Composición fotográfica: Roberto Gando / DeChalaca.comHace 33 años, los futbolistas profesionales tuvieron que respaldar a tres colegas y, durante la sexta fecha del Descentralizado 1979, reclamaron de una manera muy curiosa. Conozca las razones y las bizarras consecuencias de aquella protesta.

 

En enero de 1979, la selección Sub-20 de Perú había disputado el Sudamericano de la categoría en Montevideo. Los resultados fueron los que se acostumbran: con dos goleadas en contra (4-0 contra Argentina, 3-0 contra Uruguay) y apenas un triunfo en la última jornada (2-0 contra Ecuador) -cuando ya nada había por jugar- Perú quedó rápidamente eliminado. Parecía que nada anormal había ocurrido, pero no fue así.

Al poco tiempo, se denunció que tres jugadores peruanos habían participado del Sudamericano con partidas de nacimiento falsas, para que pudieran cumplir el requisito de la edad (ser menores de veinte años) y participar del certamen: ellos fueron Eduardo Malásquez, Adhemir Arroé y Esteban Falla. El escándalo involucró a algunos dirigentes de la Federación, pero, sobre todo, al comando técnico, encabezado por José Chiarella Espíritu. Aunque con el tiempo la denuncia cayó en saco roto y se perdió en el tiempo, con los acusados libres de culpa, hubo un hecho que difícilmente se olvide: a comienzos de mayo, los tres jóvenes futbolistas fueron detenidos por la policía durante unos días. Y fue entonces que sus compañeros decidieron respaldarlos; lo hicieron de una manera más que curiosa.

Sentados en círculos

La singular protesta de los jugadores a ojos de todos los asistentes en el 'Lolo' Fernández (Recorte: revista Ovación)No hubo necesidad de huelga, de negociaciones ni de dimes y diretes. La primera protesta se llevó a cabo el sábado 5 de mayo; por la sexta fecha del Descentralizado, en el Lolo Fernández, Deportivo Municipal recibía a Alianza Lima. Hacia los 30 minutos, los íntimos ganaban 0-2 con goles de Freddy Ravello y William Huapaya; tras un despeje a lateral, los veintidós futbolistas se fueron aglomerando en el círculo central, con la venia del árbitro Julio Arévalo. Entraron también los suplentes y, junto a sus compañeros, tomaron asiento sobre el césped. Así permanecieron por dos minutos completos, ante la sorpresa de los aficionados. Tras ese lapso, el juego se reanudó como si nada, pero los jugadores habían dejado su protesta, como se dijo, “bien sentada”.

Germán Leguía hace vista ante la acción de César Cáceres. Ese día, el jugador de Universitario fue quien dio paso al inicio de la protesta en Huaral (Recorte: revista Ovación)Al día siguiente, el domingo 6, en el estadio Julio Lores Colán, Universitario visitaba a Unión Huaral. El gesto se repitió; en este caso, fue apenas al reinicio del segundo tiempo. Pedrito Ruiz sacó desde mitad de cancha y lanzó el balón hacia un rival, Germán Leguía, quien la despejó fuerte al lateral. Nuevamente, todos sentados, aunque esta vez solo por un minuto; los hinchas huaralinos, ya enterados de lo ocurrido en la víspera en el Lolo, procedieron con aplausos.

Lo mismo ocurrió en los otros partidos, con excepción del Cristal-La Palma, que había sido suspendido por una gira que los rimenses emprendieron por Asia. El gesto se replicó en Chiclayo (Aurich-Junín), Puno (Ugarte-Torino), Tacna (Bolognesi-CNI) y Arequipa (Melgar-León). Y también en el estadio Nacional, donde se jugaba el ‘clásico porteño’ entre Sport Boys y Atlético Chalaco; en este partido, sin embargo, la protesta alcanzó consecuencias más que bizarras.

