After Party: Señales preventivas

LA SEÑAL QUE SE ESPERÓ. La actitud del equipo. Si bien lo hecho por Perú fue opaco y poco agradable para el espectáculo, fue recíproco. Es obvio que no tuvo en los cálculos un gol visitante tan tempranero, pero ello sirvió para despertar de un letargo poco acostumbrado en la era Markarián. Así, de a pocos, las líneas se fueron reestructurando y a punta de empuje se consiguió subsanar un marcador adverso (figura que se replicó tras el segundo gol boliviano). En ese sentido, habría que destacar el apoyo mutuo que se avizoró en la zona medular, con Lobatón, Balbín y Cruzado tirando para un mismo lado (en el primer tiempo) y el discutible empuje de Claudio Pizarro en los momentos en que no tuvo el esférico. Como ya se ha repetido hasta el hartazgo durante la Copa América, si esa es la tendencia principal que exhibirá Perú durante las Eliminatorias, se podrá dar pelea en los próximos dos años.
LA SEÑAL QUE NO SE ESPERÓ. Y no nos referimos a la pésima señal del remozado estadio Nacional, que bloqueó las conexiones desde el sector de Occidente e impidió la labor de quien escribe para la transmisión en vivo de la página web; la descripción se ajusta a las terribles desatenciones que emularon a anteriores procesos (nada agradables, por cierto), detalle que quedó en evidencia sobre todo luego del segundo tanto de la selección altiplánica. Se pudo presenciar, pues, a una selección peruana mal parada y que en una simple contra le convirtieron sin resistencia alguna. Y poco tiene que ver el hecho de que no estuvieran presentes los centrales estelares (entiéndase Alberto Rodríguez y Santiago Acasiete), ya que Revoredo y Vílchez -asociados con los laterales-, habituales jugadores polifuncionales, no tendrían por qué desvirtuar a la primera línea. Acá, la labor de Óscar Aguirregaray (asistente que trabaja específicamente en las tareas defensivas) también será clave para que estas somnolencias no se repitan en la competencia oficial. Ahí sí resultará doloroso que vulneren la resistencia nacional de esa manera.
LA SEÑAL QUE SE CONFIRMA. Ya lo mencionó El Pelotero en la crónica del partido, pero habría que darle énfasis especial a lo que se observó in situ. Sí, lo de Rinaldo Cruzado fue nítido y plausible en en el mediocampo nacional. Su rendimiento (fuera de cálculos) ya estaba en alza durante Copa América, y hoy se espera que en el Chievo Verona italiano goce de continuidad, amén a lo que expone cuando se enfunda la blanquirroja. Ante Bolivia fue el bastión insospechado del terreno de juego: corrió, recuperó, ordenó y, cuál capitán, hasta asumió el liderazgo del equipo (en más de una ocasión corrigió y sacó a relucir su personalidad en las infracciones que el árbitro del partido no quiso ver). Hoy, el ex Juan Aurich es una pieza clave en la oncena de Markarián. Un indiscutido por donde se lo mire.
LA SEÑAL DEL DILEMA. Tiene nombre y apellido: Claudio Pizarro. Ayer reapareció en suelo patrio desde aquel partido eliminatorio ante Brasil, en 2007, y su función sigue generando una serie de contradicciones. Que batalló e hizo el gol del empate (un penal que él solo se inventó), correcto; pero ya es hora que el DT de turno -Sergio Markarián- lo ponga al orden y no permita que le rompa el sistema, como ocurrió en años anteriores. Particularmente, el ‘Bombardero’ parece malinterpretar su rol de capitán en la selección y se somete a ciertos ímpetus que le hacen retroceder para recuperar el balón, construir y servir al mejor perfilado, como ocurrió en una acción en el segundo tiempo -una elaboración con Rinaldo Cruzado-, cuando la situación debió ser inversa. Pizarro, más aun con el sistema que mejores dividendos le trae a Perú (el 4-3-2-1), tiene que ser ubicado en el área (solo allí) si es que alinea desde el arranque. La lectura del partido con Bolivia, como base para las Eliminatorias, es clara. El ‘9’ de la selección en este momento es Paolo Guerrero.
LA (BUENA) SEÑAL DEL ESPECTADOR. Parece ser, por fin, que el público que asiste al estadio empieza a ser tolerante con la selección, pese al contexto mediático en el que se encuentra envuelto post Copa América. Esta vez Perú remontó el marcador en dos ocasiones, y el aficionado jamás se impacientó; por el contrario, empujó el carro para revertir la historia. No se ganó y los ánimos fueron los mismos: la sensación de calma se mantuvo presente en las afueras del estadio. Esto, en parte, también obedece a los continuos mensajes que, por ejemplo, imprimió Sergio Markarián, relacionados al hecho de que Perú aún permanece en el sótano del continente. Se empieza a evidenciar, pues, que la señal del hincha es óptima antes de la competencia oficial. Y allí se espera que la tendencia sea la misma. En el estadio Nacional, al menos, quedó la impresión de que así será.
Foto: Reuters

R.fernandez
el santi
revoredo vilchez
balbin cruzado
lobaton
farfan vargas
guerrero
pizarro
ese debe ser el equipo rumbo a brasil 2014
ese angel debe ser algo de pizarro para que diga semejante pachotada.. o sea que el salvador del equipo es Pizarro... jaja, que buena...
El equipo el dia 7 de octubre contra Paraguay, debe ser el sgte:
1. R. Fernandez
3. S. Acasiete
2. A. Rodriguez
4. W. Vilchez
23. R. Guizasola
5. A. Balbin
8. R. Cruzado
6. J. Vargas
10. J. Farfan
16. L. Advincula
9. P. Guerrero
En la banca deben estar:
12. S. Libman
13. R. Revoredo
19. J. Rabanal
15. A. Gonzales
18. A. Polo
22. W. Chiroque
14. C. Pizarro