A no reservarse nada

Con el encuentro que sostuvieron San Martín y Alianza Lima por la definición del segundo lugar -y que otorgó un punto de bonificación al primer equipo santo, además de los dos que ha obtenido César Vallejo como campeón- se bajó el telón del Torneo de Promoción y Reservas. Sin dudas, tras jugarse las 30 fechas, el certamen dejó un balance más que positivo. Nuevamente gracias a la inversión de la empresa privada se pudo llevar con éxito este torneo, que ayudará mucho al progreso de nuestro alicaído balompié. He aquí, a modo de afirmaciones, una visión de esta primera edición y las expectativas a largo plazo.
1. El universo de jugadores ha crecido y existen más opciones para la selección Sub-20
¿A alguien le quedan dudas? A diferencia de otras etapas, Gustavo Ferrín se ha encontrado con una variedad de jugadores que ya otro técnico habría querido tener. A menos de cinco meses para afrontar el Sudamericano Sub-20, el estratega uruguayo podrá conformar tranquilamente la plantilla que tratará de obtener su pase al Mundial que organizará Colombia, y no se juntará 15 días antes para hacer una "mini-pretemporada" (¡vaya definición!). Solo queda depositar la esperanza en el charrúa y en el equipo que nos represente, que tendrá el reto de sumar puntos tras diez años en esta competición. Por otro lado, varios clubes han encontrado variantes en su equipo de reserva y, de algún modo, se toparon con una moneda que les puede ser útil. Sería interesante revisar a fin de año la relación de jugadores que, tras jugar en el Torneo de Promoción y Reservas, disputaron la etapa de series.
2. Si bien los límites en la nómina se pueden mejorar, la idea básica es bastante importante
Ante todo, ¿cuál fue la idea básica? Concluido el torneo, quedó claro que un equipo reservista debe ser una vitrina de jugadores y, a su vez, una alternativa que ayude a los integrantes del primer equipo. La mezcla de ambos, sin duda, ayuda al club mismo: los juveniles ganan muchísima experiencia al lado de jugadores de mayor trayectoria, mientras que los hombres del elenco principal tienen a la reserva como una opción para tener ritmo futbolístico. Posiblemente, los límites que se demarcaron se pueden revisar para el próximo año, sin descuidar lo mencionado anteriormente. ¿Acaso variaría en algo suprimir la cantidad de jugadores Sub-23? Si esto último se puso con el objetivo de no perder la esencia de que los conjuntos muestren jugadores jóvenes, ¿por qué no aumentar el mínimo de jugadores Sub-20 y eliminar el límite máximo de jugadores que superan los 23 años? Así, habría equilibrio a la hora de deslindar los detalles de la conformación de una nómina. Aquel límite mínimo de tres jugadores Sub-20, a juicio de quien escribe, es escaso; sí, en cambio, sería un margen adecuado para jugadores Sub-17, categoría que se tendría que incluir para seguir con el apoyo a las divisiones menores, además teniendo en cuenta que existe una selección de la categoría que compite en campeonatos sudamericanos.
3. Es vital, para el próximo año, que todos los clubes entiendan la importancia del certamen
Teniendo como premisa este primer torneo, los clubes tendrían que empezar a planificar la campaña del próximo año. Es primordial que las entidades que conforman la Primera División tengan el mismo concepto y, a partir de ahí, el certamen siga creciendo y gane profesionalismo. No es permisible, pues, que algunos equipos disputen el torneo "por obligación" por los motivos explicados en líneas anteriores. Quién sabe si al final, mediante esta competición, surjan valores que den que hablar o -por qué no- signifiquen un ingreso para una institución por concepto de venta. Es muy importante este torneo; sino mírese -por ejemplo- a CNI, que actualmente juega con la defensa con la que empezó en el torneo; o a Sport Boys que mostró, entre otros, a Alexander Callens y Werner Schuler, este último recientemente transferido Universitario. Quizá el último tramo perdió emoción debido a que el protagonismo rodeó únicamente a César Vallejo, San Martín y Alianza Lima; sin embargo, los dirigentes deben tener un horizonte no solo de resultados deportivos, sino también de inversión.
4. Sería importante garantizar la presencia del torneo por varios años más, pero sin bonificación alguna
Cuando un producto es bueno, hay que seguir consumiéndolo. Pese a ser su primera edición, el Torneo de Promoción y Reservas ha dejado un saldo sumamente positivo en diversos aspectos, por lo que sería sustancial que se confirme la continuidad del certamen por varias temporadas. A ello, habría que suprimir los puntos de bonificación, puesto que no podemos acostumbrarnos a darle interés a algo únicamente por conveniencia, sino competir -y entender- el real motivo de su creación. El torneo, por sí solo, debe ganar adeptos por su calidad. Esto último se dará gracias a la seriedad que le den los propios clubes. Finalmente, a largo plazo sería fundamental que la competición tenga una cobertura que confirme su crecimiento y que esta magnífica iniciativa no sea flor de un día. Por cierto, si con esto se cree que no habrá emoción hasta el final y, sobre todo, un partido definitorio que concite al público y a la atención de la prensa, se puede pensar en realizar pequeñas modificaciones que garanticen una final. A modo de sugerencia, se podría tomar como referencia el sistema del Descentralizado de modo inverso. ¿Cómo así? dividir a los equipos en dos series de ocho equipos cada uno a inicio de año, pero mantener el fixture de 30 fechas, con lo que jugarían todos contra todos como ha sido este año; no obstante, los primeros de cada serie jugarían una final y, de algún modo, ello podría mantener la expectativa hasta la finalización del certamen. Como para analizarlo.
Foto: retrofutbolas.com