Huelga de árbitro

Una escena del clásico porteño entre Boys y Atlético Chalaco que, luego de darle solución al impase con los árbitros, acabó con victoria rosada (Recorte: revista Ovación)A diferencia de los otros encuentros, Boys y Chalaco acordaron realizar la protesta al inicio. Los capitanes, el rosado Eusebio Salazar y el listado Jesús Neyra, se acercaron al árbitro César Pagano a explicarle la situación. Comenzó el encuentro y la misma escena: Manuel Mellán mandó un puntazo al lateral, los futbolistas se sentaron y pasó un minuto. Pero luego pasaron dos, y luego tres. El árbitro se acercó a los capitanes y estos no le devolvieron la mirada. Fue entonces que Pagano realizó su propia protesta: llamó a sus jueces de línea y les ordenó que lo acompañaran. Se retiraron del campo. El árbitro no volvió, los jugadores culminaron su protesta y nadie entendió nada.

Los dirigentes de ambos equipos fueron al camarín e intentaron disuadir a Pagano. Fue inútil. Lo inesperado ocurrió diez minutos después: una nueva terna de árbitros salió al campo de juego, encabezada por un juez bastante joven, de rostro desconocido y sin un solo partido profesional a las espaldas. Ese árbitro era, nada más y nada menos, Alberto Tejada Noriega.

El encuentro se reanudó con el lateral pendiente, pero Tejada contabilizó todo el tiempo transcurrido como tiempo de juego efectivo. Así, la primera mitad acabó después de 33 minutos de disputa. La gente empezó a sospechar: ¿el partido sería válido?

Arrancó el segundo tiempo y llegó el único gol del partido: un cabezazo de Atilio Escate puso el 1-0 para Boys. Cuando todo parecía normalizarse, ocurrió otra anormalidad: sobre los 36’ del complemento, Tejada decidió finalizar el partido. Sucedió lo que se presumía: Chalaco reclamó la derrota, afirmando que Tejada no era un árbitro de Primera División, como lo exigían las Bases, y que el encuentro había sido concluido irregularmente. La ADFP dictaminó, entonces, que el partido tendría que repetirse: así pasó el 6 de junio, un mes después, con otro árbitro y otro resultado: 1-1.

Eran otros tiempos, en que las crisis se resolvían de forma más amena.

Composición fotográfica: Roberto Gando / DeChalaca.com
Recortes: revista Ovación

Comentarios ( 8)add
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escrito por Viccom , February 25, 2012
!Qué valioso documento! APlausos al equipo de investigación y al redactor.
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escrito por Mario Alberto Yáñez , February 25, 2012
Este debe ser, con grandísima diferencia, uno de los hallazgos más impresionantes de dechalaca! Felicitaciones.
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escrito por ironi , February 25, 2012
que buenas aventuras.
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escrito por Enrique , February 26, 2012
Todo bien. Pero "bizarro" no significa lo que ustedes sugieren. La palabra "bizarre" en inglés sí quiere decir algo extraño, raro. Por esa razón se ha extendido, equivocadamente, la creencia de que "bizarro" significa lo mismo.
Pero "bizarro" (pueden revisar cualquier diccionario de español) significa valiente, arrojado, etc.
Saludos.
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escrito por angel , February 26, 2012
Debería haber un "Me encanta".
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escrito por ricardo alvarez cano , February 26, 2012
que buenrecuerdo de chalaca...yo fui al patido del 1-1...fue con entrada gratis y el estadio se lleno,el gol del chalaco fue un golazo,zapataso desde fuera del area y el boys empato creo que de autogol.yo estaba en norte y tenia como 10 anios,,,tiempos aquellos.
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escrito por Martes , February 26, 2012
Sobre "bizarro" el Diccionario Panhispánico de dudas (2005)desaconseja este uso:"Debe evitarse su empleo con el sentido de 'raro y extravagante', calco semántico censurable del francés o del inglés bizarre".
Pero si la gente lo emplea así y el uso continúa extendiéndose, por mucho que la Academia lo censure puede llegar un momento en que sea general y se vea obligada a aceptarlo. Porque,a fin de cuentas, evolucionar y cambiar es lo propio de las lenguas.
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escrito por Martes , February 26, 2012
Eduardo Malásquez: La Malasqueña, golazo jugando por el Medellín (DIM)el 14 de noviembre de 1984.
Adhemir Arroé: Golazo, doble sombrero jugando por Municipal frente a Boys en 1979.
Esteban Falla: Campeón 1986 con San Agustín.
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