After Party: Servicio de inteligencia

LO INTELIGENTE VERSUS LO GRANDIOSO. Perú hizo en San Juan un buen partido debut. Vamos: un partido inteligente, sobre todo. Es difícil creer que, más allá del resultado, el partido del lunes quede en el recuerdo de la afición blanquirroja con el correr de los años. Sí que, en cambio, puede ser el punto de partida para confirmar que los procesos ordenados rinden frutos.
LO ALTO DE LAS BAJAS. Y rinden frutos porque sin microciclos, sin base estructurada, sin trabajo diferenciado entre Aguirregaray y Bengoechea, Perú no habría podido soportar la hemorragia de lesiones que lo golpeó en las semanas previas, más con la tendencia al cacicazgo de nuestro fútbol -y nuestra sociedad-. Se palpó en Matute el martes anterior ante Senegal: tribunas ralas y poco ánimo derivado de las ausencias de Pizarro, Farfán y Vargas. Es inevitable: al hincha peruano promedio le encantan las estrellas antes que los equipos. Tener ídolos de los cuales poder colgar pósters y demás. Pero pensando racionalmente, que se le haya empatado a Uruguay con el vacío que hay de mediocampo hacia delante confirma dos cosas: primero, que defendemos bien, y segundo, que el equipo, este equipo que es el que acompañó todo el proceso, entiende lo que quiere su técnico.
LOS MINUTOS QUE NO SON CASUALIDAD. A Perú le metieron una vez más un gol en minutos finales, pero del primer tiempo. En la Copa Kirín, fue notoria la preocupación de Markarián por trabajar ese fatídico trauma del fútbol peruano, que en Copa Libertadores nos ha costado casi una veintena de resultados aparentemente cerrados. Por eso Perú arreció en los 10' finales de los partidos ante República Checa y Japón; por eso, quizá, el cabezazo de Guerrero se fue tan cerquita del arco de Muslera en el final casi del partido de San Juan. ¿Pero y qué de los momentos finales del primer tiempo, como cuando el gol de Suárez? Parece que tendrá que trabajarse también sobre la concentración en ese lapso.
LOS 511 MINUTOS TIENEN UNA CAUSALIDAD. Ese es el nuevo récord de imbatibilidad del arco de la selección peruana desde que su historia comenzó en 1927. Se extendió por más de cinco partidos: desde el gol del colombiano Luis Núñez a los 74' del amistoso en Bogotá del 17 de noviembre del año pasado hasta el citado tanto de Luis Suárez a los 46'+ en el partido ante Uruguay en San Juan. No es, pues, una casualidad: tiene que ver con el sólido trabajo defensivo de Markarián y, sobre todo, de Aguirregaray, encargado de esa zona del campo. Y tiene que ver también con que las bajas, salvo Zambrano (que apenas jugó 3 partidos), no son en defensa. El hecho, como fuere, es que este Perú defiende bien, como no lo hacía hace mucho...
...PERO HAY UNA GRAN PREGUNTA. Y es qué variante ofensiva va a sacar de bajo la manga Markarián. Por ahora todo parece centrado a Guerrero y su buena voluntad para entregarse. Está Carrillo, está Ruidíaz y está la inexperiencia de ambos. Está Chiroque, volante para todos, inscrito como delantero. Ese es el reflejo de la precariedad de Perú de cara al arco rival, y no es culpa de usted, nuestra ni menos de Markarián, sino de la maldita racha de lesiones. Es lo que tenemos, y entonces el reto es ir más allá de los nombres: saber cómo vamos a atacar más allá de tirarle pelotazos a Paolo. ¿Alguna sugerencia?
OJO QUE NO SE TRATA DE ACUMULAR. Lo anterior permite reflexionar, a propósito, que no se trata de tener abundancia de nombres en ofensiva. Los tres equipos teóricamente más grandes de este torneo, Argentina, Brasil y Uruguay, jugaron todos con tres delanteros. Y lo cierto es que, salvo los charrúas estrellándose constantemente contra el muro peruano, las propuestas dejaron que desear. En la albiceleste, Lavezzi corrió sin precisión, Messi se refundió de '9' retornando a su campo y Tévez las intentó todas solo; en la 'Canarinha', Robinho, Pato y sobre todo Neymar fueron más y más individualismo. Está claro por si alguien tenía dudas: no por tirar muchos delanteros se anotan más goles.
SE TRATA, PUES, DE INTELIGENCIA. Como la de 'Bolillo' Gómez en Colombia, que emplea a dos delanteros como volantes por los lados en un 4-1-4-1 que termina siendo más efectivo en arrollar rivales desde el mediocampo. O la de Chile, que en el segundo tiempo reaccionó con Sánchez moviéndose de ubicación para que Paredes participara como centrodelantero neto junto a Suazo, ya que era en el área misma donde había que ganarle el partido a México. Son los equipos "medianos" de la región los que han dado, más que la hora, ciertas luces de que pueden hacerla en esta Copa: falta ver ante retos mayores a Paraguay -el sábado ante Brasil-, Ecuador, el propio Perú.
DE LA SORPRESA A LA CONTINUIDAD. Es el reto de Venezuela y de Bolivia de cara a la segunda jornada. Ambos, teóricamente, afrontarán en ella sus partidos más "cómodos"; la 'Vinotinto' frente a Ecuador, los altiplánicos ante Costa Rica. Se dijo antes que los procesos pagan y en los dos casos ello se demuestra: Venezuela tiene más kilometraje rodado con Farías, Bolivia lo está comenzando a andar de la mano de un tipo serio como Quinteros. A ver cómo conviven con un papel distinto del de equipos sorpresita.
ALGO MÁS QUE NO ES CASUALIDAD. Que los dos derrotados de la jornada inicial hayan sido los que juegan esta Copa América con planteles mayoritariamente juveniles. México solo tiene cinco jugadores nacidos antes de 1989 en lista; Costa Rica, seis. No son equipos débiles, pero sí equipos con menos rodaje. Y eso, más que el mismo hecho de la edad -Giovanni dos Santos es el mejor jugador mexicano y es nacido en 1989-, es lo que más pesa en esta Copa.
Foto: Reuters

Respecto a la racha de invencibilidad en la defensa, tengo serias dudas en considerar el partido ante Senegal como internacional A. Y en consecuencia esos 90 minutos no se contabilizarian para la "racha".
Habiendo revisado la alineacion de los africanos, puede que se haya tratado de la seleccion olimpica. En todo caso el partido ante Peru, ni el que jugaron en Colombia, figuran en la lista de partidos A de Senegal de la pagina de FIFA.