After Party: Hasta las manos

METER LA MANO. La comidilla del último fin de semana vino dada por la gracia del 'Checho' Ibarra al bromear con Pedro García, de CMD, acerca de su participación en el decisivo gol de empate de Cienciano ante Universitario -cometido, para colmo, en clara posición adelantada, excepto para el árbitro asistente Vladimir Pinedo-. Lo divertido del asunto es que el goleador insiste en haber tocado la pelota con la mano, en clara comisión de falta, pese a que el video demuestra, aparentemente, lo contario. Pero fuera de que todo lo que haga y diga Ibarra, por su peculiar carisma y el cariño que casi todos le tenemos en el fútbol peruano, suela caer simpático, no puede taparse el sol con un dedo y omitir que lo del 'Checho' el domingo fue antifútbol puro.
ES IGUAL. Se ha comparado la acción de Ibarra con la de Luis Suárez en el Uruguay - Ghana de cuartos de final del Mundial. Al delantero uruguayo se lo ha elevado a categoría de héroe nacional y hasta sudamericano por defender la clasificación de su equipo, propósito que logró, más allá de que lo haya hecho mediante una jugada claramente vedada. ¿Cómo se sentiría usted, lector, si le sacaran un triunfo sobre la hora con la mano? ¿Qué tipo de sanción pediría para el infractor, tratándose de un partido de nivel de Mundial? ¿Bastaría con una roja y la suspensión de un partido para quien se roba con una falta al reglamento toda la ilusión de un país?
QUIZÁ NO ES LO MISMO. Sin embargo, quien ha pisado una cancha puede establecer algún tipo de diferencia entre la jugada de Suárez y la de Ibarra, y que tiene que ver con el grado de premeditación. No es igual una reacción bruta, cuasi instintiva, como la que puede argüirse en el caso de Suárez, que casi no se piensa, con una intención mucho más alevosa de sorprender al árbitro y al rival como la del 'Checho'. Dicho de otro modo: Suárez simplemente hizo lo que hizo a costa de que todo el mundo se diera cuenta de su falta. Ibarra, en cambio, lo pensó más y, maradonianamente, le quiso sacar la vuelta al reglamento.
¿A USTED LE GUSTA? Claro, van a abundar los que digan que este es un análisis moralista y lleno de idealismo. O los que, como mi gran amigo El Pelotero, de quien saludable y abiertamente discrepo en aras del espíritu plural de DeChalaca.com, digan que el fútbol es para los vivos. Yo les respondo que más bien, creo, se trata de formas de entender y sentir el fútbol: jugadas como esas son aplaudibles para quienes creen que las normas pueden pasarse por encima, pero inaceptables para quienes preferimos circunscribirnos a las normas. Y para dejarme entender bien, comparto con ustedes un caso práctico que a mí me enseñó mucho.
Mirando el Mundial de Alemania 2006 en Univisión, hace cuatro años, comentaban el partido Suiza - Corea del Sur la dupla formada por el argentino Bruno Vain y el mexicano Enrique Borja -sí, el mismo goleador favorito del Chavo del Ocho-. En el minuto 90, los suizos triunfaban 2-0 y, dado el resultado paralelo en el Francia - Togo, los asiáticos se quedaban fuera del Mundial. En eso, un suizo cae al suelo producto de una fricción y uno de sus compañeros echa el balón fuera del campo para que lo atiendan. Al reanudarse el juego, el surcoreano que ejecuta el lateral devuelve el balón a los suizos en cumplimiento de los cánones del fair play. Vain, de inmediato, dijo: "Papá, ¿pero qué hacés, papá? ¡Te estás quedando fuera del Mundial y tirás el fair play en el último minuto, no se puede creer!". Al instante, Borja retrucó: "Pos no Bruno, eso es el fair play, y el futbol [acento en "bol", a lo Gilberto Hidalgo] es un deporte de caballeros".
Ese día entendí que en el Perú, jugadas como la de Suárez o la de Ibarra causan polémica porque estamos al medio entre México y Argentina, y estamos influidos por sus respectivas formas de vivir el fútbol. En esos dos países, en cambio, la tienen clara.
Foto: Diario del Cusco

si, efectivamente, muy moralista, te caeria ,muy bien analizar la liga de futbol pero del VATICANO....
Por eso no salimos del sub-desarrollo.
1) En efecto, es una reacción instintiva, casi un espasmo, considerando además el estado en el que se encontraba el partido, algo que inclusive irÃa más allá de lo procesado mentalmente. El ilÃcito existe, sÃ, pero la atenuación de la sanción personal también puede aplicarse.
2) Bueno, digamos que tuvo esa intención, pero por eso se llama LEY DEL ÚLTIMO RECURSO. El delantero optó por ello, tomó ese recurso en favor de su equipo y, como bien dicen, asumió las consecuencias de ello, fue expulsado, perdió la posibilidad de ser goleador y/o mejor jugador del mundial (considerando lo que ello significa). Ahora, ¿"ganó" el equipo gracias a ello? No, porque no se zafaron del reglamento, les cobraron el penal y expulsaron al jugador (las sanciones correspondientes), y ya lo que sucedió en lo posterior no es culpa del uruguayo ni puede ser atribuible a la mano.
En todo caso, ¿por qué mejor no hablar del gol de Brasil ante Costa de Marfil, ese en el que el brasileño prácticamente hizo voley-playa antes de anotar? Por favor, similar a lo de Henry. Y eso no es culpa únicamente del delantero, sino del papanatas del árbitro que luego, según se ve, toma a la ligera la jugada; eso sà fue antifútbol.
Para mÃ, el fútbol es lo más importante del mundo y de hecho puedo afirmar que vivo, principalmente, para ver Mundiales de fútbol. Sin embargo, tengo claro y nunca olvido que se trata de un juego. Y los juegos se juegan para ganar. Bonito, feo, legal o tramposamente, no importa. Hay que ganar. Las crÃticas duran dos o tres semanas, el triunfo es para siempre y la alegrÃa de los tuyos también.
¿A quién prefiero paracerme más? ¿A Argentina o a México? Yo no soy franelero de los gauchos pero unos han ganado más cosas en el fútbol que otros. La respuesta cae sola.
Por último quiero decir que estoy realmente contento con esta controversia. Es de lo más enriquecedor poder tener este intercambio de ideas.
Un abrazo a todos.