Composición fotográfica: Roberto Gando / DeChalaca.comLa realidad de Sport Boys es tan crítica que, para muchos, ya no tiene salvación. DeChalaca.com, sin embargo, se anima a soltar algunas propuestas que podrían permitir que la nave se mantenga al flote, al menos, por un tiempo más.

 

El drama institucional y económico de Sport Boys hace pensar que pelear la baja no es el peor de los destinos que podría afrontar el club chalaco: desde la pérdida de categoría por deudas, hasta la desaparición y refundación, ya empiezan a barajarse entre los más incrédulos. Su administración temporal es la más silenciosa entre las designadas, su plantel grita fuerte las miserias cotidianas que debe atravesar y, para colmo, ahora tiene que conseguir entrenador, tras la salida de Claudio Techera. Así como en la actual camiseta de Boys (modelo made in Turín), los tonos negros invaden el color rosado, así de oscuro se presenta el panorama porteño. ¿Existen soluciones? En DeChalaca.com nos animamos a pensar en algunas alternativas que podría adoptar la administración temporal o quienes no deseen que este club se muera.

REACTIVAR LA FUNCIÓN SOCIAL DEL CLUB. Un problema sustancial de Boys se refleja cuando uno llega al Miguel Grau y observa a la gente en las tribunas: el promedio de edad de los hinchas es de cuarenta años o más. Son cada vez menos los aficionados jóvenes que tiene el cuadro rosado; un club que no tiene seguidores jóvenes revela una tradición quebrada y está condenado, por estricta ley cronológica, a desaparecer. Es indispensable que Boys vuelva a generar identidad en el Callao, sobre todo en este segmento de la población. ¿Cómo puede hacerlo sin gastar un centavo? Trabajando con municipios y ONG que, por ejemplo, se dediquen a combatir el pandillaje y la delincuencia juvenil en el Callao; no dudamos que recibirían con los brazos abiertos al club rosado, sin exigir dinero a cambio, pues el fútbol cuenta siempre con un lugar de privilegio entre los procesos de readaptación. Esta es una entre muchas funciones sociales que un club de fútbol puede cumplir; a su favor tiene, además, el contar con un local social que, aunque modesto, es bastante mejor que el que ostentan otros equipos en el Perú. Boys tiene que trazarse una meta: que los muchachos chalacos que arman una pichanga, ya sea en una losa o en la calle, estén vestidos con la camiseta rosada. Involucrarse con la realidad del Callao le permitirá reconectarse con la identidad de la provincia y renovar su target de aficionados.

APROVECHAR EL ANIVERSARIO. La anterior, desde luego, es una medida de mediano/largo aliento. Acá va una a corto plazo: a fines de este mes, Sport Boys cumplirá un aniversario importante: 85 años de fundación. Sería muy obtuso desaprovechar la efeméride, sobre todo cuando a un club lo rodea tanta mística (Olímpicos del ’36, primer campeón profesional, etc.): desarrollar actividades en la provincia, en torno al cumpleaños de Boys (con publicidad y mucha iconografía), puede ayudar a armar caja rápida para aliviar en algo la crisis. Suenan rumores sobre un festival de salsa de tres días, pro-fondos de la institución; resulta vital que esfuerzos así comiencen a concretarse.

MEJORAR LAS PROGRAMACIONES. Esto es urgente: la dirigencia de Boys está programando sus partidos en horarios inadecuados, generalmente en simultáneo con los choques de Alianza y la ‘U’; en consecuencia, sus partidos no son televisados. En DeChalaca.com creemos que, en Perú, a diferencia de lo que se piensa, la transmisión televisiva no ahuyenta a los espectadores de la tribuna; por el contrario, promueve su presencia, ya sea por visibilidad o por promoción del producto. Basta apreciar cómo cayeron las asistencias a los estadios durante las semanas en las que el campeonato no fue transmitido, debido a la Copa Libertadores Sub-20. Para programar, Boys debe apoyarse en el criterio de la identidad. Así como Cristal ha retomado la tradición de programar sus choques en el Alberto Gallardo (ex San Martín) a las 11:30, Boys debe jugar en el Grau a un horario que sea no solo amigable para sus hinchas, sino que esté conectado a momentos gratos. Por lo menos, hagan la prueba: comiencen a programar sus choques los domingos a la una de la tarde, como en aquella campaña de 1998; si pueden convocar a una orquesta de salsa que busque promoción y quiera animar ad honorem, mejor.

BUSCAR UN DT DE LA CASA. Aunque las fichas parecen sugerir que Jorge Espejo será el nuevo entrenador, el mismo DT, en comunicación con DeChalaca.com, desmintió tal posibilidad, aduciendo de que ni la administración temporal ni alguna persona allegada al equipo se comunicó con él para ofrecerle la dirección técnica. Fuera de ese detalle, creemos que optar por una persona identificada con los colores rosados como Espejo sería una decisión acertada y que, de no concretarse, el perfil de dicho técnico debe ser similar: alguien vinculado al club, que sepa no será llamado para liderar un gran proyecto futbolístico, sino para salvar las urgencias que hoy tiene Boys. De paso, que quiera ganar experiencia, que tenga buena relación de camarín, que no cobre mucho, que maneje el estrés y que sepa bien dónde se mete antes de firmar el contrato, porque lo que se le viene a Boys va a ser muy duro.

ADIÓS A LOS MECENAS; HOY BOYS NECESITA HINCHAS. Beto Levy murió en 2000; si bien la gratitud que el hincha rosado le guarda es inmensa, Boys tiene que empezar a olvidarse de él. Borrar la esperanza del mecenas es indispensable para que crezca como institución. El salvador de Boys no va a caer del cielo; no lo serán tampoco los administradores temporales ni los finales. Incluso, la reconversión en sociedad anónima no garantiza nada si antes los hinchas no desempolvan su camiseta rosada y se la comienzan a jugar por su equipo. Los muchos que no están yendo al estadio, tienen que ir; los pocos que ya están yendo, tienen que dejar de hostigar a sus jugadores; su equipo tiene problemas más urgentes que resolver que la simpatía/antipatía hacia un técnico o un futbolista. Le guste o no, el hincha de Boys, si quiere rescatarlo del infierno, tiene que sacar la mano del corazón y meterla al bolsillo. Mañana, 4 de julio, tiene una prueba de fuego: el partido contra Cobresol será tan o más importante que el de 2009.

Composición fotográfica: Roberto Gando / DeChalaca.com

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