Definiciones consecutivas en la Copa América: Revancha americana

A la selección argentina se le presenta en Estados Unidos una oportunidad como pocas: apenas un año después de perder ante Chile, vuelve a enfrentar al mismo rival en una final con sabor a revancha para la albiceleste; pero además, los protagonistas en ambos equipos son -nombres más, nombres menos- los mismos que definieron la Copa América en Santiago.
Esta, sin embargo, no es la primera vez que el torneo ofrece la opción del rápido desquite. En total, hay cuatro antecedentes de partidos en los que se repitió la definición del torneo anterior, y en todos los casos el campeón refrendó su título.
1916-1917: Cubierta celeste
El primer torneo sudamericano de la historia culminó el 17 de julio en el estadio de Racing Club. Aquel día, Uruguay alcanzó un 0-0 que le bastó para sostener su ventaja de un punto en la tabla, dejando a Argentina en segundo lugar tras disputar el último encuentro del torneo. Como detalle de aquel choque se recuerda que en realidad comenzó el 16 en la cancha de Gimnasia y Esgrima, pero que se suspendió al exceder el aforo de las tribunas.
En la siguiente edición, ambas escuadras se enfrentaron otra vez en la fecha final, siendo decisivo el triunfo celeste por 1-0 con gol de Héctor Scarone el 14 de octubre. Ganar en Montevideo le permitió al conjunto oriental sumar seis puntos, dos más que los argentinos, logrando así su segundo título consecutivo.
1923-1924: Calco de reparto
En la siguiente década la rivalidad creció y Argentina tuvo una doble ocasión de cobrar su revancha, aunque fracasó en ambas. Primero, cuando el 2 de diciembre en el Parque Central necesitaba ganar para campeonar, pero acabó perdiendo 2-0 ante Uruguay, que fue quien se llevó el título en el último encuentro.
Ya en 1924 y en el mismo estadio, un empate sin goles el 2 de noviembre le sirvió al equipo charrúa para sumar cinco puntos en la jornada final, uno por encima de los argentinos, logrando así su quinto título sudamericano y el cuarto como local.
1957-1959: Clásico de colores
Lo que antes le tocó sufrir a Argentina, en la década de los años cincuenta le pasó a Brasil, que durante dos torneos se quedó corto de puntos. Siempre bajo el sistema de un solo grupo y con una sede fija, el que se desarrolló en Lima en 1957 se definió con el partido que sostuvieron ambas selecciones el 3 de abril. El resultado fue un 3-0 para la albiceleste que así aseguró el título, ello pese a que aún le quedaba jugar un encuentro -ante Perú-, pues sumó diez puntos, dos más que los brasileños.
Dos años después el campeonato se realizó en Buenos Aires y Argentina llegó a la última jornada con la ventaja de un punto sobre Brasil, rival al que debía enfrentar en el cierre del torneo. El 4 de abril, empatar 1-1 le alcanzó a la albiceleste para levantar un trofeo que no volvió a ver sino hasta la edición de 1991.
2004-2007: O mais grande
Bajo el formato actual, solo una vez se repitió la definición del título de manera consecutiva. Nuevamente en Lima, Brasil tuvo al fin su momento de revancha sobre Argentina, a la que venció 4-2 en tanda de penales el 25 de julio, una final recordada por el agónico tanto de Adriano que le permitió a la canarinha salvar el empate en el tiempo regular.
Pasaron tres años y Venezuela acogió el torneo. La final del 15 de julio tuvo esa vez un claro marcador para definir al campeón, pues Brasil goleó 3-0 a la selección que por entonces dirigía Alfio Basile y que contaba en su once titular con un joven Lionel Messi. Para el astro argentino, el cambio de década le permite tentar nuevamente su suerte de cara a un torneo que al fútbol de su país le es esquivo desde 1993, aunque para ganar, primero debe romper esta suerte de hegemonía repetida que parece ubicar a Chile como favorito.
Composición fotográfica: Roberto Gando / DeChalaca.com
Recortes: diario La Mañana, revista Estadio de Chile; Foto: AFP
