¡A volar, Juve!

El gobierno estaría cerca de cometer una patinada peor que las del presidente del Congreso, Freddy Otárola, en el homenaje a las ‘matadorcitas’: Juvenal Silva está voceado para asumir la jefatura del IPD, el cargo más importante del deporte peruano.
Su designación constituiría uno de los peores retrocesos que puede experimentar el deporte: un retroceso de mentalidad. Juvenal encarna el modelo más primitivo de gestión: el del señor feudal que todo lo maneja con el dinero y busca satisfacer a la voz popular (basta recordar que, en 2005, echó al entrenador ecuatoriano Carlos Sevilla luego de promover una ‘encuesta’ entre la afición cusqueña); encarna una mentalidad que el fútbol está desterrando, pero que el deporte está a punto de resucitar ante la indolencia del gobierno.
A Juvenal lo legitimaron los dos únicos títulos internacionales que ha conseguido un club peruano; estos, sin embargo, obedecieron a la convicción de un plantel, al manejo de recursos (y la paciencia) de Freddy Ternero y a que Dios es grande. Porque detrás de estas voluntades, a nivel institucional, Cienciano no tenía nada.
Muchos acusan a Silva de corrupto. No nos consta; es más, intuimos que él perdió muchísimo dinero en su club. El problema no es que Juvenal, al irse, haya saqueado a Cienciano: el problema es que Cienciano nunca tuvo nada. Silva fue incapaz de crear riqueza con el éxito alcanzado; el patrimonio del club jamás existió.
Aún si fuera cierta la leyenda de que usurpó los trofeos, esto, probablemente, no habría obedecido a que Juvenal fuera un ladronzuelo. Habría obedecido a su mentalidad: al haber invertido su dinero, pudo haberse creído con el derecho de quedarse con dichas copas.
Esta mentalidad arcaica, en la que “el club soy yo”, no ha desaparecido en el fútbol peruano, pero se ha renovado con esquemas más beneficiosos: son modelos que, siendo aún personalistas (la Vallejo de Acuña, el Aurich de Oviedo), acogen una mixtura empresarial, en la que los clubes son ejes estratégicos de la organización.
Ante micrófonos, Juvenal anunció que, de ser elegido, entre sus primeras medidas estaría que más provincianos sean convocados a las selecciones de fútbol. Es decir, un arranque de pura demagogia y con un discurso que busca ganar aplausos a costa de ensalzar resentimientos. Un arranque que habla de medidas (¿cuotas, decretos?) y que prescinde de proyectos.
No existen indicios que puedan tachar a Juvenal de corrupto; pero sobran los ejemplos de su manejo gamonal y primitivo. Si el gobierno elige pisar carbón, nuestro deporte terminará quemado.
Composición fotográfica: Roberto Gando / DeChalaca.com
Fotos: Facebook, diario La Industria de Trujillo

Silva fue alguna vez, para citar solo un ejemplo, gerente de sedaqosqo, empresa de administración del servicio de agua a Cusco, donde hizo despilfarro y manejos nada eticos del ente municipal que esa vez jefaturaba el difunto daniel estrada perez, que cometio el error de darle semejante responsabilidad a silva, al punto que se fue entre gallos y medioanoche, datos mas detallados facil de encontrar en la hemeroteca de la bilbioteca municipal de esos años (80´). Luego, tampoco se olvide que este señor logró ser presidente del club en una elección donde se puso a regalar dinero a cuanto votante improvisado se apareciera, incluso yo vote, que no soy cienciano ni nada, pero obviamente no por este señor, pero igual salió elegido.
Con esto queda demostrado que el actual no tiene cuadros en las diferentes areas donde debe gobernar, sino todo es improvisar, por eso como estamos