¿Cómo que no hay quien patee?
A Alianza le pitaron dos penales a favor en el Cusco y en ambos casos todos se miraron las caras buscando una que refleje la intención de patear. No había quien ejecute en el primer caso y se designó a Rabanal quien con su yerro se cargó encima las críticas sazonadas de la hinchada blanquiazul. Más adelante, cuando el partido estaba empatado a dos, se cobró el segundo penal y fue Jayo a patearlo, pero de puro viejo (experimentado) porque no es que sea mucho más especialista que el ‘Charra’ Rabanal. El final de la historia se conoce: le anularon la conversión por invasión y Cisneros, que se adelantó un par de brazos, le detuvo el segundo disparo. Así se repitió la historia del 2001, cuando Waldir Sáenz y Rafael Gallardo fallaron sus respectivas penas máximas ante el mimso rival en el mismo campo en un mismo partido.
Esto abrió una discusión absurda para quien escribe: Alianza no tiene pateadores de penales. ¡No ajochen pues! En la cancha había once futbolistas profesionales con camiseta blanquiazul, decir que ninguno estaba o está en capacidad de patear un penal con eficiencia, es una falta de respeto. Que el equipo estaba lleno de chicos y por eso no se encontraba quien patee, mentira, porque fuera de Rabanal y Jayo, estaban Libman e Ibáñez quienes no son ningunos mocosos. Si para patear un penal en un partido más del campeonato (más allá de la calentura que se produjo en el mismo por sus propias señas) se requiere de años de experiencia, esos dos bien cumplen con la exigencia. Otros que estaban sobrados de experiencia eran Ovelar y Quinteros la temporada pasada y los dos fallaron contra Boys, en el 3-0 poco antes de la final. Los años en el fútbol no son garantía de penal bien pateado.
El tema es que los que estaban en la cancha es lo que hay y así como tienen que asumir la responsabilidad de entrar a la cancha, esto incluye la obligación de cumplir ante una circunstancia como lo es un penal. No me digan que Vidales, Ascues o Cánova nunca tuvieron que ejecutar en las categorías menores. ¿Qué dicen de Albarracín? Contra Cienciano volvió a demostrar que puede mandar verdaderos misiles teledirigidos a las redes para convertir goles, ¿no podía él ser quien dispare? Una discusión sin sentido; pateaba cualquiera, lo convertía, lo hacía de vuelta en el siguiente partido que se presente la oportunidad y ya tenían “especialista” nuevo. A Pepe Soto le exijo una explicación.
Foto: Diario del Cusco

Hugo Noriega: Alianza es la mejor cantera del fútbol peruano de los últimos años. PodrÃa ser el caso que esté pendiente desarrollar el aspecto sicológico de sus divisiones menores.
Un abrazo a todos.