Composición fotográfica: Aldo Ramírez / DeChalaca.comHabiendo cumplido 25 años el día de hoy, Thomas Muller ha alcanzado la gloria que muchos nunca pudieron tocar y deslumbra con un juego sin tanto aspaviento.


Sería innecesario explicar quién es Thomas Muller. El fútbol se encarga de inmortalizar a aquellos que lo juegan con excelencia y el alemán no es la excepción. Cumple un cuarto de siglo de vida y uno se empieza a preguntar un poco sobre él, a pensar en su importancia en el Bayern Munich, en la selección alemana y en el fútbol en sí. Empezamos, también, a hacer cálculos de lo que está por venir. Después de todo, veinticinco años es poco y el futuro tiene mucho que ofrecer.

Partimos de la premisa –fundada, vale decir– que Muller es un jugador de clase mundial. No hay que introducirlo. El fútbol lo valora. Pero fuera de los más cercanos al deporte el nombre del jugador comienza a desvanecer. Lo cierto es que fuera de la esfera futbolística Thomas Muller no es un crack; no es siquiera, para la mayoría, un conocido. No se apellida Messi, no tiene un Ronaldo en su nombre, no jugó en el Barcelona que hizo que hasta los más alejados del fútbol prendieran el televisor. Por ponerlo en simple: nunca se marketeó. Y así es como Muller no figura mucho fuera del entorno futbolístico, ni tampoco es reconocido justamente dentro de este.

La justicia no está, la justicia se fue

Muller dio el salto bastante joven. Debutó a los 20 años en el Bayern Munich y la temporada siguiente marcó 19 goles. A partir de entonces se volvió pieza clave en su club y en la selección, en la cual explotó durante el mundial 2010. De ser el chico poco conocido pasó a ser titular en el esquema de Joachim Low en su primer mundial. La apuesta pagó con cinco goles –bota de oro– y tres asistencias, además del premio a mejor jugador joven del torneo.
Su excepcional performance en Sudáfrica 2010 lo consolidó como la gran figura del fútbol alemán (Foto: AP)
Siguió ganando con el Bayern Munich, incluido el triplete de la temporada 2012-13 de Bundesliga, Copa alemana y Champions League. La siguiente temporada fue otra de dominio. Este año ganó el mundial bajo la sombra de jugadores como Toni Kroos que se llevaron más aplausos, y marcó su décimo gol en los mundiales.

¿Quién es, al fin y al cabo, Thomas Muller? Uno de los mejores jugadores de fútbol que ha existido, sin lugar a dudas. La globalización y el reciente entendimiento del fútbol como negocio han llevado a la explotación de equipos y jugadores que venden, que generan ingresos. En Alemania lo adoran, pero fuera de eso Muller no figura y tampoco quiere figurar. No es de esos que se preocupan por construir un físico de levantador de pesas ni de llamar la atención en las calles por ser ‘guapo’. No le interesa y por eso no figura. Pero no por eso debemos dejar de darle el sitio que merece. Ha logrado muchísimo con tan solo 25 años, entre reconocimientos individuales y premios colectivos.

Lo más importante de Muller es su capacidad de adaptación. Se formó como atacante y supo acomodarse en distintos roles que permitieran el desarrollo más eficiente del equipo. Eso ha sido lo que, en última instancia, lo ha hecho imprescindible en los esquemas de su equipo y su selección. Es un atacante polivalente que tiene la fuerza necesaria para arremeter por el medio y, a la vez, la velocidad y el regate suficientes para desbordar como extremo. Delantero, volante; son solo rótulos. Muller juega fútbol. Y lo juega bien.

En perspectiva

Al ser joven, es difícil saber cuál será el techo de Thomas Muller (Foto: Reuters)
Son odiosas las comparaciones, pero muy útiles para agarrar perspectiva. Franz Beckenbauer debutó en los mundiales a los 21 años, la misma edad que Muller, pero lo ganó recién a los 29, cinco más que el ‘13’. Diego Maradona también debutó cerca, a los 22 años, y lo ganó a los 26. Zinedine Zidane jugó y ganó su primera copa del mundo a los 26. Johan Cruyff, quien debutó después, nunca la ganó. No por esto Muller es mejor que los mencionados. Pero sí ayuda a esclarecer la realidad, la cual indica indefectiblemente que está en estos rangos; que juega en estas ligas.

Tal vez lo que más nos llama la atención no es todo lo que ha conseguido en sus cortos 25 años, sino lo que puede ser capaz de lograr en los que están por venir. Su compatriota Miroslav Klose batió el récord goleador de los mundiales este año pero sabe que no le va a durar mucho la alegría. Muller ha logrado, junto con él y Teófilo Cubillas, anotar 5 goles en dos mundiales. Y si consideramos que el polaco-alemán jugó en Brasil con 36 años, entonces Thomas tiene hasta tres mundiales más para pasar su récord. Tendrá que pasar algo de ese calibre para que se le reconozca como uno de los mejores de la actualidad y de la historia, pero hasta entonces seguirá trabajando y dejando su huella en “silencio”. Al final no importa. Los que valoramos el fútbol lo tenemos bien presente. Hoy por hoy, muy pocos están al nivel de Muller, y menos en la capacidad de marcar la historia del deporte como él lo ha hecho y lo seguirá haciendo.

Composición fotográfica: Aldo Ramírez / DeChalaca.com
Fotos: AP, Reuters

 

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