Pesca foránea
Para nadie es un secreto que en Alianza varios jugadores se han contagiado del desánimo producto de la crisis económica. Por eso, varios han estado por debajo de su nivel habitual en los últimos meses, sobre todo los extranjeros, de quienes por antonomasia suele esperarse cuotas extras de entrega. Apenas si el uruguayo Walter Ibáñez ha mantenido un nivel parejo.
Sin embargo, ante Gálvez varios se lavaron la cara. El portero Jorge Rivera, por ejemplo, fue quien más sobresalió en Chimbote respecto de su nivel reciente: sacó pelotas de gol directas, como un tiro cruzado a Medina y otro combado a Noronha. Vistió la camiseta con una araña en el pecho que no lucía desde sus tiempos en Unión Huaral y, quién sabe, acaso por esa cábala estuvo mejor acicateado. Todo lo que le había pesado reemplazar a Libman en fechas pasadas se quedó en el cajón y por fin cuajó una actuación decente en el arco íntimo.
Luego, al medio, Fernando Meneses apareció como el conductor que Alianza reclamaba. Amén de comerse un gol solo ante Reyes y de ubicarse por detrás de Fernández -le acomoda mejor ir por banda, pero la titularidad de Yordi Reyna forzó a Arroé a correr por derecha-, tuvo panorama y claridad para imprimir a los ataques íntimos. No es Montaño, quien por idiosincrasia caía como anillo al dedo en Matute, pero es un excelente sustituto que ha dejado en el olvido con buen juego toda la novela que acompañó su llegada a Matute.
Finalmente, un poco más atrás, Édgar González volvió a convertir un gol luego de casi año y medio. Los últimos tantos del guaraní con chompa íntima habían sido en octubre de 2010 ante Inti Gas en Matute. Pero el 'Negro' hizo más que eso: trajinó, marcó y corrió como cuando recién llegó a La Victoria, y además se autogeneró el gol arrancando desde el centro del campo. En épocas de crisis, que su liderazgo haya vuelto a aflorar es una buena señal de cara a la segunda parte del año en Matute.
Foto: Diario de Chimbote
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