Este Arce no es chiqui
Esta tarde en el Heraclio Tapia, León padecío más de la cuenta para meterse los tres puntos en el bolsillo. Mejor dicho, hubo un rival que, trabajando de manera aplicada en la retaguardia, le impidió siquiera traspasar con tranquilidad los tres cuartos de cancha. Ese fue Gálvez, que una vez más se convirtió en el hueso duro de roer del equipo localista de turno. Ya lo padecieron Aurich y Boys en determinado momento, y esta vez el elenco huanuqueño simplemente se tuvo que rendir ante la practicidad de un equipo que, casi de manera silenciosa, zafó de una complicada ubicación en la tabla.
Así es. Ya han transcurrido cinco jornadas desde que el Descentralizado se reanudó y los chimbotanos, en un abrir y cerrar de ojos, pasaron de los últimos lugares a competir en la zona media de la tabla e ilusionarse con la pugna de algún cupo internacional. Y aunque no se le de el crédito correspondiente, todo esto se lo debe exclusivamente al trabajo que impregnó Javier Arce, DT que a principios de año estuvo en la reserva y que, de un momento a otro, tuvo que saltar al primer equipo tras la renuncia de Wilmar Valencia.
Actualmente, Arce le ha puesto sello propio a esta nueva versión chimbotana, básicamente por jugársela con hombres que -a priori- tampoco iban a gozar de muchas oportunidades en el once estelar, como Jhony Obeso, Ricardo Salcedo y el mismo César Medina, quien ya es una realidad en el mediocampo galvista. Desde aquel encuentro de la fecha 16 en la que derrotó a Aurich en Chiclayo, han transcurrido cinco fechas y los chimbotanos, aunque sorprenda a propios y extraños, llevan cinco partidos invictos. ¿Campañón? En absoluto. Pero depende del grupo de jugadores y exlusivamente de Arce para demostrar que, lo que vive el equipo en este momento, no es una casualidad.
Foto: diario La Industria de Trujillo
