Composición fotográfica: Roberto Gando / DeChalaca.comSe cumplen 20 años de un partido inolvidable: aquel que definió el subtítulo de 1995 y que graduó a Roberto Martínez en su mayor especialidad. La de amargarle la vida a Alianza Lima y definir clásicos a favor de Universitario.

 

La noche del miércoles 27 de diciembre de 1995 es inolvidable no solo para una generación sino para la historia de los clásicos del fútbol peruano. Estadísticamente, una definición por el subcampeonato puede sonar, para los libros y la mirada fría de años después, una de menor cuantía al lado de las circunstancias que deberían convocar a dos clubes invitados, por abolengo, a ganarlo todo y siempre. Pero desde las entrañas de una rivalidad añeja y tradicional, las circunstancias de ese partido que Universitario le ganó a Alianza con gol de Roberto Martínez a 7 minutos del final es muy explicativa y de significado profundo, sobre todo veinte años luego.

Sucede que aquel clásico combinó demasiados elementos que lo volvieron único e irrepetible. La de 1995 había sido la primera temporada en la que formalmente cada club del medio se enfrentó a otro en cuatro oportunidades. Eso hizo que, a diferencia de lo que se acostumbrara, hubiera cuatro clásicos en el año, así como cuatro partidos entre Universitario y Cristal y otros cuatro entre Alianza y Cristal.

Así, aun cuando aquella era la época de incuestionable primacía cervecera como mejor equipo del medio, en esos duelos se produjo algo insólito. De los cuatro clásicos, Alianza ganó tres y el otro quedó empatado; de los cuatro 'U' - Cristal, los cremas ganaron tres y el otro quedó empatado; y de los cuatro Cristal - Alianza, los celestes ganaron dos y los otros dos se empataron, sumado a esto último que en Copa Libertadores, los celestes habían ganado un partido y empatado otro ante los íntimos.

 

 

Por eso, con Cristal consagrado campeón, la definición por el subtítulo destilaba cierto favoritismo para los íntimos, dirigidos por Julio César Uribe. No obstante, ciertas ausencias por lesiones y amarillas menguaban el habitual potencial blanquiazul: Marcelo Sozzani y Frank Ruiz no podían ser de la partida en la zaga, y Waldir Sáenz no estaba hábil en el ataque. Por eso, el 'Diamante' optó por algo que no había ensayado en la temporada: empleó defensa de tres jugadores, con Mario 'Kanko' Rodríguez metido de líbero y el paraguayo Miguel Ángel Acosta como stopper junto Marcial Salazar, reubicado en esa función pues dejó el carril izquierdo al brasileño Denys Lutcke.

En Universitario, Sergio Markarián tenía menos bajas pero sí una muy importante: José Carranza no podía jugar el partido por suspensión. La opción natural de reemplazo del 'Puma' era jugar con Germán Muñoz y Jean Ferrari solos en la contención y darle la titularidad a algún creativo como acompañante de Roberto Martínez, pero el 'Mago' se la jugó por dar el golpe emocional. Lanzó al campo a Fernando del Solar, quien con 18 años de edad apenas había jugado dos partidos en Primera División. La inclusión del hermano de 'Chemo', por entonces ídolo absoluto de la hinchada crema, fue una inequívoca señal de confianza: Markarián quería dejar claro que ese partido sí o sí lo tenía que ganar la 'U'.

Las postales

(Recorte: diario El Bocón)

Darío Muchotrigo escapa por derecha y define muy cerca del poste de Héctor Martín Yupanqui. Ausente Sáenz, la delantera íntima estuvo formada por 'Arañita' Muchotrigo y Jorge Ramírez. Si bien 'Loverita' venía en racha y había tenido un segundo semestre fulgurante en el ataque blanquiazul, aquella noche la ausencia del luego goleador histórico íntimo fue sensible y notoria: el engranaje no operaba igual sin su presencia. Así, si bien fue un partido intenso, dinámico y atractivo, no hubo demasiadas ocasiones de gol claras ni perdidas.

(Recorte: diario El Bocón)

Roberto Martínez empalma en el área chica tras un tercer rebote y, entre Acosta y 'Kanko' Rodríguez, le cuela el balón raso y potente a Francisco Pizarro. Corrían 83 minutos y medio estadio Nacional se vino abajo. El centro desde la izquierda de Maldonado, quien había ingresado en el segundo tiempo, generó un rebote que Álex Rossi quiso tomar a medias. La pelota quedó picando y entró por allí, como otras tantas veces contra Alianza, alguien que estaba tocado para los clásicos, en los que llegó a anotar 6 veces. Y que había tenido un 1995 especialísimo: ese año Roberto Martínez no solo había contraído nupcias con la popular animadora Gisela Valcárcel, sino que había perdido a su madre justamente en vísperas de un clásico en el que también había anotado. Ese desgaste emocional lo había llevado a insinuar que dejaría el fútbol luego de aquella definición por el subtítulo ante Alianza: su grito de gol incontenible, desaforado, no podía haber encontrado mejor marco.

(Captura: Youtube)

Roberto Martínez se sienta en la pelota y genera la exasperación aliancista. La captura de un momento memorable es contundente: Martínez le ganó a Alianza. En el campo futbolístico y en el moral. Los minutos que sucedieron a su gol no solamente fueron de desesperación blanquiazul por esa criollada del capitán crema, sino por otra acción emblemática: el árbitro Alberto Tejada Noriega expulsó a Luis Guadalupe por doble amonestación a los 86' y el 'Cuto', desde joven especialista en histrionismos y hacer tiempo, se desató en protestas y lágrimas de impotencia. Tal fue su descontrol que Álex Rossi, su compañero de ataque, acabó cargándolo (a pesar de ser menos alto) y sacándolo fuera del campo como si se tratara de un niño, ante las protestas de un Alianza angustiado por el reloj.

(Recorte: diario El Bocón)

Roberto Martínez festeja el subcampeonato con 'Chemo' del Solar y la tribuna Norte. Martínez fue el héroe de la jornada y su amigo y excompañero en San Agustín y Universitario estuvo allí para celebrar con él. El '8' lo había hecho otra vez: su carácter y juego habían sido cuestionados muchas veces por sus detractores, pero lo que nadie podía negarle era que a Alianza le anotaba los goles que tenía que anotarle. Siempre. Por eso, aun cuando meses luego se arrepintió de su decisión y volvió a jugar con Universitario, para luego cerrar su carrera en Boys y Municipal, aquella noche de diciembre de 1995 quedó como la gran postal que coronó la trayectoria de un símbolo de Odriozola: el mayor especialista en pintar de crema los clásicos.

Composición fotográfica: Roberto Gando / DeChalaca.com
Recortes: diario El Bocón; Captura: Youtube
Video: Youtube / usuario FreeSpace33


Comentarios ( 2)add
...
escrito por mladen , December 27, 2015
Está muy bueno el artículo, pero la foto de Roberto sentado en la pelota es provocadora y esta de más. Parece una foto que pondría un foro de universitario, y después nos quejamos de la violencia, cuando desde la misma prensa se fomenta este tipo de provocaciones.
...
escrito por DeChalaca.com , December 28, 2015
Mladen,

Respetamos tu opinión, pero no la compartimos en absoluto. En DeChalaca entendemos a esa acción como una jugada que es parte del fútbol y que, como está explicada en el artículo, tuvo una connotación emocional importante en el resultado del partido. Es similar a la que protagonizó Efraín Viáfara por Sport Áncash ante Universitario en 2007: acciones que están en el marco del reglamento y por tanto entendemos como válidas.
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