar sentado algunos puntos que, creemos, delimitarán un punto de partida para el manejo global de la selección, pase lo que pase al término del proceso clasificatorio.

De hecho, la atmósfera de la opinión publica, de manera espontánea, ve con buenos ojos la designación del ‘Mago’ al frente de la blanquirroja, más allá del buen precedente que dejó durante su estadía noventera en el fútbol peruano. Y ese mensaje lo ha entendido bien alguna cabeza no visible dentro de la FPF, consciente de que, en realidad, nosotros mismos también somos grandes responsables del problema que difiere al combinado patrio del resto de países de esta parte del continente -por ejemplo, con las actitudes expuestas en el párrafo anterior-. Es más, Markarián dijo, entre líneas, que la comunicación con los medios será más directa -a alguien se le tuvo que prender el foquito, ¿cierto?-, en lugar de estar apelando a las manoseadas conferencias de turno.

Para destacar también la planificación que aparenta ostentar la selección peruana de cara a sus primeros encuentros de evaluación y, luego, con los cotejos de carácter oficial que se presentarán durante la Copa América de Argentina. Se pudo intuir que tanto Pablo Bengoechea y Óscar Aguirregaray -nominalmente asistentes- trabajarán en realidad como una suerte de entrenadores asignados a una tarea específica; uno dedicado a las acciones de balón detenido y a la resolución en ofensiva, y el otro asumirá todo lo concerniente al bloque posterior y al caudillaje dentro del equipo. Esto es, pues, un trabajo más a la inglesa, con un Markarián que replicará el modelo que propone -por citar un ejemplo- Alex Ferguson en el Manchester United, adoptando la línea del manager (esto claramente se intuyó en uno de los momentos del diálogo).

A todo lo antes expuesto, eso sí -y aunque suene repetitivo-, es necesario traer a colación que la intención de todas las partes -se sobreentiende- no es vender humo y gritar a los cuatro vientos que la clasificación es posible. Es probable que la selección no llegue a Brasil 2014, pero la estructura que se va a forjar de ahora en adelante consolida una propuesta que le otorgará, luego de varios almanaques, un rostro serio a la selección; lo importante, sin duda, es que la pita no se rompa, mucho menos de manera absurda. 

Para recalcar, también, un detalle necesario y oportuno; ese es el referido a que Sergio Markarián -mucho ojo- no le cambiará el rostro al fútbol peruano. Su labor es explícitamente con la blanquirroja dentro de un proceso que, así desemboque en un acceso al Mundial, no levantará del polvorín al caos que se vive en todas las raíces de nuestros torneos domésticos. Porque el ‘Mago’ no hará magia y le devolverá los puntos a José Gálvez, ni tampoco tocará con su varita a clubes como IDUNSA o Sport Águila y los mandará al ruedo, ni mucho menos salvará con su discurso la situación caótica por la que atraviesa Tecnológico. Los únicos responsables de todo el laberinto local son las cabezas directrices, los cuales se mantienen aferrados al poder. Don Sergio solo puede asolapar el tránsito en uno de los carriles.

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Comentarios ( 1)add
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escrito por Juan Diego , July 24, 2010
Muy buen artículo. Lo que la gente no se quiere dar cuenta es lo que han propuesto en el último parrafo. Fuera de la muy buena designación de Markarían y la confianza que todos depositamos en él, el futbol peruano está en un hoyo dirigencial enorme. Lo de Gálvez es patético y lo de la 'U' bordea esas zonas, Alianza desarma su equipo porque su presidente quiere vender hasta el utilero y Cristal se baja el proyecto de Rivera poco a poco para no parecer impacientes. No creo que alguien pueda nombrar cinco clubes peruanos respetables.
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