Bam Bam, adiós

En la etapa regular del torneo, fecha 20 para ser exactos, Alianza derrotó a Cristal con un cabezazo de Walter Ibañez. La felicidad se extendió en tienda blanquiazul y llegó a todos menos a Wilmar Valencia. Los 30 minutos que jugó un Yordy Reyna que ya pertenecía al Red Bull Salzburg parecían haber acabado con su trabajo. Susana Cuba se había comunicado con el DT para anunciarle que estaba fuera del equipo. Los días siguientes sirvieron para enmendar el error y reafirmar a ‘Bam Bam’ como técnico blanquiazul.
Poco más de tres meses después, otro encuentro ante Cristal, esta vez en la etapa de Series, volvió a significar un punto de quiebre en la carrera de Wilmar en el banco de suplentes íntimo. En la previa del partido, otro desencuentro con un sector del grupo de jugadores fue suficiente para Valencia, quien decidió presentar su renuncia aunque luego aceptó dirigir hasta el último domingo en Huancayo.
Corren distintas versiones en redes sociales e Internet sobre la salida de Valencia. Algunas dejan mejor parado al técnico que los jugadores y viceversa. Se habla de dos facciones lideradas por Henry Quinteros -con apoyo de los extranjero y veteranos- y Paulo Albarracín -representante de los más jóvenes-. Se señala también a jugadores engreídos por un lado y a un técnico poco comprensivo y altanero desde el otro. No está todo muy claro, y hasta el propio Albarracín ha llamado a periodistas a aclarar que él no lidera ningún grupo pues es consciente que eso le puede perjudicar en el futuro. Lo único que se sabe a ciencia cierta es que la relación de Wilmar con el plantel sufrió varios choques desde el inicio.
No es un secreto lo directo y claro que es Valencia para expresarse. Incluso en sus declaraciones no es fanático de adornar sus frases y prefiere el concepto limpio, sin muchas vueltas. Tampoco es un secreto su temperamento, que puede ser observado por cualquiera que lo haya visto en el estadio. En resumen, Valencia tiene todas las características de un técnico de antaño. Ahora, el problema es que ese estilo no parece haber calado bien en un grupo conformado en su mayoría por jóvenes. Los juveniles del equipo parecen no tomar bien la forma de manejarse de su ahora ex DT y desde principios de año se notaron recelosos con su carácter. Quizá no sea culpa de los futbolistas ni del mismo Valencia; hoy parece haberse abierto una brecha generacional que no les permite entenderse. Habrá que revisar si se repiten esos casos en el futuro.
En La Victoria no queda otra que mirar al futuro en lo que resta de este 2013. Mañana Valencia solo será un recuerdo y si no fuera por una de las famosas postergaciones policiales el miércoles en Matute ya deberían haber estado mentalizados en Pacífico, el próximo rival en las Series. Por más que hoy sea lo menos importante, la duda queda instalada por el momento sobre el reemplazante de Wilmar en el banco blanquiazul . ¿Volverá Miguel Ángel Arrué a asumir de emergencia? ¿Juan José Jayo debutará como entrenador? Mucho se ha dicho hasta el momento. Lo más recomendable para Alianza sería no recurrir porque sí al pasado o alguien “identificado con el sentimiento blanquiazul”. Se ha demostrado cantidad de veces que lo último pesa poco. Es momento para que los íntimos comiencen a pensar en 2014 con seriedad y consigan un técnico y proyectos sólidos y quizá también es la ocasión para que Susana Cuba se plantee su dirección al mando del club. Situaciones como la salida de Wilmar no deberían repetirse.
Composición fotográfica: Roberto Gando / DeChalaca.com
Foto: Luis Chacón / DeChalaca.com
